Aunque Argelia está consumiendo aceleradamente sus reservas de divisas, no se financia en el mercado internacional ni abre su economía a una mayor inversión extranjera. id:50972
La economía de Argelia se sustenta en el petróleo y el gas, que representan más del 95% de las exportaciones y el 60% del presupuesto del Estado. Para limitar el impacto económico del deterioro de los precios del petróleo y sustentar el gasto público, la Administración ha utilizado el fondo de estabilización acumulado durante el periodo previo de altos precios. Con el fondo prácticamente agotado, Crédito y Caución prevé un modesto crecimiento de Argelia en 2019 y 2020, por debajo del 2%.
El déficit presupuestario de Argelia crecerá de nuevo en 2019. Una quinta parte del presupuesto se destina a las subvenciones que sostienen el vasto sistema de asistencia social del país. En ese contexto,
Crédito y Caución prevé que la deuda pública de Argelia aumentará considerablemente desde el 9% del PIB en 2015 a más del 58% en 2020. El déficit de la balanza por cuenta corriente, que se financia principalmente con cargo a las reservas internacionales, superará en 2019 y 2020 el 10% del PIB. Las reservas de divisas siguen siendo elevadas, pero disminuyen rápidamente: de los 30 meses de cobertura de importaciones que suponían en 2014, han pasado a 16 meses en 2019.
De acuerdo con la aseguradora de crédito,
“para garantizar la prosperidad y la estabilidad a largo plazo, las autoridades de Argelia tendrían que acelerar su ritmo actual de diversificación económica”. Sin embargo, con un 90% del PIB controlado por el Estado, la burocracia, el limitado acceso a la financiación y la rigidez del mercado laboral siguen obstaculizando la iniciativa privada y la inversión extranjera. “
La carga de la política fiscal y de las presiones financieras internas podría aliviarse si la Administración decidiera comenzar a financiarse en el mercado internacional y abrir la economía a una mayor inversión extranjera”, añade.