Los pagarés han tenido una historia interesante. En ocasiones, han circulado como una forma de moneda alternativa, libre de control gubernamental. En algunos lugares, la moneda oficial adoptó la forma de un pagaré a la vista (sin fecha de vencimiento ni plazo fijo, lo que permitía al prestamista decidir cuándo exigir el pago). Id: 76034
Un pagaré es una forma de instrumento de deuda que representa una promesa escrita por parte del emisor de pagar a otra parte. Un pagaré incluirá los términos acordados entre las dos partes, como la fecha de vencimiento, el principal, los intereses y la firma del emisor. Esencialmente, un pagaré permite a las empresas conseguir
descuentos de pagarés para conseguir financiación de forma más rápida que si acudiesen al circuito bancario tradicional.
La lentitud de la banca tradicional en estudiar operaciones de financiación para empresas ha propiciado la aparición de compañías como Workcapital, que descuenta pagarés de forma rápida y sencilla. El proceso de aprobación -o no- del descuento es muy rápido. En pocas horas conoceremos si el descuento es posible. Eso depende solo de la calificación crediticia de nuestro cliente, no de la nuestra. Si nuestro cliente es buen pagador la operación saldrá adelante firmando el contrato de descuento, pero sin pólizas ni acudir al notario. Además, este tipo de descuento de pagarés no queda registrado en el CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España) con lo cual no aumentamos los riesgos bancarios tradicionales.
Quién necesita descuento de pagarés
Básicamente, toda aquella empresa que teniendo buenos clientes no tiene acceso a la financiación bancaris tradicional, como pueden ser:
- Empresas de reciente constitución.
- Empresas gacela.
- Empresas con dificultad de acceso a financiación bancaria.
- Empresas con líneas de descuento excedidas.
- Empresas con anotaciones en ficheros de morosidad (RAI, ASNEF, EXPERIAN).
- Empresas con deuda en Seguridad Social y Hacienda.
- Empresas en Concurso de Acreedores.
- Empresas con tensiones de liquidez.
El anticipo de facturas, otra forma de financiación
El anticipo de facturas, también conocido como factoring, es un tipo de financiación en el que una empresa compra las cuentas por cobrar de otra, es decir, sus facturas (el dinero que se le debe). Cuando un vendedor envía una factura a su cliente, la empresa de factoring le paga inmediatamente un porcentaje del valor de la factura.
El factoring permite a una empresa obtener un capital o dinero inmediato basado en los ingresos futuros atribuidos a una determinada cantidad debida en una cuenta por cobrar o una factura comercial. Las cuentas por cobrar representan el dinero que la empresa debe a sus clientes por las ventas realizadas a crédito. A efectos contables, las cuentas por cobrar se registran en el balance como activos corrientes, ya que el dinero suele cobrarse en menos de un año.
En ocasiones, las empresas pueden experimentar un déficit de tesorería cuando sus deudas o facturas a corto plazo superan los ingresos generados por las ventas. Si una empresa tiene una parte importante de sus ventas realizadas a través de cuentas por cobrar, el dinero recaudado de las cuentas por cobrar podría no ser pagado a tiempo para que la empresa pueda cumplir con sus cuentas por pagar a corto plazo. Por ello, las empresas pueden vender sus cuentas por cobrar a un proveedor financiero (llamado factor) y recibir dinero en efectivo.