Cómo tener un negocio remoto

Gestión remota

Ya no es fácil practicar correctamente la gestión directa, entonces, ¿qué pasa con la gestión remota? Básicamente una buena gestión se basaría en 3 principios esenciales: escucha, gestión de conflictos y proximidad.

La proximidad es la ventaja de la gestión directa frente a la gestión remota, que implica la ausencia de contacto directo entre una persona y sus empleados. Este principio es la clave a la hora de organizar un negocio remoto. Sin embargo, puede resultar más que eficaz si se hace bien. Su éxito comienza creando vínculos entre uno y sus colegas para asegurar una cierta cohesión y establecer un sentimiento de pertenencia a la organización que emana del equipo. Todo ello en un clima de confianza. Ten en cuenta que cuanto más sentido encuentre tu equipo a su trabajo, más tendrá este sentimiento de pertenencia, y cuanto más se sienta valorado, más motivado estará para llevar a cabo los proyectos. Cuanto más involucrado, más productivo será. Mientras tú no estés la cultura de tu empresa debe continuar ¡Así es como inicias un negocio de primera calidad!

Anticipa tu ausencia

Antes de salir y abandonar tu negocio, organízate y anticípate. Avisa a tus compañeros con varios días de antelación para que sepan delegar eficazmente. De ahí la importancia de saber rodearse bien. Rodearte de gente con la que puedas contar, poder confiar en tus compañeros, esa es la clave. Define reglas claras y precisas que tus empleados deben respetar estrictamente en tu ausencia, establece objetivos de manera explícita. Debes asegurarte de que todas las instrucciones dadas han sido entendidas por todos, si quieres que sean correctamente respetadas. Quizás sea conveniente celebrar una reunión antes de tu partida para recordar todo esto y aclarar cosas para poder partir con buenas bases y, sobre todo, con más tranquilidad.

Es mejor que comience en el período denominado “de menor actividad”, en la medida de lo posible, fuera del período de publicación de resultados financieros. Lo ideal es haber terminado de procesar la mayor cantidad posible de archivos grandes en curso, absteniéndose de concertar citas por supuesto. Guarda tu teléfono celular y tu ordenador portátil. Pero recuerda que estás de vacaciones, así que úsalos con moderación.

Descanso: una obligación

Las vacaciones, un lugar sinónimo de descanso y relajación, te ofrecen algo imprescindible: ¡descanso! Una vez calmado, tu capacidad de dar un paso atrás se multiplica por diez. Una buena manera de entender la estrategia general de su empresa. Cultura diferente, inspiración diferente. Deja volar tu imaginación y tu sentido creativo, quién sabe, tal vez puedas innovar y poner en marcha nuevos proyectos. Por el contrario, como directivo estresado, corres el riesgo de tomar decisiones equivocadas por tu falta de perspectiva a medio y largo plazo. No pierdas de vista el alcance del potencial de su empresa. Debes poder visualizar claramente las perspectivas de desarrollo de la empresa a gran escala. Para medir tu estrategia, comienza sopesando los pros y los contras. De lo contrario, evalúa las cosas. No es tan obvio a primera vista, y hay que admitirlo, es más fácil decirlo que hacerlo, tomarse unas vacaciones puede ser una oportunidad para evaluar el funcionamiento del negocio. Esta es una oportunidad de ver si el negocio se mantiene y continúa operando sin ti. Durante tu ausencia, el negocio debe operar de forma independiente.

Esto también permite comprobar su cohesión. Es fundamental que puedas contar con tus empleados. Rompe tus malos hábitos de ser adicto al trabajo que para quienes te rodean, es decir tu familia y amigos, es seguramente una de las peores drogas. Esta adicción te impide pensar en ti mismo, tomarte un tiempo para quienes te rodean, tomarte un tiempo para vivir, recargar pilas y recargar pilas. En una palabra: “Escapar”. Sepárate de tu teléfono durante unas horas. Revisar el correo electrónico por la mañana y por la noche, y echar un vistazo a las llamadas telefónicas importantes de vez en cuando parece ser un buen compromiso. Llámalo como quieras, este tipo de gestión implica estar al tanto de todo sin estar físicamente presente.