El país mediterráneo alcanzará uno de los niveles de deuda pública más elevados del mundo, pero manejable por el momento. id:65281
La economía griega se ha visto muy afectada por la pandemia. Grecia, donde el sector turístico representa casi el 27% del PIB, se enfrenta a una contracción económica superior al 7% en 2020. De cara a 2021,
Crédito y Caución prevé un rebote, pero los riesgos a la baja siguen siendo elevados. Si la pandemia llegue a su fin en 2021, la recuperación de las inversiones, el consumo privado y las exportaciones debería conducir a un crecimiento cercano al 7,5% en 2021. Se espera que el desempleo, que ha superado el 18%, vuelva a disminuir. Sin embargo, una mala evolución de la pandemia o el deterioro de la relación con Turquía podrían perjudicar los resultados económicos, especialmente en el sector del turismo.
La competitividad de Grecia se ve condicionada por cuestiones como los derechos de propiedad, la formación de la fuerza de trabajo, la escasa capacidad de innovación, los altos impuestos, la regulación laboral restrictiva y la falta de financiación para pymes y empresas de nueva creación. El sector bancario se ha vuelto más resistente, pero sigue siendo vulnerable ante la recesión provocada por el coronavirus. El sector volvió a ser rentable en 2019, con el aumento de los precios de los bienes inmuebles. Sin embargo, es probable que este escenario se invierta con la pandemia. Los bancos han permitido aplazar los pagos del principal de los préstamos a familias y empresas en un contexto donde los préstamos en mora representan más del 35% del total.
Para apoyar a la economía, la Administración ha adoptado medidas financieras y fiscales que suponen cerca del 14% del PIB, incluidas garantías de préstamos, gastos sanitarios adicionales, transferencias de efectivo a los hogares, diversas formas de apoyo a las empresas y reducciones de los tipos del IVA. Aunque en parte se financiarán con fondos de la Unión Europea, estos gastos adicionales generarán un déficit fiscal del 7% del PIB en 2020, que incrementará la deuda pública al 190% en 2020. Se trata de uno de los niveles de deuda pública más elevados del mundo, pero manejable por el momento. Grecia cuenta con grandes reservas de efectivo, equivalentes al 19% del PIB, que proporcionan una importante protección contra posibles crisis de liquidez. La flexibilidad monetaria del BCE, la proporción, superior al 90%, de deuda a interés fijo y el vencimiento medio de 21 años son otros factores que mitigadores del riesgo de sostenibilidad de la deuda.