Lucera detalla cuáles son las trampas que las eléctricas suelen esconder en sus ofertas. id:51802
Las facturas de luz suelen presentar grandes enigmas a los usuarios. Debido a la falta de transparencia por parte de las eléctricas y a los conceptos, las tasas y la terminología compleja que aparecen en los recibos, se hace muy difícil que quede claro por qué tipo de servicio se está pagando y que, además, no esconda ningún sobrecoste. De hecho, según datos de
Lucera, la compañía eléctrica que apuesta por la eficiencia real con energía 100% verde, nueve de cada diez consumidores podrían ahorrar en su factura de luz una media de 68,4€ al año si supieran qué significan los conceptos discriminados de su recibo mensual y aprendieran a ser más eficientes con cambios mínimos.
Por ello es necesario que los usuarios primero identifiquen a qué mercado pertenece su contrato, si es al mercado libre o regulado. Así pueden conocer cuál es el precio que pagan por la electricidad y los derechos que los amparan. La tarifa que se aplica en el mercado regulado se denomina PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), la cual cambia cada hora en función de la oferta y la demanda. Para este grupo de clientes, que todavía supone el 38,3% del total,no pueden ofrecerse servicios extra o descuentos, solamente el Bono Social a hogares considerados vulnerables.
En el mercado libre la historia es diferente, porque se suelen ofrecer tarifas donde el precio de la luz es menos flexible que con el PVPC. De esta forma generan una estabilidad en los precios y así se huye de la variabilidad del mercado regulado. La trampa está en que muchas de ellas aseguran que ofrecen servicios donde se aplica un porcentaje de descuento en las tarifas, que en muchas ocasiones suelen ir acompañados de permanencias en la compañía. Esto hace creer a la mayoría de los usuarios que están pagando el mismo precio del kWh existente en el mercado regulado (PVPC) cuando no es así. Además, pueden ofrecer servicios adicionales que muchas veces el usuario no necesita, encareciendo así la factura de forma artificial.
¿Cuáles son las trampas que esconde el mercado libre?
- Descuentos falsos: Los descuentos que las comercializadoras disfrazan se suelen aplicar sobre las tarifas que ellas mismas definen. Es decir, a pesar de contar con ese descuento, la tarifa que se suele cobrar puede ser más cara que la que pagarían los usuarios en el mercado regulado. Para evitar pagar de más, lo ideal sería tener claro la duración del descuento, porque muchas veces suelen finalizar a partir del segundo año.
- Ofertas irresistibles: Existen momentos en el año donde la tarifa del mercado regulado es más cara que en el mercado libre, ya que el precio del kWh ofertado para ese periodo es menor del que ofrece el regulado. Por lo cual, las eléctricas suelen aprovechar para convencer a las personas de que se pasen al mercado libre con ofertas irresistibles. El problema surge cuando la tarifa del mercado regulado baja, causando que los usuarios terminen pagando de más en vez de ahorrar al final del año.
- Condiciones y precios: En el mercado libre existen tantas ofertas como puedan imaginar las eléctricas. Por un lado, es fundamental saber si la potencia contratada es la adecuada a las necesidades del usuario. Además, los términos y el valor de la energía cambian año a año, por lo que es muy importante revisar la letra pequeña y las condiciones a las que el consumidor se ha suscrito. De esta manera se evita pagar de más y comprometerse a unas condiciones que no sean favorables, que en el caso de asumirse deberán cumplirse hasta que finalice la cláusula de permanencia, si la hubiera.
- Servicios adicionales: Las eléctricas del mercado libre suelen incluir dentro de la tarifa contratada otros servicios adicionales de los que el usuario muchas veces no está al tanto. Uno de los más comunes es el seguro de asistencia por averías en el hogar. Aunque el precio ofertado esté por debajo del mercado regulado, muchas compañías suelen engrosarlo con la suma de este tipo de servicios. Los usuarios deben prestar atención a su factura y controlar cada uno de estos servicios adicionales. Es fundamental que estos servicios estén a disposición de los consumidores, pero que solo sean ofrecidos a aquellos usuarios que realmente tengan la necesidad y que los contraten con conocimiento real.
- Las tarifas “planas”: En otros sectores, este tipo de oferta hace referencia a un precio fijo, independientemente de la cantidad de tiempo o flujo que se lo utilice. Pero en el mercado de la electricidad no sucede lo mismo. En este caso, las empresas analizan el consumo de un usuario y establecen un precio medio al mes basados en una estimación del gasto de energía. Si consume menos, seguirá pagando el mismo precio, pero si se pasa pagará un excedente. Por lo que la mejor opción es llegar al límite de consumo para no estar pagando de más. Es fundamental analizar si es conveniente este tipo de tarifa, ya que muchas veces se termina pagando de más a largo plazo.
“Muchas de las comercializadoras de referencia tienen empresas homólogas en el mercado libre. Precisamente por eso insisten en ofrecerte tarifas fijas que solamente tienen cabida en el mercado libre, y donde además pueden ofrecer servicios extras. De esta forma sólo se encarecerá la factura. Especialmente si se dispone del Bono Social, es mejorhuir del mercado libre y quedarse en el mercado regulado.”, señala Jesús Miñana, director general de Lucera.
Lucera por su parte, apuesta por la honestidad y la transparencia, señalando desde un primer momento al usuario qué tarifa le conviene más según sea su consumo. Ha sido pionera ofreciendo energía renovable a precio de coste y en utilizar Big Data con el objetivo de reducir el impacto energético de los hogares y empresas. Su modelo de negocio está basado en una suscripción mensual de 4,90 euros al mes y en un planteamiento sencillo y claro para los consumidores, que pueden contar con el asesoramiento de la compañía para ahorrar en la factura de luz y que sean más eficientes energéticamente.