A la hora de sacar a la venta un producto de segunda mano en Internet, uno de los primeros problemas que se presentan es qué precio poner. id:43663
Vender artículos de segunda mano puede ser una buena manera de ganar un dinero extra o de convertir un pequeño negocio en una empresa de éxito. Lo primero de todo, es que no se requiere una gran inversión para comenzar y, por otro lado, es muy efectivo para vaciar la casa de trastos innecesarios. Sin embargo, uno de las primeras cuestiones que se hace un usuario a la hora de poner a la venta un artículo en la red es, qué precio pedir por él. En este punto, si se fija un precio muy alto, no se venderá y si es demasiado bajo, se perderá beneficio.
Thelemonapp, la app de pagos seguros entre particulares, destaca cuáles son las claves para dar con el precio correcto.
Conocer su precio de venta siendo nuevo
Lo primero que tiene que hacerse, tal y como destacan desde Thelemonapp es averiguar cuál es el precio del artículo cuando es nuevo. En este sentido, es básico analizar las distintas tiendas online para conocer el precio de mercado. Hay productos que cuando dejan de fabricarse su precio se puede disparar o si era una serie limitada o simplemente se ha puesto de moda. Además, hay que tener en cuenta que una pequeña variación del modelo, fecha de fabricación, serie o cualquier otro detalle puede hacer que el precio cambie por completo. Por eso, es crucial asegurarse de que el modelo que consulta tiene los mismos números de serie o registro de fabricación.
¿Qué tipo de producto es?
Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es que casi todos los artículos de segunda mano pierden valor respecto al original. En el caso de algunos, sobre todo los productos electrónicos, su valor de mercado cae en picado una vez deja de ser nuevo. “La depreciación se utiliza para determinar cuánto menos vale algo usado en comparación con lo que costaba nuevo”, comentan desde Thelemonapp. Por lo general, los expertos en reventa recomiendan fijar el precio de los artículos a la mitad de su coste original si todavía son bastante nuevos, pidiendo el 25 por ciento para cualquier cosa con pocos años y el 10 por ciento para todo lo demás. Hay, por supuesto, excepciones. Los productos de diseño, las joyas antiguas y las piezas vintage tienden a aumentar de valor con el tiempo, así que es importante saber a qué categoría corresponde el producto de segunda mano antes de estipular un precio. Además, hay que tener presente que los productos no utilizados, especialmente los que todavía están en su embalaje original o tienen etiquetas, también son más deseables para muchos compradores y normalmente se pueden vender a un precio más alto.
Dar un toque sentimental
A la hora de realizar una compra, el usuario se suele dejar llevar más por aquellos productos que tienen una historia detrás. Por ejemplo, no es lo mismo una maleta que sobrevivió a un apasionante viaje por el este asiático o comprar una que simplemente estaba guardada en un armario. Esa historia siempre da un caché al artículo. “El valor de los productos aumenta cuando tienen una historia divertida o emocional que los acompaña. Ya por que sean de alguien famoso, sacados de una película o que simplemente tienen una buena historia” apuntan desde Thelemonapp. Por supuesto, una gran historia no siempre es suficiente. A veces, este tipo de historias necesitan ser respaldadas con alguna prueba.
Espiar a la competencia
Es esencial conocer lo que otros usuarios piden por un artículo, con el fin de saber lo que se puede estar dispuesto a pagar. En este sentido, “asumir que algo todavía tiene valor porque se pagó mucho por ello puede ser un error”. Por eso, es positivo revisar lo que se está vendiendo en las plataformas de segunda mano, con el objetivo de obtener una idea de lo que los compradores actualmente encuentran interesante. Así, desde Thelemonapp destacan “el verdadero valor de algo es lo que la gente está dispuesta a pagar por ello”.
Tener en cuenta los gastos de envío
El tema de los gastos de envío es un punto muy importante. Si no se cobra lo suficiente por los gastos de envío, las ganancias se verán afectadas. Sin embargo, pedir demasiado puede desanimar a los compradores. Hay un par de maneras de hacer que el coste no sea un factor importante para los posibles compradores. Por un lado, ofrecer un envío gratuito con pedidos grandes o cuando el cliente te haya comprado varios. Y, por otro lado, sugerir un descuento en los gastos de envío a los compradores que estén indecisos. Del mismo modo, es esencial indicar de forma clara cuáles son los gastos de envío aplicados. “Este nivel de transparencia hace que los compradores sientan confianza y que no estás tratando de sacarles más dinero”, apuntan desde thelemonapp.