Los impuestos de los autónomos en España se cobran al mismo tipo que cualquier otra persona. Esto se debe quizás a que hay más de 3,2 millones de personas registradas como autónomos en España.
La buena noticia es que los impuestos para los emprendedores en España varían según el tipo de trabajo. Además, las cotizaciones a la Seguridad Social de quienes acaban de iniciar un negocio en España se han fijado en un tipo más bajo durante los primeros 24 meses.
Los autónomos pagan el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) al mismo tipo que las demás. La Agencia Tributaria (Hacienda) determina la cuota tributaria de cada uno.
Los tipos impositivos varían entre las sociedades limitadas (SL) y los autónomos
El impuesto para los autónomos en España tiene un tipo progresivo. Como tal, varía entre el 19 y el 47%, según los ingresos obtenidos. Hay que tener en cuenta que las regiones de España gravan de forma diferente, por lo que los tipos varían en todo el país.
Por lo que se refiere a la legislación laboral, tenga en cuenta que las reformas de las pensiones propuestas para los trabajadores autónomos en España podrían duplicar su cotización mensual en 2022. Está previsto que el gobierno español comience a calcular las cotizaciones en función de los ingresos netos de los trabajadores autónomos (ingresos reales). Con este cambio, el gobierno pretende cerrar la brecha entre la media de las pensiones mensuales de los jubilados del trabajo en nómina (1.091 euros) y los jubilados autónomos (686 euros).
El impuesto de sociedades en España
Según vamos viendo el tema de la fiscalidad y ya solo por eso va siendo hora de encargar la constitución de empresa a una asesoría personalizada como es Entre Trámites. Hay que tener en cuenta que el Impuesto de Sociedades en España para las Sociedades Limitadas es un 25% fijo sobre los beneficios. Pueden aplicarse otros tipos impositivos, dependiendo del tipo de sociedad que tribute y de su tipo de actividad, y las sociedades residentes tributan por su renta mundial.
Las empresas de nueva creación tributan a un tipo impositivo del 15% tanto en el primer período impositivo en el que obtienen beneficios como en el siguiente. Este tipo impositivo no se aplica a las sociedades patrimoniales, es decir, las que no ejercen actividad empresarial ni a las sociedades de nueva creación que forman parte de un grupo nacional o internacional.
La responsabilidad personal y el financiamiento
Mientras un autónomo puede llegar a perderlo todo si su negocio fracasa y no cierra a tiempo, el socio de una sociedad limitada solo responde por su porcentaje de acciones en la sociedad, su patrimonio personal y su participación empresarial están perfectamente diferenciadas.
Y la financiación es más fácil de conseguir por una sociedad limitada, por pequeña que sea, siempre que obtenga beneficios, que por un autónomo que para un banco sólo es una persona.
Si su negocio como autónomo ya ha crecido lo suficiente y quiere pasar a un nivel superior, puede consultar con estos expertos en empresas que se ocuparán de todos los siguientes trámites en un tiempo record:
- Constitución de Sociedad Limitada (SL)
- Certificado de Denominación Social
- Certificado bancario de depósito del capital social
- Estatutos Sociales de la Sociedad Limitada
- Coordinación con la Notaría
- Alta de IAE ante Agencia Tributaria (AEAT)
- Certificados Digitales de persona jurídica y física.
- Escritura de constitución en el Registro Mercantil.