Elegir una herramienta acorde con las necesidades del negocio siempre es un reto. Pero, en plena pandemia, las decisiones de inversión y cambio se complican aún más. En los últimos meses las pymes españolas han buscado el apoyo de la tecnología para dar respuesta a las complejidades de un entorno crítico. Y, sobre todo, para respaldar los modelos comerciales cambiantes. id:75079
Las pymes son plenamente conscientes de que un ERP convencional puede tener dificultades para solventar las nuevas demandas de un cliente más digital. Capacidad de integración e interoperabilidad son dos de las grandes áreas de mejora para muchas pymes. Además, de la necesidad de personalizar al máximo el servicio de atención al cliente. Por eso, buscan el apoyo de nuevas plataformas ERP que les permitan afrontar los desafíos actuales asociados a esos cambios.
Procesos de fabricación, almacenaje y distribución inteligentes, registro y gestión de datos de los consumidores, colaboración interna y externa con todos los actores que conforman la cadena de valor o automatización avanzada son solo, algunos de esos grandes desafíos a los que ya se enfrentan las pymes. Desafíos que solo podrán afrontar con el apoyo de un software ERP de última generación que proporcione la transparencia y la velocidad que demanda el nuevo escenario post COVID.
Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “elegir bien la solución con la que gestionar nuestro negocio es clave. Casi tanto como la definición de las estrategias a seguir. Por eso, es importante poner el foco en aquellos aspectos del negocio que, realmente, son críticos, especialmente en época de crisis en la que los presupuestos están bajo mínimos”.
La pandemia ha hecho que, además de los criterios convencionales para elegir un ERP, las pymes se fijen, además, en otras cuestiones relevantes. Por ejemplo:
- Que permita reconocer las áreas clave en las que se pueden reducir los costes.
- Que facilite el trabajo en remoto y proporcione las soluciones de colaboración digital óptimas.
- Que asegure la flexibilidad en todos los procesos del negocio.
- Que optimice la planificación precisa y proporcione mecanismos de control de desviaciones.
- Que proporcione una visión en tiempo real de las diferentes áreas del negocio. También a nivel corporativo.
- Que permita identificar alteraciones en los patrones de consumo o tendencias y responder con precisión a las nuevas demandas.
En definitiva, elegir bien un ERP para pymes en plena crisis tiene claras ventajas ya que permite agilizar las operaciones del negocio, ganar competitividad y preparar el crecimiento posterior. Por eso, es importante que las pequeñas y medianas empresas analicen y valoren con claridad cuáles son sus opciones. Y apuesten por aquella que mejor se adapte a sus necesidades actuales y potenciales.