Durante 2019, el comportamiento de las bolsas en los países desarrollados ha sido óptimo, aunque actualmente se empieza a notar que la evolución de la economía, a nivel global, muestra una fuerte desaceleración, tal y como indican la OCDE, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. id:54062
Por lo que la valoración bursátil de este año se aleja cada vez más de la realidad económica en el mundo, provocada, además, por motivos geopolíticos.
La situación del Brexit se hace patente con el acuerdo alcanzado entre Bruselas y Londres. Las elecciones generales realizadas este pasado diciembre, dieron una amplia mayoría a Boris Johnson, por lo que se abre una fase en la que el Primer Ministro comenzará un largo y complejo proceso de negociación con Bruselas, que definirá el nuevo marco comercial entre la Unión Europea y Reino Unido. Un proceso no exento de riesgos, en el que algunos analistas se cuestionan si será posible llegar o no a un acuerdo antes de que acabe este año.
Por lo que respecta a la guerra comercial iniciada por Donald Trump a China, el acuerdo alcanzado entre Trump y Xi Jinping no ha eliminado los aranceles actuales en su totalidad, sino la reducción parcial de algunos de ellos, evitando que la guerra arancelaria escalase en magnitud con la imposición de nuevas tarifas. Los inversores ahora esperan que EEUU y China sellen un pacto que abra la puerta a la fase dos de las negociaciones, que permita eliminar la totalidad de los aranceles vigentes. Esta nueva fase supondrá un gran reto, ya que toca aspectos comerciales más complejos de medir como es el “robo de la propiedad intelectual.
Pero además, recientemente han surgido otros focos de tensión, que todavía están lejos de una posible solución: las crecientes revueltas sociales en América Latina, así como entre China y Hong Kong, y el reciente asesinato del general iraní Soleimani por parte de EEUU. Las repercusiones económicas y políticas de estos nuevos focos de riesgo aún están por cuantificarse, pero a priori, todo apunta a que tenderán a incrementar la prima de riesgo y a afectar negativamente al crecimiento económico mundial.
En palabras de Pablo Gil, jefe de Estrategia de XTB: “por otra parte, estamos viendo que se mantiene la euforia compradora en la Bolsa pese al deterioro económico, esto es debido a que desde hace años, los Bancos Centrales están llevado a cabo políticas monetarias tremendamente expansivas, inundando de liquidez el sistema financiero a precios históricamente bajos. Esto ha sido el caso del Banco Central Europeo, el Banco de China, el Banco de Japón y ahora también la Reserva Federal, entre otros,... “
Ante este entorno, ¿qué se puede esperar de las bolsas para el año que viene? Para Pablo Gil: “la tendencia sigue siendo muy alcista en la bolsa estadounidense, lo que está tirando del resto de las bolsas del mundo al alza. Sin embargo, si no se produce una mejora de la economía durante 2020, la situación puede ser insostenible. No hay que olvidar que EEUU se encuentra en este momento en el ciclo expansivo económico más largo de la historia, y si bien eso no significa que vaya a acabarse en breve, si nos dice que probablemente estamos en la fase final de este ciclo”. Y añade, “de cara al año que viene hay varios eventos que pueden determinar el comportamiento de la renta variable: la evolución de la Guerra Comercial, la crisis entre EE.UU e Irán y las elecciones generales en EEUU. Personalmente no descarto que el inicio del año siga la misma pauta que hemos vivido durante 2019, es decir, subidas adicionales. Sin embargo, a medida que avance el año, veo menos probable que esta tendencia se pueda mantener”.
En conclusión, los inversores de corto plazo todavía pueden disfrutar de un entorno cómodo, siempre y cuando no se rompan las negociaciones comerciales entre EEUU y China, porque en ese caso, hay un alto riesgo de corrección en los mercados. Con respecto a los inversores de largo plazo las previsiones no son muy halagüeñas, ya que la duración del ciclo, la debilidad económica, el agotamiento de las políticas monetarias, el terrible endeudamiento de las principales economías desarrolladas y algunas economías emergentes, hacen difícil que no se produzca un accidente tarde o temprano. Y dada la valoración de la bolsa, (que en EEUU ya representa niveles récord si lo analizamos en relación al PIB, incluso superando niveles de la burbuja “punto com” en el año 2000), cuando comience la corrección probablemente se verán caídas cercanas al 40% o 50%, tal y como ocurrió en 2008 y en 2003.