La compañía CroisiEurope estrena nuevo barco de lujo apostando por este destino y Canarias. id:59126
Córcega es uno de los destinos mediterráneos menos conocidos y, sin embargo, de los más bellos e interesantes. Saint-Exupéry dijo de la isla: “El sol le hizo tanto el amor al mar que acabaron engendrando Córcega“. Pero no ha sido el único piropo que ha recibido la isla que vio nacer a Napoleón. Los griegos la llamaron “la sublime” (Kallisté) y los franceses “Isla de belleza” (Ile de Beauté) y también “la perla de Francia”. No son exageraciones ya que se trata de un increíble mosaico de paisajes naturales infinitos, diferentes los unos de los otros en la más pequeña de las grandesislas del Mediterráneo occidental.
Tal vez parte del desconocimiento que se tiene de Córcega se deba a las pocas comunicaciones que ha tenido con el continente pese a su relativa proximidad a las costas de Francia, Italia y España. Ahora, la compañía CroisiEurope, principal empresa de cruceros fluviales del mundo, lanza una propuesta muy original que permitirá conocer lo mejor de la isla desde el mar a bordo de uno de sus nuevos barcos, La Belle des Océans (ver vídeo del barco) que se estrena con este crucero marítimo.
Para esta travesía por el mar, con salida y regreso en Niza, la compañía ha diseñado un nuevo barco, muy distinto a los que navegan por los ríos y canales de toda Europa y en otros lugares del mundo, aunque manteniendo sus señas de identidad de lujo, atención, magnífica gastronomía y libre elección de bebidas a bordo. El MV La Belle des Océans es el segundo barco marítimo de la flota CroisiEurope. Con amplias y cómodas cabinas con vista al exterior, este barco ofrece muchas comodidades: restaurante, salones, bares e incluso una piscina y su restaurante asador, que propone un espacio agradable para relajarse y disfrutar durante el viaje o en las escalas. La terraza, además de la piscina, está equipada con tumbonas, un gimnasio y una sala de descanso, además ofrece servicio de bar.
El barco tiene 7 puentes y 64 cabinas y suites, perfectamente equipadas para un total de 128 pasajeros, algunos menos que en los barcos fluviales, lo que da ida del mayor tamaño en los camarotes y más espacios comunes. Una de las características de CroisiEurope en todos sus cruceros es la exquisita gastronomía contemporánea e internacional elaborada por prestigiosos chefs franceses y la posibilidad de disfrutar de todo tipo de vinos y bebidas tanto en las comidas y cenas como en todo momento en el bar durante la duración del viaje. Debido a la crisis del coronavirus, los cruceros fueron suspendidos y las travesías que tenía previsto hacer La Belle des Océans aplazadas. Ahora se retoma ésta en torno a Córcega a partir de mediados de agosto y hasta mediados de octubre, cuando el barco comenzará una serie de cruceros marítimos en Canarias. Posteriormente, se harán los recorridos inicialmente previstos en las islas del Caribe, las Azores y de nuevo cruceros fluviales en el río San Lorenzo de Canadá.
Seguridad y confianza
La situación excepcional generada por CoVid-19 ha adquirido una dimensión global. Los gobiernos de muchos países aplican medidas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. CroisiEurope, fiel a sus valores, ha tomado decisiones y medidas sin precedentes siguiendo y aplicando la evolución de las directivas gubernamentales y de salud. La empresa familiar francesa coloca la seguridad de los pasajeros y la proximidad de los destinos en el corazón de este sistema. A esto se suman las ventajas de este tipo de cruceros, como el tamaño humano de los barcos en la flota y el respeto del turismo fluvial frente al medio ambiente que más que nunca quiere estar cerca de la naturaleza y la cultura.
Para respaldar este plan a gran escala, CroisiEurope ha implementado una serie de acciones que mantienen la salud de sus clientes y empleados en el centro de sus preocupaciones, como son el suministro de productos de higiene (máscaras, guantes, gel hidroalcohólico, productos desinfectantes, dispensadores de jabón, etc.) para todos los pasajeros y todo el personal; asegurar el cumplimiento de los procedimientos para la limpieza de superficies de trabajo y equipos; garantizar las distancias de seguridad de un metro aplicables en la embarcación por parte de los pasajeros y la tripulación; medición de temperatura de cada cliente al abordar el barco; servicio doble (desayuno, almuerzo y cena) para permitir una distancia de un metro entre los clientes en el restaurante; aligerar el desayuno buffet y establecer un camarero para reducir el manejo de los utensilios por parte de los pasajeros, refuerzo de las normas de higiene para las comidas del personal y los pasajeros, distribución de mascarillas, guantes y gel antes de cada salida de excursión, etc.
Para dar tranquilidad a los viajeros al hacer las reservas, de modo excepcional para todas las reservas nuevas y para todas las salidas hasta el 30/11/2020, CroisiEurope está lanzando una oferta original: no se debe pagar el depósito por la reserva, el pago del viaje se realizará 15 días antes de la salida, pudiendo cancelarse hasta 16 días antes. La proximidad es otra de las prioridades en estos tiempos para CroisiEurope, que pretende iniciar sus cruceros a partir del 15 de julio, por eso, además de los cruceros mencionados en Córcega y Canarias, se mantienen en Francia los barcos fluviales por el Sena, el Ródano, el Loira y el Gironda y en sus barcazas en los canales de Francia: Alsacia, Borgoña, Champaña, Isla de Francia, Loiret y Provenza.
Bordeando la costa corsa
Córcega es una isla, un mundo aparte, lleno de misterio, codiciada y conquistada a menudo a lo largo de su historia. Y también por eso se ha sentido siempre distinta al resto del mundo, anclada en valores que le son propios. Mediterránea y francesa, pero corsa ante todo, ha forjado a lo largo de los siglos una cultura original, rica y profunda. Tierra genovesa y más tarde francesa, Córcega reivindica sus tradiciones vivas y sus costumbres seculares que se encarnan en las voces, la música o la artesanía.
El Museo Nacional de la Casa Bonaparte y el Museu di a Corsica narran toda la historia de Córcega. Además, esta isla disfruta de un entorno excepcional. Una península repleta de monte bajo, volcada en el golfo de Génova, con una costa occidental de rocas esculpidas por el viento y el mar, y ciudades luminosas adosadas a los acantilados calcáreos, playas de tonos caribeños, picos de granito que apuntan al cielo, pueblos de montaña sobre ciudades balneario de moda... Córcega es en sí misma una lección de geografía.
Córcega tiene muchas facetas por descubrir... la pregunta que uno se puede hacer visitando la isla de la belleza es “Qué es lo que no tiene Córcega?”. Mar, montaña, bosques, ríos, ciudades y pueblos con encanto, gastronomía y vinos con carácter, sin olvidar las tradiciones que mantienen viva la cultura corsa.
Aunque es la más montañosa de las islas mediterránea, en realidad, puede decirse que Córcega es una montaña en el mar, con cumbres que superan los 2000 metros de altura –el punto culminante está a 2710 metros–, y posee un patrimonio natural único, de hecho, muchas de sus riquezas naturales han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, en un intento por conservar una isla salvaje, apuesta por un turismo sostenible, evitando el turismo de masas.
Pero la riqueza natural de Córcega no se reduce a sus montañas. También están los bosques de pinos que rodean lagos de altitud, los pastos alpinos, el monte bajo inexplorado, los viñedos, los 25 ríos que la recorren y los más de 1000 kilómetros de un litoral variado, con 200 playas de arena fina. La Costa oeste es la más salvaje, la más recortada, con esos profundos acantilados de pórfido rojo y de caliza blanca, esos cañones de granito; y el litoral este está recorrido por la larga planicie de Aléria... Una riqueza natural que hay que preservar, por lo que dos tercios de la superficie de la isla son Parque Natural Regional, en total 3500 km², con cinco Reservas Naturales y un Parque Marino Internacional.
Un recorrido apasionante
Con salida y regreso en Niza, a donde hay vuelos directos desde varias ciudades españolas, el
crucero de ocho días que propone CroisiEurope, permite recorrer desde las murallas de la ciudadela hasta el encanto de los arroyos, entre las colinas azules y salvajes, a descubrir tesoros insospechados, a merced de escalas con encanto. Se comienza en la bella Niza, un pequeño paraíso que no deja de seducir, ya que ha conquistado a muchos aristócratas, artistas o escritores inspirados en la belleza del lugar. A la sombra de la colina del castillo, hay que descubrir la vieja Nice con sus coloridos callejones, sus iglesias barrocas y sus suntuosos palacios. Y naturalmente hay que pasear por Cours Saleya, el elegante paseo marítimo del casco antiguo de Niza, donde se monta un espectacular mercado de flores, ahora bordeado de tiendas y restaurantes. Y por supuesto el elegante Paseo de los Ingleses.
La primera visita en Córcega es Ajaccio "ciudad imperial" y antiguamente "ciudad del coral", es el lugar de nacimiento de Napoleón Bonaparte. Hay que visitar sus principales monumentos, como el palacio de justicia, la corte de Napoleón, la plaza donde se encuentra un monumento ecuestre de bronce que representa a Napoleón y sus cuatro hermanos, así como la de Austerlitz donde, según la leyenda, fue fascinado durante su infancia por los personajes históricos, y soñaba con conquistas y gloria. La verdad es que cumplió su sueño. A continuación se emprende el misterioso camino de las islas Sanguinaires, un archipiélago que ofrece un verdadero espectáculo natural a todos los visitantes.
Otros puntos clave del recorrido de CroisiEurope por Córcega son Calvi, y su magnífica bahía, aunque la mejor vista se obtiene desde su ciudadela, de pie sobre un promontorio rocoso y rodeada de altas murallas reforzadas por bastiones, la ciudadela contiene una pequeña joya, la antigua ciudad de Calvi con edificios que no carecen de interés como el oratorio de Saint-Antoine y el Palacio de los gobernadores genoveses. También hay que visitar la catedral de San Juan Bautista con su Cristo Negro de los Milagros. Antes de unirse al barco, no hay que perderse la Torre de la Sal; también puede hacerse una excursión para descubrir los antiguos pueblos de Balagne, apodado "el jardín de Córcega" gracias a sus colinas fértiles. Esta región reúne una treintena de aldeas que se presentan como belvederes en picos rocosos o escondidas en el corazón de los valles estrechos.
Bonifacio es un verdadero museo al aire libre, la ciudad de los acantilados revela sus callejones y senderos, su fortaleza milenaria o sus casas encaramadas a 60 metros sobre el mar. Los más valientes, pueden animarse a subir la Escalera del Rey de 187 escalones, y con espectaculares vistas desde lo alto. Luego se puede hacer una excursión en barco local al archipiélago de Lavezzi, con sus islotes y arrecifes de granito, así como las cuevas marinas, mientras se observan desde el mar los acantilados de Bonifacio. Durante la navegación desde el crucero a Porto Vecchio se contemplan las reservas naturales de las islas Cerbicale y las bocas de Bonifacio, y a lo lejos las islas Cavallo y Lavezzi. Por la noche, se visita una posada tradicional en el corazón de la Córcega salvaje. En la sala calentada por la gran chimenea o afuera bajo los alcornoques, los propietarios compartirán con los viajeros un poco de su historia y su pasión, disfrutando de una cena compuesta según las estaciones y los productos de la granja al sonido de las canciones y guitarras corsos.
La siguiente escala es Porto Vecchio, la antigua ciudad de la sal que se forma en dos mitades; arriba la ciudad alta, con sus pintorescos callejones y los restos de la ciudadela. Abajo, el puerto con la arquitectura más moderna. Porto Vecchio ha conservado cierto encanto con sus estrechas callejas y casas típicas apenas más altas que las paredes y la ciudadela. Por la tarde navegación a Bastia. Hay que aprovechar la oportunidad de relajarse junto a la piscina o mimarse en el gimnasio. Los más estudiosos podrán asistir a una conferencia en el bar salón.
Al día siguiente se puede hacer una excursión a Cap Corse, con almuerzo incluido. Es el territorio más al norte de Córcega, una larga cadena montañosa de 40 km. que se sumerge en el mar, un patrimonio natural salvaje preservado que revela sus bosques, sus montañas, sus pequeños pueblos encaramados en la ladera de la montaña, pero también sus magníficas pequeñas calas. El camino a lo largo de la costa salvaje ofrece una sucesión de hermosos paisajes: acantilados, especialmente en la costa oeste, costas recortadas donde se encuentran las torres de la época genovesa, pintorescos pueblos. Desde Bastia, y por la carretera costera, se pasa por Erbalunga, adorable pueblo de pescadores, Santa Severa, pequeño y agradable puerto, el típico pueblo de Luri, el paso de Santa Lucía, Pino, pueblo ubicado entre higueras y naranjos...
Llega el momento de regresar tras siete días maravillosos, navegando y cruzando el Mediterráneo hasta Niza. Mientras La Belle des Oceans ve como los relieves de la Isla de la Belleza se desvanecen a su paso, nada como subir a la terraza para tomar un aperitivo y hacer tiempo antes de la cena de gala. Para algunos, puede ser una despedida, pero otros el inicio de un idilio con Córcega y la promesa de regresar.
Y para los que prefieran viajar en otoño, nada como disfrutar el clima primaveral de las Islas Canarias. Un
crucero en La Belle des Océans que visitará Lanzarote, Gran Canaria, El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife con sus playas de arena negra, bosques exuberantes, acantilados escarpados, calas dentadas de un negro brillante, olas de dunas, encantadores pueblos coloniales o grandes ciudades palpitantes...