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El reto de eliminar el COVID-19 cuando está suspendido en el aire
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El reto de eliminar el COVID-19 cuando está suspendido en el aire

miércoles 20 de mayo de 2020, 18:27h
Estudios publicados recientemente aseguran que el COVID-19 puede mantenerse “flotando” en forma de aerosoles (partículas diminutas que pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas) sobre todo en espacios cerrados, con poca ventilación y especialmente en aseos, lo que facilitaría una propagación mucho más rápida del virus. id:58769
La única solución eficiente hoy en día, es una tecnología de tratamiento inteligente de aire interior que elimina patógenos, alérgenos y COV´s presentes en el aire, con un funcionamiento continuo en presencia del ser humano y que en España ha llegado de mano de Bio Air Society. Hablamos del sistema Biokker.

En pleno proceso de desescalada gradual, la mayoría de la población se pregunta si la reducción del aforo o la distancia social son medidas suficientes para prevenir contagios y no provocar un nuevo brote del COVID-19. De hecho, ciertos locales hosteleros abiertos durante la fase 1, decidieron echar el cierre alegando la “irresponsabilidad” de su clientela.

Una de las incógnitas que más preocupa a la ciudadanía en general es saber si el Coronavirus puede transmitirse vía aérea y, de ser así, cuanto tiempo se mantendría en suspensión en el aire antes de morir. La “alarma” estalló cuando diferentes estudios aseguraban que el COVID-19 sí podía transmitirse por el aire, a diferencia de lo que ha estado afirmando la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el comienzo de la pandemia.

Por ejemplo, la revista británica científica Nature publicaba hace unos días un adelanto de un estudio liderado por el investigador Ke Lan, de la Universidad de Wuhan. Dicho análisis fue realizado en dos hospitales de la ciudad y aseguraba que fracciones del material genético del COVID-19 continuaban flotando durante horas en el aire de los baños, en el interior de las salas más frecuentadas y también en las habitaciones en las que los sanitarios (médicos, enfermeros, celadores, etc.) se cambiaban sus equipos de protección. Cabe destacar que este estudio ofrece un plus de novedad con respecto a otros de esta índole: al haber sido realizado fuera de un laboratorio, se les añade más realismo a los resultados obtenidos. Dicho estudio arroja también una dosis de esperanza, al asegurar que algunas áreas del personal médico que al principio tenían altas concentraciones de ARN viral, vieron muy reducidos sus niveles tras una severa desinfección de las mismas.

Por otro lado, según otro estudio llevado a cabo por los científicos de los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Princeton publicado en The New England Journal of Medicine, aseguraba que el virus del COVID-19 permanece estable durante varias horas o días en aerosoles y en superficies. El mismo estudio asegura también que el virus tiene cerca de 100 nanómetros de tamaño y que las gotas en las que viaja pueden ser muchísimo más grandes, aunque siguen siendo tan pequeñas que no se pueden apreciar a simple vista. Cuando las gotas son diminutas se habla de aerosoles. Por ejemplo, después de estornudar, las que más pesan caen a una distancia de uno o dos metros, pero otras quedan suspendidas en el aire y pueden recorrer hasta ocho.

Leonardo Setti, científico de la Universidad de Bolonia, está dirigiendo una investigación a raíz de haber detectado rastros de coronavirus en partículas de contaminación atmosférica. De esta manera están estudiando hasta qué punto el COVID-19 puede desplazarse, aumentado así el número de personas contagiadas. Setti considera de vital importancia investigar si el virus puede ser transportado por el aire a mayores distancias y alega que si no se sabe del virus, no se puede dar con una solución, sólo sufrir las consecuencias.

Por último, un reciente estudio publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) asegura que mantener una conversación en espacios cerrados conlleva un alto riesgo de transmitir el COVID-19. Según dicho estudio las microgotas de saliva emitidas al hablar pueden permanecer en un espacio cerrado durante más de 10 minutos. Los estudiosos también afirmaban que habían realizado estimaciones cuantitativas para número y tamaño de las partículas que permanecen suspendidas en el aire, es decir, las más pequeñas, y que no habían tenido en cuenta las gotas más grandes, que son las que influyen por la contaminación de superficies.

Al hilo de este tema, Bio Air Society ofrece su Sistema Biokker de Eliminación de Patógenos presentes en el aire. Éste presenta una tecnología inteligente de tratamiento de aire interior que elimina patógenos (virus y bacterias), alérgenos y COV´s (Compuestos Orgánicos Volátiles). La tecnología Biokker, además, no genera residuos químicos ni subproductos tóxicos para el ser humano, por lo que puede convivir con él en espacios interiores.

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