Anatomía lunar
Esta piedra debe su nombre a la similitud que posee su brillo al de la luna. A pesar de la diferencia entre sus variadas tonalidades, todas poseen el mismo resplandor. Esto se debe al mineral del cual proviene, feldespato, caracterizado por presentar fenómenos ópticos como la adularescencia.
El feldespato es conocido por las gemas que produce, las cuales se dividen en dos grupos según la formación del mineral, plagioclasa y potasio. El primero, caracterizado por su alto contenido de calcio y sodio, comprende la mayor parte de las piedras preciosas. El segundo posee la misma composición química, pero su estructura cristalina varía.
Los yacimientos más populares para encontrar la piedra de la luna son Birmania, Estados Unidos, Austria e India. Además de estos, su mayor calidad puede conseguirse en los Alpes Europeos, Madagascar, Tanzania y Sri Lanka. Este último cuenta con una mina en Meetic Yagoda, de donde provienen los minerales.
El efecto de luz blanco-azulada que resbala sobre la superficie de la gema es lo que llaman adularescencia. Pero los colores varían ligeramente al cambiar la tonalidad de la piedra. Sus otras versiones comprenden el azul, melocotón, blanco, gris y la conocida luna arcoíris.
Facultades y usos en el tiempo
Las diferentes creencias y costumbres relacionadas a la piedra luna han viajado a través de las generaciones. Inicialmente, el hinduismo la reconoció como la piedra posada en la frente de la diosa Kali. Por otra parte, en Occidente creían que su resplandor pertenecía a una deidad positiva, y que estaba compuesta por trozos lunares.
Otras civilizaciones intentaron descifrarla con mayor profundidad, como Roma. Se pensaba que la piedra era capaz de cambiar sus propiedades físicas según las fases de la luna. Y que una en particular permitía observar la imagen de la diosa Diana en su interior.
Actualmente, es reconocida dentro de prácticas esotéricas para mejorar aspectos emocionales, psicológicos y físicos. Todo ello a partir de la energía que posee dentro, y se presume que es capaz de transmitirse a la vida de una persona.
Dentro del inconsciente colectivo la luna ha sido relacionada con lo oculto, el secreto, y que después de realizar un viaje introspectivo, se reconoce en la luz. Consiste en un proceso de reconocimiento personal a través de los sueños.
Entre el ámbito emocional, se le ha atribuido como imán y protector del amor, especialmente enfocado en el amor de pareja. Siembra el poder de la aceptación, la preservación y el erotismo. Es utilizada como joya en rituales para hacer que funcione.
El apoyo personal y hacia otros también se le ha atribuido como resultado de su presencia. Promueve la aceptación individual y la sensibilidad con respecto a otros. Esto motiva el desarrollo profesional y la conducta humana.
Las propiedades adicionales de algunos cristales específicos
Según el tipo de piedra de luna, se le atribuye un enfoque diferente. Todas poseen las cualidades mencionadas anteriormente, pero al cambiar sus características físicas, se agregan funciones adicionales. La mayoría están concentradas en el aspecto emocional, pero su beneficio también varía según la persona que la use.
La piedra de luna gris se relaciona con la percepción del más allá, los misterios de la luna nueva. La blanca, por otro lado, estimula el proceso onírico y la visión psíquica, magnifica las emociones femeninas y el equilibrio masculino.
La variedad melocotón permite la calma, aliviando las tensiones y la ansiedad, particularmente en los niños. También estimula la mente y brinda apoyo al corazón. Y yendo un poco más allá, la piedra arcoíris desvía las energías negativas, aliviando los pesares emocionales y brindando un sueño tranquilo.
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