A nivel mundial, el transporte de todo tipo, incluido el transporte por carretera, supone alrededor de una quinta parte de todas las emisiones de CO2. De estas, la industria de la aviación es responsable de 1Gt de CO2, el equivalente al 3% del total de las emisiones mundiales por combustión de combustibles fósiles. id:63795
Además, con la evolución de los hábitos de consumo ha aumentado la movilidad intercontinental y, con ella, las emisiones procedentes de los viajes aéreos en las últimas décadas.
Actualmente, los viajeros concienciados con el clima no tienen muchas opciones: volar o no volar. Sin embargo, en la última década ha habido iniciativas interesantes en la industria de la construcción de aviones que han dado lugar al desarrollo de los primeros aviones eléctricos, aunque solo permiten cargas pequeñas y distancias muy cortas.
La iniciativa "Seaplaneto e-plane" de la aerolínea Harbour Air realizó su primer vuelo comercial en diciembre del año pasado. Equipado con un sistema de propulsión completamente eléctrico de 750 caballos de fuerza. Este Havilland Beaver de 6 pasajeros ha marcado el comienzo de una nueva era en la aviación: la era eléctrica. Sin embargo, el peso de las baterías y los largos tiempos de carga hacen que los aviones eléctricos no sean aptos para grandes distancias y vuelos comerciales. La aviación eléctrica está aún lejos de convertirse en la tendencia dominante.
Airbus, por su parte, lleva años trabajando en un sistema de propulsión por hidrógeno / pila de combustible, que da mayor capacidad de carga y ocupación. En febrero, el equipo de inversión en renta variable de La Française tuvo la oportunidad de hablar con Guillaume Faury, director general de Airbus, en una conferencia sobre las oportunidades de descarbonización a gran escala en la industria de la aviación.
Airbus reveló los detalles de tres aviones en los que está trabajando, llamados ZEROe, para seguir avanzando para lograr vuelos con cero emisiones. Grazia Vittadini, directora de tecnología de Airbus, contempla que el plan de desarrollo de la compañía daría sus primeros resultados a mediados 2021, logrando un modelo definitivo para el 2025, que se desarrollaría y certificaría para entrar en servicio en 2035. Airbus ha estado mejorando las emisiones por pasajero/kilómetro de sus aviones y seguirá en esta línea hasta que el modelo ZEROe esté en el aire (2,1% de mejora anual en la eficiencia del combustible entre 2009 y 2020).
Desde una óptica disruptiva, cada uno de los tres modelos de Airbus presenta un enfoque innovador de la ingeniería aeronáutica e ilustra cómo la tecnología y la aerodinámica podrían conducir a vuelos comerciales con cero emisiones:
El primer modelo es una aeronave con turbo ventilador con un alcance de alrededor de 3.700 km. Esta aeronave estaría propulsada por un motor de turbina de gas, que funcionaría totalmente con hidrógeno, y tendría capacidad para 120 - 200 pasajeros, lo que la haría adecuada para los viajes intercontinentales.
El segundo modelo es un avión de turbohélice está destinado a los viajes continentales, con una capacidad de alrededor de 100 pasajeros. Aunque la aeronave sería relativamente pequeña, tendría una autonomía de 1.800 km y sería muy adecuada para los vuelos regionales llamados City-Hoppers.
El tercer modelo se aleja del aspecto típico de los aviones, pareciéndose más a una manta raya, dado que las alas están fusionadas con el cuerpo. Esta aeronave, con una capacidad potencial de hasta 200 pasajeros, fue presentada en febrero. Su amplio fuselaje presenta más opciones para el almacenamiento de hidrógeno y los asientos para pasajeros, pero requiere todavía un mayor desarrollo antes de que podamos imaginar cómo sería viajar a partir de 2050.
Un conocido grupo de aerolíneas lowcost que ha estado trabajando durante algunos años en soluciones de vuelos de bajas emisiones, ya ha anunciado que podría estar muy interesado en uno de estos modelos.
Airbus, que tiene una gran cuota de mercado en el mercado de la fabricación de aviones comerciales, está liderando la transición hacia una economía más ecológica y sostenible.
Dado el rápido aumento de las emisiones de CO2 de la industria de la aviación en la última década, el desarrollo de soluciones alternativas que utilicen hidrógeno podría permitir evitar más de 1Gt de emisiones de CO2 al año.
El ciclo de desarrollo de un nuevo aviónes de unos 15 años, lo que deja tiempo para que las tecnologías de hidrógeno sigan evolucionando y se pueda contemplar el uso únicamente de hidrógeno verde o azul para cuando los aviones ZEROe estén listos para ser comercializados.
En referencia a la estrategia CarbonImpact de La Française, Airbus encaja bien en la categoría de "transiciones". Las empresas en transición son una de las tres categorías de inversiones específicas que también incluyen a los "facilitadores" y a los "proveedores de soluciones/cleantech". A diferencia de estas dos últimas categorías, las "empresas en transición" son empresas con una huella de CO2 actual relativamente alta y con un plan creíble para reducirla drásticamente. Por lo general, son líderes de mercado que tienen un gran impacto en toda su industria.
Como tal, Airbus se ha comprometido a incrementar su neutralidad en carbono a partir del 2020. La compañía ha unido sus fuerzas con otros actores de la industria comprometiéndose a reducir en un 50% las emisiones totales de CO2 para 2050.
Con el desarrollo del ZEROe, la compañía está enviando un claro mensaje: reducir sus emisiones de CO2 se ha convertido en una prioridad. Guillaume Faury declaró:
"Este es un momento histórico para el sector de la aviación comercial y tenemos la intención de desempeñar un papel de liderazgo en la transición más importante que esta industria ha visto nunca. Los modelos que presentamos hoy ofrecen al mundo una muestra de nuestra ambición por impulsar el futuro de los vuelos con cero emisiones".