Ya están aquí y aun no ha entrado la primavera. Lo están contando algunos paseantes y dueños de jardines en de sus redes sociales. También la Policía Nacional, a través de su cuenta de Twitter, ha alertado de que el contacto con Thaumetopoea Pityocampa, su nombre científico, puede ser mortal para mascotas y muy peligroso para los niños. La alergénicas orugas han adelantado su conversión de larva a gusano y su bajada del árbol a la tierra. id:81316
Los motivos, apuntan desde la empresa de control de plagas Biblion Ibérica pueden ser varios. El primero está asociado a la ausencia reciente de lluvias y a las altas temperaturas de las últimas semanas. Al encontrar este lepidóptero defoliador un entorno óptimo abandona el árbol y se dispone a comenzar su desfile.
La segunda causa, apuntan estos expertos en equilibrio sostenible, es el desconocimiento y o la falta de implementación de métodos que son efectivos contra la oruga y, a la vez, respetuosos con el árbol y su entorno.
Cinco maneras respetuosas con el medioambiente para protegernos de la oruga
Existen, en este sentido, cinco vías de acción contra la procesionaria , que está considerada el defoliador más agresivo de los pinares mediterráneos. Para evitar que sus larvas se alimenten de las hojas del árbol, le debiliten y le dejen expuesto a parásitos secundarios, desde Biblion recomiendan estos tratamientos:
Uso de la endoterapia: es la técnica más avanzada y consiste en inyectar sustancias insecticidas directamente en el sistema vascular de la planta invadida por la procesionaria. De esta forma, el insecticida entrará en el cuerpo del animal cuando se alimente de sus hojas.
Uso de trampas mecánicas: se han desarrollado recientemente y tienen la función de detener la procesión de larvas, enredándolas en un pegamento especial.
Uso de un insecticida biológico: la lucha microbiológica contra la procesionaria es el método de contraste más utilizado para eliminar a este animal. El insecticida biológico utilizado es la bacteria Bacillus thuringiensis kurstaki (Btk), un microorganismo capaz de infectar a la larva de procesionaria, dañar sus centros nerviosos y paralizarla. Este insecticida se puede esparcir por medio de un atomizador.
Destrucción de los nidos: este método consiste en la destrucción mecánica de los nidos retirándolos manualmente de la planta y su posterior eliminación. Aunque efectivo, es practicable solo en los meses de invierno (cuando las larvas aún no han salido del nido) y solo en el caso en que sea necesario intervenir en áreas confinadas.
Uso de trampas de feromonas: se utilizan en los meses de verano cuando los ejemplares adultos emergen del suelo. La finalidad de estas trampas es confundir a los machos en busca de las hembras, de tal forma que se evite el contacto entre los dos sexos, por tanto la fecundación y la puesta de los huevos.
Letal para árboles y mascotas, peligrosa para humanos
La procesionaria de pino puede matar al árbol al dejarlo a merced de parásitos, pero también es un potencial agente mortal contra los perros que pasean por los pinares. Si el animal entra en contacto con la oruga o ingiere su polilla puede axfisiarse.
Síntomas que nos deben alertar: una abundante y súbita salvación, seguida de la hinchazón de la lengua. Debido a la violenta inflamación, si no se actúa con prontitud, los tejidos que componen la lengua pueden sufrir necrosis, con la consiguiente pérdida de porciones de la misma.
Otros síntomas del contacto del animal con la procesionaria son fiebre, pérdida de vivacidad, rechazo a los alimentos y aparición de vómitos y diarreas hemorrágicas.
Debemos evitar también la presencia de la procesionaria del pino en parques infantiles y jardines. Los pelos urticantes de la oruga son dañinos para todos, adultos y niños, pero el desconocimiento de los más pequeños puede conducirles a episodios anafilácticos graves.
Así, en caso de ingestión se producirá una inflamación grave de la boca y de la mucosa gastrointestinal asociada a un aumento de la salivación, vómitos y dolor abdominal. En caso de inhalación, se producirá irritación e inflamación de las vías respiratorias con aparición de estornudos, dolor de garganta, dificultades para tragar y dificultades respiratorias por bronco espasmo.
En personas especialmente sensibles y predispuestas, el contacto con el pelo de la procesionaria puede provocar un shock anafiláctico, una reacción alérgica muy grave que puede manifestarse con síntomas como urticaria, edema, hipotensión, dificultad para respirar, mareos y pérdida del conocimiento. En casos severos, el shock anafiláctico puede incluso causar la muerte.
La recomendación es no tocar en ningún momento las orugas para retirarlas, ni pisarlas. La Policía Nacional también recomienda lavar la zona con agua, pero sin frotar. En caso de inflamación, rojeces o/y fiebre, acudir a los servicios de urgencias.
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