El test de velocidad de Internet, una herramienta imprescindible

Tomemos el ejemplo de un ordenador conectado a Internet en una oficina pequeña. Seguramente, ha sido el propio usuario el que lo ha conectado a la red Wi-Fi. Pero también es muy probable que ahí hayan terminado sus habilidades como instalador de equipos informáticos. Así, si alguna vez se produce una avería en el ordenador, no tendrá más remedio que llamar a un técnico para que la solucione.

Pero hay algo mucho más molesto que una avería puntual del ordenador y es que éste vaya lento o, incluso, extremadamente lento mientras navegamos por Internet, y que perdamos tiempo de trabajo, estudio o diversión.

Si no tenemos la velocidad de Internet adecuada para el tipo de actividad que desarrollamos en Internet podemos encontrarnos con páginas web que no cargan correctamente, que no podamos utilizar aplicaciones de voz e imagen o que la página que estamos visitando se retrase si escribimos o movemos el ratón.

Para saber qué causa una velocidad lenta en la navegación por Internet, lo mejor es ejecutar un test de velocidad de nuestra conexión, que nos dirá cual es la velocidad real a la que subimos y bajamos datos de la red. A partir de estas mediciones, que idealmente deberían ser periódicas y reiteradas para conocer el comportamiento de la red a lo largo del tiempo, ya podemos averiguar si el problema es de nuestro proveedor de servicios, del router, de la página que estamos visitando o de que realmente necesitamos una conexión más rápida que soporte nuestra actividad en Internet.

Speedcheck, que es una de las herramientas de este tipo que hemos probado, tiene la ventaja de que guarda un historial de nuestros análisis. En este sitio web podrán obtener mucha más información sobre este test de velocidad gratuito.

Una de las cosas más importantes es saber -para eso es preciso leerse la letra pequeña del contrato- qué velocidad tenemos contratada. Lógicamente, a menos velocidad menos prestaciones. Pero también hay que controlar que nuestro proveedor de Internet cumpla medianamente bien. Ya está admitido, aunque nadie me lo ha sabido explicar, que el proveedor nunca alcance la velocidad que promete. Rendimientos de un 10 o un 15% se tienen por normales. Pero lo que no es admisible es que no se alcance el 40 o 50% de la velocidad prometida, excepto si estamos hablando de fechas muy señaladas, como Navidad o Fin de Año.

También es importante cerciorarse de que el proveedor no se reserva el derecho de limitar nuestro tráfico con alguna red en concreto, como Netfix por ejemplo. Este artículo publicado por la Universidad Politécnica de Madrid, en 2012 pero que sigue siendo de actualidad, estudia el hecho de que los “proveedores de servicios en Internet limiten, filtren o bloqueen el acceso a la red o que puedan afectar de otro modo a su funcionamiento”.

Por otra parte, también es recomendable no pedir peras al olmo. Si nuestras limitaciones presupuestarias no nos permiten tener la conexión que necesitamos para nuestro trabajo, lo ideal es hacer un uso inteligente del navegador -sin tener demasiadas pestañas abiertas, por ejemplo- e, incluso prescindir del uso en el móvil de algunas aplicaciones de mensajería que consumen mucho ancho de banda.

Y no descargue vídeos mientras trabaja.