¿Cómo funciona la Ley de Protección de Datos?

Como labor pedagógica lo primero que anunciaron las autoridades fueron multas, en vez de comunicar las indudables ventajas que ha traído esta ley, tanto para empresas como para consumidores. Para las empresas porque pueden presumir, y demostrar llegado el caso, que los datos que manejan -del personal, de los clientes, de los proveedores, etc.- están bien administrados. Y para los consumidores, que cada vez son más celosos de su intimidad, porque un correcto cumplimento de la LOPD por parte de las empresas puede significar que compren en una en la que se sientan seguros.

Hace poco y basándose en el Reglamento General de Protección de Datos, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha sancionado a RTVE por perder seis memorias USB que contenían datos de empleados y no estaban encriptadas. Que un organismo público multe a otro ya tiene su aquel, en este caso la AEPD lo ha hecho dándole la razón al sindicado USO en su denuncia, pero lo realmente curioso es que RTVE no tuviese -esperemos que ahora sí- una política correcta de protección de datos.

Y es que los datos de una empresa pueden estar en una base de datos centralizada, dispersos en los discos duros de los ordenadores, alojados en un servidor en la nube y, por lo que hemos visto, en memorias UBS que se pierden con los datos dentro, claro.

El caso de RTVE -será por personal, presupuesto y recursos- ejemplifica si no la desidia, sí el desconocimiento de muchas empresas por toda la nueva normativa de protección de datos. De todas formas, además, de querer cumplir con la legalidad las empresas deben saber cómo hacerlo.

Según podemos leer en el Portal de Administración Electrónica sobre la Ley de Protección de Datos: “Desde el punto de la administración digital, cabe destacar el Título X que recoge los derechos digitales y libertades del entorno de Internet tales como la neutralidad de la Red y el acceso universal o los derechos a la seguridad y educación digital, así como los derechos al olvido, a la portabilidad y al testamento digital, junto con el derecho a la desconexión digital en el marco del derecho a la intimidad en el uso de dispositivos digitales en el ámbito laboral y la protección de los menores en Internet; más la garantía de la libertad de expresión y el derecho a la aclaración de informaciones en medios de comunicación digitales”.

Así, la figura del delegado de protección de datos se hace necesaria en la mayoría de las ocasiones. Será alguien que conozca la normativa general de protección de datos e implante en la empresa una política de responsabilidad activa, en base a técnicas adecuadas para garantizar el cumplimiento de la Ley.

Un nicho de empleo

Tanto la Ley de Protección de Datos Personales como el Reglamento General de Protección de Datos han hecho aumentar la demanda de profesionales cualificados en la materia y, también, la de aquellos que tengan una sólida formación en derecho fiscal y mercantil ya que estas especialidades son más necesarias que nunca, debido a los continuos cambios y actualizaciones de la legislación tanto española como comunitaria.