La dependencia energética de la Unión Europea es en estos momentos muy elevada, ya que importa alrededor del 90% de su consumo anual de gas, el 45% del cual procede de Rusia (es decir, unos 155.000 millones de metros cúbicos (bcm por sus siglas en inglés)). id:83277
El plan "REPowerEU", presentado el 8 de marzo, trata de dar solución a esta primera necesidad a través de una serie de medidas:
- Sustituir 60 bcm recurriendo a otros proveedores, es decir, abasteciéndose de 10 bcm de gasoductos de Noruega y Azerbaiyán y de 50 bcm de gas natural licuado (GNL) de socios como Estados Unidos, Qatar y Egipto.
- Generar el equivalente a 20 bcm acelerando el despliegue de energías renovables de 11 gigavatios (GW) en 2021 a 15GW en 2022 para la energía eólica, y de 26GW a 28GW para la energía solar. Además, tal medida debería contribuir a aumentar la producción de hidrógeno renovable, lo que permitiría sustituir entre 25 y 50 bcm de importaciones de gas ruso de aquí a 2030.
- Reforzar las medidas para fomentar la eficiencia energética y el ahorro en los hogares, agilizando la instalación de bombas de calor y recomendando un descenso de 1°C en la temperatura ambiente. Estas medidas permitirían ahorrar unos 15 bcm de consumo de gas al año.
- Fomentar la producción de biometano hasta alcanzar los 3,5 bcm en 2022.
Estas medidas, si se aplican con rapidez, deberían permitir a la Unión Europea reducir sus importaciones de gas procedentes de Rusia en aproximadamente un 65% en el plazo de un año, excluyendo el efecto de la reposición de existencias a finales de 2022 (la capacidad de almacenamiento que falta por reabastecer forma parte esencialmente de los activos gestionados por Gazprom en el territorio de la Unión Europea) y excluyendo el efecto de la sustitución por el carbón.
El principal motor de acción es la diversificación de las fuentes de suministro de gas, pero las medidas destinadas a reducir la dependencia de los combustibles fósiles refuerzan las ambiciones del plan "Fitfor 55" presentado en 2021 y destinado a reducir las emisiones de CO2 en un 55% de aquí a 2030. En este sentido, el sector de los servicios públicos podría ver reforzadas sus perspectivas de crecimiento gracias al necesario aumento de la capacidad de producción de energías renovables.