“La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza”. id:81823
Luego de que el Metaverso se hiciera famoso gracias a Mark Zuckerberg, porque de nuevo no tiene nada, y este renombre ayudara a la revalorización de los terrenos digitales, que ya existían en el espacio virtual, generó que el sector inmobiliario hiciera “boom” y se convirtiera en uno los rubros que más dinero mueve, actualmente, en el Metaverso.
Pareciera irreal, pero ha tenido tal alcance el invertir en propiedades virtuales (casas, edificios, locales, etc.) que durante el último trimestre, se han superado los 90 millones de euros en inversión inmobiliaria digital y se cree que durante 2022 la cifra de este nuevo negocio de 'real estate' puede ser más del doble; toda una paradoja, ver para creer.
La especulación que se ha formado en torno a la afirmación de que invertir en una propiedad en el Metaverso, "es una gran oportunidad de inversión a largo plazo", ha generado que tanto empresas como inversores particulares, compren propiedades en este mundo virtual como si no hubiera un mañana y a precios desorbitados. Cualquiera que disponga de criptomonedas, puede intercambiar o comprar propiedades con NFT, un certificado digital de propiedad y autenticidad, que indica que un elemento es único y los derechos de propiedad los tiene la persona que lo ha adquirido.
Los importes que se han pagado por metro cuadro a través de criptodivisas, son imposibles de estandarizar , ya que la economía digital fluctúa semana a semana como una montaña rusa. Monetizar el capital con el ladrillo digital es un sueño, ya que podrás ser dueño de “algo” pero a la vez de nada, porque su valor lo determinará un factor de suerte y de contexto, siendo cambiante; es decir, un día valdrá mucho, pero otro día valdrá poco o nada.
La venta de esa tierra virtual que nunca se llegará a pisar alcanza unos niveles cercanos a la demencia, pero esto es el precio de la novedad y la moda. Todo este jaleo, lo que demuestra es que se basa en la simple y llana ley de la oferta y la demanda. Sin más qué decir. Invertir dinero real en una propiedad que se “disfrutará” en otra realidad es a lo que le apuestan muchos, olvidando las edificaciones del mundo terrenal y tangible donde aún viven.
Y aquí un dato curioso, la firma de bienes raíces digitales con sede en Nueva York, Republic Realm, adquirió por más de 4,3 millones de dólares un terreno virtual en TheSandbox de más de 2.500 propiedades virtuales. La operación más grande, registrada hasta el momento, ¡qué ganas de conocerlas!
“La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza”
Novedad, o deseo de pertenecer a un mundo virtual totalmente descentralizado, donde el dinero virtual ayude a capitalizar lo que, en la realidad, pareciera que en otro mundo se quedará.