El BCE ha mantenido la proyección de precios al consumo para 2022 en 1,3% y aumentado la central de 0,9% a 1,1%, a pesar del euro más fuerte y la brecha de producción. id:62900
Sigue siendo una inflación inaceptablemente baja y se acerca un baño de realidad, pues llevará tiempo que veamos inflación en el mundo post-Covid, dada la demanda deprimida, con una inflación subyacente que puede seguir rondando niveles de agosto hasta finales de año.
El caso es que la historia del BCE está marcada por episodios de vacilación, sólo para verse obligado a hacer más en una etapa posterior. Aunque ha indicado que "probablemente utilizará en su totalidad" el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PCEP), los mercados necesitarán más. En última instancia volverá a aumentar el Programa, probablemente en 500.000 millones de euros en diciembre. La esperanza es que sea el último paso, a medida que la política fiscal tome el testigo de apoyo a la recuperación. También esperamos que en diciembre aumente el multiplicador de reservas bancarias mínimas de seis a ocho veces para el cálculo de las exentas de remuneración a interés negativo.
El BCE ha mencionado el tipo de cambio como lastre para la inflación
Además el BCE ha mencionado el (alto) tipo de cambio como un lastre para la previsión de inflación: “el Consejo de Gobierno evaluará cuidadosamente los datos, incluido la evolución del tipo de cambio". Es la primera referencia al tipo de cambio en una declaración introductoria desde enero de 2018.
Aunque el BCE estime que un euro más fuerte refleja una creciente confianza en la moneda única, deprime la inflación subyacente y probablemente sea un problema ante el cambio estructural de la Reserva Federal hacia un objetivo de inflación media.
Diez razones para que el BCE se muestre facilitador de nuevo
La inflación subyacente está en mínimos récord, con riesgo de desanclado de las expectativas. Además una Reserva Federal facilitadora más tiempo implica un dólar débil más tiempo y la apreciación de EUR reduce las proyecciones de inflación subyacente al menos en 0,2 %.
Mientras la recuperación es frágil y desigual y se puede debilitar hasta fin de año, con abundantes riesgos globales (Brexit, elecciones estadounidenses; comercio mundial, volatilidad en renta variable), cuando el impacto de las medidas en el crecimiento puede no llegar hasta 2021. Por su parte la compras de activos supondrá la mayor parte de la emisión adicional de deuda soberana hasta 2021. La historia del BCE es de flexibilización preventiva, pero los instrumentos de política monetaria actuales son suficientemente flexibles para emplearse más.
¿Qué pasaría si el BCE tratara de converger hacia la inflación del 2% permitiendo un exceso? La inflación promedio tendría que ser 6% para alcanzar la tendencia en dos años, 3,8% en cinco años y 3,3% en siete años.