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¿Cómo conseguir el equilibrio entre el uso de combustibles fósiles y la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la movilidad?
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¿Cómo conseguir el equilibrio entre el uso de combustibles fósiles y la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la movilidad?

jueves 15 de abril de 2021, 19:06h
Hace décadas los motores diésel se impusieron como la fórmula más eficiente en los vehículos para recorrer muchos kilómetros con un nivel reducido de gasto de combustible. La movilidad en vehículos diésel es más económica tanto por el precio del combustible como por el propio consumo. id:70561
Por este motivo se popularizó la comercialización de estos vehículos. En la actualidad, sin embargo, ese fenómeno ha virado nuevamente, ya no es tan atractivo conducir un coche diésel, pues este combustible se ha demonizado y se están aplicando sobre él numerosas subidas fiscales.

La creciente preocupación ambiental y el haber traspasado ya el cénit de la extracción de petróleo, o acercarnos peligrosamente a este momento, está implicando nuevas campañas para promocionar otras formas de movilidad y adaptar normativas cada vez más restrictivas en cuanto a los límites aceptables para la emisión de gases de combustión.

¿Qué son las normativas de emisiones Euro IV, V y VI?

La normativa Euro IV exigía una reducción de la emisión de monóxido de carbono del 56% y del 49,3% de los hidrocarburos totales. A esta se suma también la Euro V, que reduce las emisiones un 12,3% en el caso del monóxido de carbono y un 73,7% los gases de hidrocarburos totales.

Finalmente, la normativa Euro VI es la última que entró en vigor, lo hizo el 1 de septiembre de 2014 y traía como novedad la reducción de óxidos nitrosos hasta 80 miligramos por kilómetro. Por otra parte, obliga a los fabricantes a aplicar en los motores diésel filtros de partículas EGR múltiples refrigeradas, con mayor recirculación y mayores presiones en la bomba de combustible.

Los fabricantes acuden a muchas estrategias para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, pero una de las más habituales es incorporar a los motores un catalizador SCR con depósito de aditivo AdBlue.

El adblue es un componente que ayuda a reducir drásticamente las emisiones de gases contaminantes en motores diésel. Su cometido es transformar el óxido de nitrógeno en hidrógeno y agua. De este modo se elimina un 95% de los gases contaminantes en el mejor de los casos.

Un aditivo ampliamente utilizado en el sector agrícola

La normativa Euro VI señala que todos los vehículos equipados con un motor diésel están obligados a reducir considerablemente las emisiones de gases contaminantes, tanto óxidos de nitrógeno como hidrocarburos.

La fórmula para conseguir esto se obtiene mediante la producción de motores más limpios pero también con el uso de aditivos. Entre los más conocidos está el AdBlue, que está compuesto por una disolución al 32,5% de urea.

Los óxidos de nitrógeno no se pueden eliminar físicamente, requieren de una reacción química que los transforme para no salir a la atmósfera. Para esa reacción, que da como consecuencia hidrógeno y agua, es necesaria la presencia de un catalizador para generar el proceso y el aditivo que es el que reacciona con los NOX.

El AdBlue transforma esos óxidos en hidrógeno, vapor de agua, nitrógeno y CO2, todos ellos inocuos aunque el CO2 también gas de efecto invernadero, pero menos activo que los NOX.

Los vehículos afectados por la normativa Euro VI son los coches y vehículos comerciales de menos 2.160 kilogramos que estén equipados con motores de gasolina, gasoil, gas natural o gas licuado del petróleo.

Sin embargo, el uso de estos aditivos es conocido en la industria del motor desde hace año, pues en vehículos industriales y agrícolas se utilizan desde hace años. De hecho, AdBlue es un producto que podrás comprar sin problemas en una tienda de suministros agrícolas.

¿Cómo reducir el nivel de emisiones de vehículos diésel sin acudir a la compra de un nuevo vehículo?

La renovación del parque de automóviles en España es una asignatura pendiente. La edad media de los vehículos es muy elevada, lo que lleva a contar en ellos con tecnología que no siempre es la mejor disponible.

Muchos conductores en la actualidad no podrían cambiar de automóvil y pasar a fórmulas menos contaminantes, a pesar de que existan planes renove continuos. Por suerte, existen algunos consejos con los que es posible alargar la vida del motor diésel y reducir el consumo.

Un primer paso es acudir a combustibles de calidad que cuenten con aditivos reductores, así como repostar únicamente en estaciones de servicio que ofrezcan garantía de medición y limpieza del producto.

A esto hay que sumar mantener siempre el depósito por encima de un tercio de capacidad, pues de lo contrario se pueden ir acumulando impurezas por sedimentación. Este punto guarda relación con no dejar el vehículo parado durante largos periodos de tiempo con el depósito casi vacío, especialmente en climas húmedos, pues esto acaba generando corrosión en la bomba de combustible y los inyectores.

Una tercera recomendación es realizar los cambios de aceite y filtros en su debido momento y utilizar siempre productos de calidad. Como vemos, existen muchos pequeños trucos para alargar la esperanza de vida del motor diésel y contribuir a un menor nivel de emisiones a la atmósfera.

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