Los asistentes de voz también pueden poner en peligro tu seguridad. Principales riesgos y cómo evitarlos. id:52998
Estamos acostumbrados a leer todo lo que los
asistentes de voz y los altavoces inteligentes son capaces de hacer, sobre todo si hablamos del hogar. Y lo cierto es que han experimentado una
gran evolución en los últimos años: ahora podemos encender y apagar la televisión sin tocar el mando, conectar o quitar la calefacción o el aire acondicionado de forma más eficiente y económica (según nos digan los asistentes virtuales cómo será el tiempo en las próximas horas) o controlar la iluminación sin estar cerca de un interruptor.
Esta evolución también se ha dado en sus ventas. Según la consultora Strategy Analytics, estas crecieron un 96% en el segundo trimestre de este año alcanzando los 30,2 millones de unidades. Por eso, los asistentes virtuales pueden ser el regalo estrella de esta Navidad. Así que, si estás pensando en regalar uno o darte un capricho… ¡Atención!
A pesar de ofrecer un sinfín de aplicaciones, los altavoces inteligentes también tienen sus contras. Algunos quizá los conozcas, pero hay otros que, probablemente, descubras a continuación. Porque sí: los asistentes de voz también pueden poner en peligro tu seguridad.
Desde cxLoyalty se han recopilado los principales riesgos que suponen estos aparatos (y cómo evitarlos) para que, si te haces con uno, no se convierta en tu peor pesadilla. ¡Toma nota!
- Escucha constante: es evidente. Si un altavoz es capaz de recibir nuestras órdenes, también es capaz de escuchar y registrar información constantemente, y si un ciberdelincuente consigue acceder a uno de estos dispositivos, también tendrá acceso a toda nuestra información. ¿Lo que eso conlleva? Ya lo sabemos.
- Proporción de información personal: para poder usar y aprovechar al máximo los asistentes virtuales, es necesario iniciar sesión en ellos, lo que significa ofrecer todo tipo de información privada. ¿El problema? Si un cibercriminal accede a nuestro dispositivo, accede a nuestras credenciales.
- Dolphin Attacks: ya existe un ataque específico que pueden sufrir los asistentes virtuales: el Dolphin Attack. ¿En qué consiste? Los cibercriminales emiten un sonido imperceptible para el oído humano que, sin embargo, se traduce en un comando de voz en estos dispositivos que les permite robar información personal sin que los usuarios nos demos cuenta.
- Bluetooth: el uso de un asistente de voz conlleva la conexión vía Bluetooth de múltiples gadgets del hogar, y esta es la forma más sencilla que los ciberdelincuentes tienen de acceder a cualquier dispositivo. Una forma más de robar nuestra información.
- Distinción de la voz: investigadores de la Universidad de Berkeley lo descubrieron el pasado año. Los altavoces no tienen (todavía) la capacidad de distinguir la voz de su propietario de cualquier otra que invoque el comando de activación, un hecho del que los hackers ya se están beneficiando.
¿Cómo evitar estos riesgos?
Es fundamental conocer las instrucciones de uso y las condiciones de privacidad de estos dispositivos. Esos apartados que nunca leemos y aceptamos sin más, ahora empiezan a cobrar importancia. Además, se recomienda apagar los micrófonos de los asistentes virtuales mientras no se utilicen y, por supuesto, protegerlos con un antivirus. De igual forma, se recomienda utilizar las opciones que estos ofrecen para solicitar una contraseña antes de confirmar una compra y no asociar la seguridad del hogar (como puede ser la apertura y cierre de las puertas de la casa) a los comandos por voz.
Siri, Cortana, Alexa, Echo, Google Home, Bixby… tener un hogar conectado ofrece muchas comodidades. Los asistentes de voz se están convirtiendo en intermediarios entre los elementos automatizados de la casa y las personas, y están poniéndonos la vida mucho más fácil. Sin embargo, no debemos olvidar que entrañan ciertos riesgos, no por fallos de los propios asistentes, sino porque a medida que la tecnología avanza, los cibercriminales vuelcan todos sus esfuerzos en encontrar vulnerabilidades para tratar de ir un paso por delante. Por eso, debemos ir con cuidado y no olvidar que la seguridad online jamás estará 100% garantizada.