El cuarto título que edita Zenda con patrocinio de Iberdrola propone interpretaciones sorprendentes de 16 destacados narradores españoles y americanos del momento. id:77040
Los escritores
Arturo Pérez-Reverte y
Soledad Puértolas y el secretario del Consejo de Administración de Iberdrola,
Julián Martínez-Simancas, han presentado hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el libro
2030, editado por
Zenda y con patrocinio de Iberdrola, una colección de relatos en los que algunos de los mejores autores contemporáneos españoles e hispanoamericanos juegan a imaginar y crear situaciones alrededor de diferentes futuros posibles y cercanos, con el horizonte de la fecha del título como referencia.
El libro incluye relatos de
Alberto Olmos,
Ana Iris Simón,
Andrés Trapiello,
Antonio Lucas,
Cristina Rivera Garza,
Espido Freire,
Eva García Sáenz de Urturi,
José Ángel Mañas,
Karina Sainz Borgo,
Luisgé Martín,
Luz Gabás,
Manuel Jabois,
María José Solano,
Pedro Mairal,
Rubén Amón y
Soledad Puértolas.
Arturo Pérez-Reverte ha relatado, durante la presentación del volumen, el brillante recorrido de la revista Zenda durante los últimos cinco años: ‘’Zenda cuenta con un millón de lectores mensuales, la mitad de los cuales son españoles, el 30% de nacionalidad argentina y el resto de los países hispanohablantes y europeos”. El escritor ha finalizado con un anuncio: ‘’Zenda prepara sorpresas que dentro de poco serán hechas públicas’’.
Soledad Puértolas ha destacado que la temática predominante en el libro es la pérdida, aunque ha señalado la visión novedosa que han aportado algunos autores: ‘’Varios se han trasladado a unas realidades distorsionadas porque los valores que tenemos ahora han cambiado para mal’’. Y ha añadido: ‘’Hay una nostalgia en casi todos los relatos de esa vida que quizás estemos perdiendo’’.
La autora ha destacado también la importancia de la diversidad de voces en los relatos: ‘’Lo más maravilloso que tiene la narración es que cada voz es distinta. Que sigamos escribiendo por la diversidad. Por mucho que el mundo parece que se uniformiza, la literatura demuestra que no. Todos somos diferentes. Cada relato está escrito por una persona’’.
Por su parte,
Julián Martínez-Simancas ha valorado esta nueva colaboración entre Zenda e Iberdrola, que consigue aunar en un mismo proyecto editorial el compromiso de la compañía con la Agenda 2030, con la promoción de la cultura y con la transformación digital. “La Agenda 2030 se encuentra integrada en la estrategia de la empresa, convirtiéndose en un eje central en la toma de decisiones”, ha añadido.
“Estamos plenamente convencidos de que los 17 objetivos que la conforman suponen la única oportunidad de salida de la crisis del COVID-19 y de un crecimiento sostenible en el medio y largo plazo”, ha explicado Martínez-Simancas, quien ha recordado que la compañía tiene “un propósito corporativo diferenciador, auténtico y relevante que contribuye a una mayor conexión con las personas, la sociedad en su conjunto y sus grupos de interés, y que consiste en continuar construyendo, cada día y en colaboración, un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible”.
Autores ante su yo futuro Los relatos de
2030 abarcan desde un retrato mordaz de la España vaciada y reconquistada tras la pandemia,
Cero a la izquierda, de
Alberto Olmos, a una reinvención del concepto de
Agenda 2030, más cercana a la nostalgia ochentera y al mundo de los niños, según la visión homónima de
Ana Iris Simón. Hay en el volumen ensayos que juegan a la narración del yo y el recuento literario, como
Pulgas y duendes y caminos, que firma
Andrés Trapiello; también pactos con la vista puesta en una fecha aspiracional, algo que
Antonio Lucas dibuja en
Amigos; y miradas imaginativas al futuro a lomos de la autoficción, como
Malasaña 2030, donde
José Ángel Mañas se imagina a sí mismo y otros conocidos escritores dentro de unos años, cubriendo con una película de humor autoparódico su etiqueta de “autor del Kronen”.
Distopías sexuales y alegorías sociales No faltan distopías ambientadas en futuros en los que el trabajo ha perdido su significado y la reproducción artificial se impone a los instintos, insinuada por
Espido Freire en
Trabajadora, ni retratos pesimistas e irónicos sobre la amistad y el amor en tiempos de conexiones a distancia y dictaduras de la IA, algo que
Eva García Sáenz de Urturi apunta en
Editorial Algoritmo y que
Manuel Jabois baña en aroma de bares y autocompasión en
Amigos no hay más que tú. Tampoco thrillers subversivos, un cruce imposible entre académicos, vacas armadas y ministerios asaltados narrado por
Karina Sainz Borgo en
La guerra de las especies, una fina alegoría en realidad sobre las políticas identitarias. En clave policiaca, también
María José Solano se asoma en
Los crímenes del artefacto a un suceso ocurrido en la Academia, y a un futuro igualmente moldeado por lo políticamente correcto, la censura y los neolenguajes.
De un humor implacable y directo,
Metasexual, de
Rubén Amón, se teme una sociedad en la que para los jóvenes el sexo ha desplazado por completo a cualquier atisbo de romanticismo o relación personal que no tenga que ver con el mero intercambio mecánico de placer. Distópico, aunque en un sentido más empresarial, es
La entrevista, el relato de
Luz Gabás que imagina la pesadilla perfecta de cualquiera que alguna vez se ha sometido a una entrevista laboral.
El paso de los años, la vida y los amigos Recuerdo del 2030 le sirve a
Pedro Mairal para situarse incluso más allá en el futuro para describir una sociedad hiper controlada por chips y localizadores, un porvenir tan temible como los más oscuros episodios de
Black Mirror. La distopía, al fin, roza lo apocalíptico y poético en
Antes de quedarme encerrada aquí afuera, de
Cristina Rivera Garza, narración en primera persona allí donde ya no queda casi señal de lo humano.
En un registro opuesto,
Luisgé Martín se lanza al diario intimista en
Nunca cambia nada: un viaje a través de años por llegar en el que asistimos al horizonte que puede abrirse ante un narrador cotidiano, un esposo y padre de familia que dejará testimonio de cómo su vida irá torciéndose sin remisión cuando el tiempo impone sus propias reglas. El mismo tiempo que separa a las dos amigas protagonistas de
Amistad, de
Soledad Puértolas, dos mujeres que antes de la pandemia eran uña y carne entre las cuales el confinamiento levantará un muro infranqueable.