Los mercados vienen desde la pasada semana mostrando su optimismo sobre un acuerdo entre Reino Unido y la U.E., algo que se ha reflejado en fuertes subidas para las bolsas, para la libra esterlina, y en menor medida, para el euro. id:51013
En la jornada de ayer se ha firmado ese acuerdo, que resuelve el principal escollo al incluir un mecanismo legal operativo que permite evitar una frontera dura con Irlanda.
Indudablemente es un paso adelante, pero no despeja la duda de si Boris Johnson será capaz de sacar adelante el acuerdo en el Parlamento Británico en un voto que en principio tendría lugar este mismo sábado.
De momento, todo indica que ha perdido el apoyo de sus aliados de Irlanda del Norte, la DUP, por lo que todavía hay flecos por cerrar para decir por fin adiós a este problema político. La DUP no ha tardado en oponerse al afirmar que dicho acuerdo “no tiene en cuenta el bienestar económico de Irlanda del Norte”. Boris Johnson, tras conseguir solucionar el problema con la U.E., ahora necesita mirar de puertas para adentro y juntar los apoyos necesarios dentro de su Parlamento.
Esta incertidumbre es la que ha provocado que tras una reacción de euforia en las bolsas, las cotizaciones hayan reculado a la espera que se rubrique de manera oficial esta salida amistosa.
Cuando se produzca, podremos decir que queda solucionado uno de los dos grandes problemas a los que se enfrentaban los inversores europeos en este año 2019. El otro es más importante si cabe: la guerra comercial.
Si Boris Johnson consigue ratificar el acuerdo este sábado, no descartamos que el Ibex consiga rebasar los máximos de este año. Para ello será clave la evolución de pesos pesados del selectivo que tienen importantes intereses en Reino Unido, y que vigilan de cerca las implicaciones legales, económicas y de cambio de divisa que se producirán dependiendo de si asistimos a un Brexit con o sin acuerdo.
Hay en juego millones de euros en inversiones entre Reino Unido y España, tanto en un sentido como en otro. Una vez asumido el resultado del referéndum, un Brexit con acuerdo sería un mal menor, y sabiendas de que la desconexión perjudicará ambas economías, se agradecería que este fuera un proceso controlado.
Hay unanimidad a la hora apuntar a la compañía del Ibex que más se juega en este asunto: IAG. La aerolínea se arriesgaría incluso a perder los permisos para sobrevolar territorio europeo. Aparte, se vería afectada por un previsible descenso del turismo procedente de Reino Unido. Cabe recordar que el 22% de los 82,8 millones de turistas que llegaron a España en 2018 procedían de este país, una cifra en riesgo tanto por la depreciación de la libra como por la previsible caída de la renta disponible de los ciudadanos británicos.
También vigilan de cerca la situación dos entidades como Banco Santander (Reino Unido supone un 13% de sus beneficios) y Banco Sabadell (su filial británica TSB representa un 23% de los ingresos). Un Brexit sin acuerdo dispararía la morosidad bancaria y la inflación debido a la caída de la libra y la imposición de aranceles. En ese caso, el Banco de Inglaterra tendría un gran dilema, si subir tipos para controlar la inflación, o bajarlos para estimular una economía que pasaría a estar seriamente amenazada por una recesión.
Ferrovial también es una compañía sensible a las negociaciones, tanto por el efecto divisa como por sus negocios en ese territorio. Además de tener uno de sus principales activos (25% del aeropuerto de Heathrow) en Londres, su filial de servicios (actualmente en venta) factura más de 2.000 millones de euros en Reino Unido. Ferrovial celebraría de manera especial un acuerdo ya que despejaría la principal duda que tienen los potenciales compradores de esta división: el Brexit.
El caso de Iberdrola es también significativo, ya que a través de Scottish Power y la presencia en varios proyectos eólicos, este territorio representa el 17% de los ingresos de la eléctrica española.
No podríamos terminar este resumen sin comentar el caso de Telefónica, ya que Reino Unido supone el 15% de las ventas totales a través de su filial O2. Un Brexit con acuerdo favorecería una venta de esta filial, algo que intentó hace unos años pero impidió Bruselas por un tema de competencia. En caso de conseguir deshacerse de ella a buen precio, la operadora española podría solucionar de una vez por todas sus problemas de endeudamiento.