Vender un inmueble es un proceso que habitualmente se alarga unos ocho meses, según datos del portal Tinsa. id:47382
Sin embargo, se puede demorar mucho más si la vivienda no tiene un aspecto agradable. ¿Qué podemos hacer si nos encontramos en esta situación y no queremos invertir demasiado capital ni tiempo en una reforma? Desde el comparador HelpMyCash.com dan algunos trucos con los que
vender una vivienda que no está en sus mejores momentos.
Un lavado de cara rápido, un básico en cualquier piso
La compraventa de una vivienda es una tarea que va más allá de poner un anuncio. No obstante, serán estas publicaciones las primeras que nos pueden poner en jaque si las fotografías de nuestro inmueble muestran desperfectos grandes o habitaciones sombrías y descuidadas. Por ello, el primer paso que debemos plantearnos antes de lanzarnos al mercado es darle un repaso rápido a la estética del piso.
Por ejemplo, antes de hacer ninguna instantánea, es importante hacer limpieza. Por muy evidente que pueda parecer, existen muchísimos anuncios que muestran habitaciones llenas de trastos y sucias. Si no tenemos tiempo, una buena solución es contratar a un profesional que nos haga una limpieza a fondo.
Con la casa limpia, el segundo paso que puede darle un aire nuevo a una vivienda envejecida es una mano de pintura blanca o de un tono neutro. Esta tarea la podemos llevar a cabo en un fin de semana o dos, pero hará que las habitaciones se vean más limpias y luminosas. De hecho, si en casa hay fumadores, esta tarea debería ser básica para eliminar las manchas del humo.
Por último, solo nos quedará dejar aquellos muebles que se ven en buen estado y ayudan a hacerse una idea del espacio. Por ejemplo, una cama o la mesa de comedor con las sillas. Un buen truco es utilizar algunos complementos básicos de decoración, como flores o espejos, y eliminar aquellos demasiado personales, como fotografías familiares. Además, siempre conseguiremos una mejor presencia si vestimos las estancias con cortinas, cojines y similares que le den un toque cálido. Una buena referencia la podemos encontrar en tiendas de muebles low cost, donde con muy poco dinero consiguen crear ambientes a gusto de casi todos.
Hacer reformas: ¿una inversión necesaria?
Los pequeños ajustes que hemos visto pueden ser clave para que nuestro piso sea un caramelo para futuros compradores. De hecho, estos cambios estéticos suelen ser más resultones que meternos en obras. No obstante, existen casos en los que no basta con pintar y limpiar.
Un baño muy antiguo o una cocina impracticable pueden echar para atrás a aquellos que buscan una casa para entrar a vivir. En estos casos debemos ser inteligentes y pensar cuánto estamos dispuestos a invertir y cuánto se puede revalorizar con esa renovación. De esta forma, evitaremos perder dinero en el proyecto.
Una buena forma de evitar perder dinero en una reforma es contratar un proyecto de obra. Gracias al 3D y la realidad virtual existen empresas que nos hacen el estudio de nuestra vivienda y nos plantean reformas con imágenes hiperrealistas. De esta forma, podemos anunciar nuestra casa con estas instantáneas más agradables a la vista y atraer a más compradores. Obviamente, deberemos señalar que no es el estado actual de la vivienda, pero servirán para que el futuro comprador se haga una idea del potencial del piso.
Actualmente podemos vender un piso con proyecto de reforma en Madrid y Barcelona gracias a Privalore. Su fórmula es muy sencilla: realizan la reforma virtual y la llevarán a cabo con un precio cerrado en el momento de la venta. De esta forma, como vendedores daremos salida a la vivienda más rápido y a un precio más alto; mientras que el comprador pagará un precio concreto para todo el pack, entrando a vivir directamente a un piso reformado y evitando las temidas salidas de presupuesto. Para hacernos una idea más concreta, si nuestro piso sin reforma lo podemos vender por 180.000 euros en una agencia convencional, ellos nos lo pueden vender por 195.300 euros con la reforma virtual sin que tengamos que invertir un euro de nuestro bolsillo en reformas.