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El País Vasco y el binomio industria-gases renovables

Joan Batalla, presidente de SEDIGAS.
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Joan Batalla, presidente de SEDIGAS.

OPINIÓN: Por Joan Batalla, presidente de SEDIGAS

viernes 12 de noviembre de 2021, 11:23h
La apuesta del País Vasco por el gas natural es histórica y se inició en los años 90 del siglo pasado. La industria no solo necesitaba entonces de electricidad a precios competitivos, sino también de una fuente energía que proporcionara un calor estable, continuado y fiable para la actividad industrial. id:77779
Para lograr tal fin, se realizaron relevantes inversiones en la infraestructura gasista, como en la red de gasoductos, en la transformación de la plataforma Gaviota de Bermeo para que pudiera almacenar gas en el subsuelo o en la construcción de una planta de regasificación en Bilbao para permitir la llegada de gas natural licuado. El desarrollo industrial y la evolución de la matriz energética del País Vasco, con el gas natural como protagonista, han estado así íntimamente ligados en las últimas décadas.

El gas ha demostrado durante estos años su capacidad para configurarse como socio confiable para la industria permitiendo incrementar su eficiencia y competitividad, al mismo tiempo que reducía las emisiones asociadas a su actividad al facilitar la sustitución de combustibles más contaminantes.

En pleno proceso de transición energética y frente a los ambiciosos objetivos climáticos a los que se ha comprometido la Unión Europea, la decidida apuesta del País Vasco por la descarbonización de su economía y el impulso a la creación de riqueza a través de la inversión representan toda una oportunidad para el desarrollo de los gases renovables en esta comunidad y, por tanto, un apoyo singular para el ahorro energético, la valorización de residuos y el fomento de la economía circular y la bioeconomía.

El biogás-biometano e hidrógeno son una clara respuesta para avanzar en esa senda de transición hacia una matriz neutra en emisiones, aprovechando su base industrial y logística, la capacidad tecnológica y los centros de investigación y universidades, que conforman un ecosistema favorable para aprovechar todo su potencial y contribuir al cumplimiento de las metas climáticas establecidas para 2050, al tiempo que se reduce la dependencia energética exterior.

Especialmente virtuoso es la contribución del sistema gasista como palanca para el desarrollo del biometano. Por un lado, mediante la valorización procedente de residuos orgánicos domésticos, residuos agrícolas o ganaderos, se ofrece una forma de eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero de estas actividades a la vez que desarrolla un nuevo vector de tecnología y empleo distribuido por el territorio. Por el otro, haciendo llegar este biometano a los sectores donde pueden tener un mayor valor añadido para reducir sus emisiones de CO2 asociadas (industria,movilidad sostenible, tanto terrestre como marítima o las calefacciones domésticas) se avanza en una descarbonización eficiente.

En los últimos meses se han anunciado también varios proyectos de hidrógeno que, en la medida que suponen relevantes inversiones y potencial para el desarrollo industrial y tecnológico, han despertado el lógico interés del Gobierno Vasco.

No hay que olvidar que el hidrógeno no es una fuente de energía, sino un vector energético adecuado para almacenar, transportar y transformar energía en un escenario en el que oferta y demanda no terminan de casar, por lo que su almacenamiento y su posterior transporte resultan esenciales en la estrategia nacional y europea de descarbonización; se trata de una energía versátil, limpia y fácilmente almacenable.

Entre ellos podemos mencionar el Corredor Vasco del Hidrógeno, en el que se enmarcan en torno a 40 iniciativas relacionadas con el hidrógeno, entre las que se encuentra, por ejemplo, la fábrica de electrolizadores y otros proyectos estratégicos como una planta de producción de combustibles sintéticos en el puerto de Bilbao a partir del hidrogeno verde y el CO2 capturado o diferentes proyectos de desarrollo de vehículos propulsados con hidrógeno y liderados por empresas vascas especializadas en la fabricación de autobuses y trenes. Proyecto donde participan más de 80 empresas y centros tecnológicos.

Y, por otro lado, también podemos destacar el proyecto denominado Y vasca del hidrogeno verde que, entre otros, pone su foco en la descarbonización del transporte (vehículos industriales, autobuses, etc.) y contempla la construcción de hidrogeneras en las tres provincias o el proyecto asociado a la utilización de hidrogeno en la generación eléctrica a través de ciclo combinado.

En definitiva, se trata de una apuesta decidida para incrementar la competitividad y desarrollar un ecosistema adecuado y atractivo para el desarrollo científico-tecnológico e industrial. Actuaciones que deben contribuir al logro de los objetivos de la transición energética, orientadas a mejorar el sistema energético mediante el impulso del uso racional de la energía, el aprovechamiento de las fuentes renovables disponibles y el desarrollo tecnológico e industrial.

El sector gasista viene desarrollando una relevante labor de difusión e impulso de los gases renovables como gran aliado para la descarbonización de la industria. Del mismo modo, la implicación de las Administraciones Públicas es necesaria tanto para apoyar la extensión del conocimiento sobre dichas formas de energía, como para crear el marco normativo idóneo para que las empresas puedan desarrollarlas y aprovechar todo su potencial. Con estas bases el sector gasista está en disposición de contribuir con su esfuerzo, conocimiento y visión a que el País Vasco mantenga su liderazgo industrial y de innovación, y que además se convierta en un significativo referente europeo.

Desde la Asociación Española del Gas animamos así la ambición de la Administración autonómica por la innovación y el fomento de la producción de gases renovables; y reconocemos también la de las compañíascon relevante presencia en este territorio y asociadas a Sedigas, que han definido las iniciativas de desarrollo de los gases renovables y su inyección en las redes de distribución, entre otras, como ejes principales de su estrategia corporativa de futuro.

Toda una declaración de intenciones alineada con el compromiso del conjunto del sector gasista español con el entorno donde opera y por la descarbonización de la economía, la creación de riqueza y bienestar sostenible para el conjunto de la ciudadanía.

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