El 81% de los conductores madrileños seguirán utilizando la movilidad compartida lo mismo o más que antes de la COVID-19

La forma de moverse de los habitantes de Madrid ha cambiado drásticamente como consecuencia de la pandemia. En lo que a movilidad compartida se refiere, y según el Estudio sobre los Hábitos de Movilidad de los Ciudadanos de Madrid, tras la crisis de la COVID-19, elaborado por la compañía de Carsharing ZITY, la mayoría de los conductores madrileños (62%) seguirán utilizando esta modalidad con la misma frecuencia con la que venían haciéndolo antes de la COVID-19; solo una pequeña parte (19%) piensa hacerlo algo menos o mucho menos que antes, principalmente por el miedo al contagio (64,6%).

De hecho, si nos centramos en los usuarios habituales de movilidad compartida, el 53% afirma que piensan hacer un uso incluso mayor, y, en el caso concreto del Carsharing, el 34% de los usuarios de esta modalidad también se plantean incrementar su uso, a diferencia del 14,5% que piensa reducirlo.

“La movilidad compartida ha demostrado ser una alternativa totalmente responsable para desplazarse por la ciudad. Así lo demuestra nuestro reciente estudio y, en nuestro caso, las crecientes cifras que venimos experimentando desde que reactivamos el servicio tras el parón derivado de la pandemia. Nuestros usuarios siguen confiando en nosotros, y su respuesta con respecto a las medidas de uso que hemos implantado es más que favorable”, explica Javier Mateos, CEO de ZITY. “El Carsharing sigue ofreciendo numerosas ventajas que siguen estando vigentes, y que incluso son más relevantes teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo y que nos queda por vivir todavía”.

El transporte público pierde adeptos

La mayoría de los conductores madrileños se muestran más propensos a incrementar el uso del vehículo privado, e incluso el 32,7% piensa utilizarlo más que antes, lo que se traduce en que solo el coche privado es considerado mayoritariamente seguro (76%) frente a la COVID -19, y en un descenso del uso del trasporte público. No obstante, seis de cada diez conductores (59,8%) creen que disponer de un coche en propiedad para moverse por Madrid es igual de importante que antes de la pandemia, aunque los que lo consideran más importante (25,8%) son el doble de los que creen que es menos importante (12,8%).

El 52% de los conductores madrileños afirman que el transporte público es el espacio de mayor riesgo de contagio. Por eso no es de extrañar que la mitad de los encuestados afirme que utilizará el metro menos que antes; en el caso del autobús, son unos pocos más los que planean utilizarlo igual (48% vs el 45,8% que lo utilizarán menos).

Las perspectivas de uso, tanto de taxi como de vehículos VTC, son muy similares, con una mayoría (en torno al 55%) que los seguirá utilizando lo mismo que antes, y un porcentaje elevado de los que los utilizarán menos (en torno al 38%). Muy pocos creen que incrementarán el uso de estas alternativas de transporte público.

Asimismo, la mayoría de los madrileños consideran que sus desplazamientos a pie por la ciudad seguirán siendo igual de frecuentes que antes de la crisis sanitaria – casi un 49% afirma que le gustaría seguir dando paseos –, aunque a medida que se reduce la duración del desplazamiento, aumenta el porcentaje de los que creen que serán más frecuentes.

Apoyo mayoritario a nuevas medidas sostenibles del Ayuntamiento de Madrid

Sin duda, y según el estudio de ZITY, la mayor prioridad de los conductores madrileños a la hora de desplazarse por la ciudad es no exponerse a situaciones de contagio (40,9%), mientras que el hecho de evitar los atascos (11%) o reducir la contaminación del aire de la ciudad (11,8%) se quedarían en un segundo plano. Además, apenas dan importancia a reducir los desplazamientos lo más posible (9,2%) o a disfrutar del viaje (2,7%).

Por eso los conductores se han mostrado claramente de acuerdo con que el Ayuntamiento de Madrid implemente nuevas medidas para fomentar la movilidad sostenible y responsable en la ciudad, sobre todo aquellas relacionadas con la inversión en infraestructuras de movilidad de carga pública (87,1%) y las ayudas al uso de vehículos eléctricos (84,2%). También están de acuerdo con otras fórmulas, como la integración del Carsharing en el abono de transporte (68,7%) o la creación de plazas de aparcamiento exclusivas para las nuevas modalidades de movilidad (67,9%).

Aunque uno de cada tres no tiene claro que en las ciudades con aire limpio exista menor riesgo de futuras pandemias, y que el 14% asegura que no tiene nada que ver, la mayor parte de los conductores madrileños (48,3%) creen que la implantación de medios de movilidad respetuosos con el medioambiente es más importante ahora que antes de la crisis sanitaria, mientras que casi un 46% le da la misma importancia que antes de la pandemia. Existe una tendencia a dar mayor relevancia a esta implantación entre los jóvenes de 18 a 35 años (54,2%) pero, especialmente, entre los usuarios de movilidad compartida, tanto habituales (61%), como de Carsharing (52%).

¿Confían los madrileños en la responsabilidad de sus conciudadanos?

El 54,6% percibe que los ciudadanos madrileños han sido responsables a la hora de evitar una mayor propagación de la pandemia, aunque existe otro 43% que piensa que no es así. En general, la mayoría (más del 80%) desconfían bastante del comportamiento de los más jóvenes, e incrementan su confianza a medida que avanza la edad de los grupos de población.

El nivel de confianza de los conductores madrileños en el comportamiento de sus propios conciudadanos para evitar una nueva crisis sanitaria está muy dividido: el 49% muestra confianza y el 51% no. Los usuarios habituales de movilidad compartida son los que muestran más confianza en la responsabilidad de sus conciudadanos (71,4%) para evitar nuevas crisis sanitarias en la ciudad.

Metodología del estudio

Para realizar el Estudio sobre los Hábitos de Movilidad de los Ciudadanos de Madrid, tras la crisis de la COVID-19, a principios de julio de 2020 se entrevistó a una muestra de 1.114 habitantes de Madrid con carnet de conducir, distribuida por cuotas de edad y sexo. El 53,4% de los encuestados fueron mujeres y el 46,6% hombres. El 43% tenía entre 36 y 50 años, el 27,8% entre 18 y 35 años, el 25,2% entre 51 y 65 años, y 3,9% 66 años y más.