Desde ABB, líder en ingeniería eléctrica y automatización industrial, repasamos el ciclo del agua y la importancia de la tecnología en sus distintas fases hasta su consumo doméstico, para conseguir un aprovechamiento más sostenible, competitivo y óptimo. id:82177
El agua está presente en casi todas las operaciones diarias. Abrir el grifo para rellenar el vaso, ducharse, regar las plantas, entre otras tareas del día a día. Disponer de agua potable y limpia puede percibirse como un proceso fácil y sencillo, pero, en realidad,
requiere de procedimientos tecnológicos adecuados para asegurar el suministro. Conscientes de estos requisitos, el portafolio de soluciones y servicios de ABB para la gestión del agua está diseñado para contribuir a la extracción eficiente, el tratamiento, la distribución y recuperación limpia y segura de las aguas subterráneas.
Además, cabe destacar que, estos tratamientos necesitan grandes cantidades de energía, las cuales se podrían reducir si se utilizara la tecnología correcta. “Por ello, optimizar el proceso de forma eficaz permite mejorar la eficiencia energética y reducir los costes operativos especialmente en la fase de bombeo, ya que interviene en casi todas las etapas del tratamiento del agua y consume casi el 85% de la energía”, añaden desde ABB.
Una buena manera de hacerlo es con la aplicación de motores eléctricos y variadores de frecuencia de ABB, ya que pueden ahorrar aproximadamente un 30% la cantidad de energía usada en los procesos de aguas limpias, desalinización y aguas residuales. De este modo, se mejora el rendimiento del sistema de bombeo y solo se utiliza la energía necesaria.
Introducir estas tecnologías es más imprescindible que nunca y, a su vez, están alineadas con las políticas adoptadas a nivel nacional e internacional. De hecho, la Unión Europea, en el Pacto Verde Europeo, establece una serie de objetivos y medidas que obligan a las empresas a disminuir las emisiones y minimizar el consumo energético, además de eliminar la contaminación del agua y su consumo excesivo.
Por ello, el Día Mundial del Agua se dedica este año a la importancia del agua subterránea, una de las fuentes de agua más importantes en la actualidad. Ante este contexto de cambio climático y el aumento de la población repasamos, desde ABB, el viaje del agua: una iniciativa para dar a conocer el papel tan crucial que juega el agua en el mundo y cómo es de necesario aplicar tecnologías pioneras para lograr un tratamiento y suministro óptimo y sostenible.
Fase 1: la lluvia, donde todo empieza
Cuando las gotas de agua caen de las nubes en forma de lluvia, éstas, si el suelo es permeable, se filtran en la tierra y se almacenan en forma de agua subterránea. Este tipo de agua se acumula formando los acuíferos, constituidos por una o más capas de rocas impermeables, capaces de guardar y ceder el agua. Esta agua se puede extraer directamente sin procesos de filtraje o tratamientos gracias a los pozos, lo que permite usarla en diferentes actividades como, por ejemplo, la agricultura.
En cambio, si el suelo no es permeable, si hay pendiente o los acuíferos están saturados, esta acaba derivando directamente en los ríos. En consecuencia, el agua de la lluvia termina, con el paso del tiempo y en función de las condiciones geológicas e hidráulicas, llegando a los ríos, los cuales, en parte, se forman con el agua subterránea que emerge a la superficie.
Fase 2: de la naturaleza a los hogares
Independientemente del tipo de agua, ya sea la de los acuíferos, la de los ríos o la salada, la cual requiere un proceso extra de desalinización, ésta se debe extraer y tratar adecuadamente para su uso doméstico. Para hacerlo debe pasar diferentes procesos y tratamientos para eliminar las bacterias o los elementos dañinos que pueda contener y que sea apta para su consumo. El agua ya tratada y potabilizada se distribuye hasta los hogares para ser consumida.
A lo largo de todo este proceso, los sensores y caudalímetros de ABB calculan exactamente la cantidad de agua subterránea que se puede extraer para evitar el agotamiento. Del mismo modo, los variadores, los motores y PLCs optimizan el bombeo para garantizar que el agua subterránea se extraiga, trate y distribuya de la manera más eficiente posible, logrando ahorros de energía de hasta un 25 % o más.
Más adelante, a través de sistemas inteligentes de control y gestión del agua para redes y edificios, se asegura que el agua se distribuya de manera segura y eficiente al detectar y prevenir fugas para que cada gota cuente.
Una vez usada en acciones diarias como, por ejemplo, tirar de la cadena del retrete, esta se convierte en agua residual, la cual contiene patógenos. Y, después de diferentes tratamientos, vuelve a llegar a los ríos, para ser a utilizada en otros momentos.
Fase 3: el retorno del agua a los ríos
Después de su uso, ya sea urbano o industrial, el ciclo del agua no termina, ya que las aguas residuales se tratan y luego se permite que fluyan de regreso a los lagos, ríos y océanos; evitando la contaminación y protegiendo la biodiversidad y la salud pública. Esto es posible gracias a diversos procesos de depuración y reciclaje de las aguas residuales, los cuales, como hemos comentado, requieren de mucha energía. Por eso, los motores eléctricos y los variadores de frecuencia son clave en estas fases. De hecho, combinar esta tecnología de alta eficiencia ayuda a reducir el consumo de energía hasta en un 30%.
Un ejemplo de estas soluciones son los motores SynRM IE5 con variador de frecuencia de ABB que permiten ofrecer agua limpia a los usuarios, tanto en los hogares como en la agricultura, gracias a su papel en el tratamiento de las aguas residuales. Con ellos se pueden conseguir importantes mejoras operativas con respecto a las antiguas aplicaciones de motores y disminuir el consumo de energía hasta la mitad. De este modo, aplicar estos productos permite que el agua se reutilice y regrese al río, para volver a utilizarla.
Fase 4: el ciclo continúa
El agua ya consumida tiene diferentes posibilidades: volver al río, llegar al mar o durante este ciclo evaporarse como consecuencia de la radiación solar y volver a la atmósfera en estado gaseoso. Por lo que este recurso retorna a las nubes para formar las gotas de agua que terminarán otra vez en el suelo.
Si se gestiona adecuadamente podemos hacer posible la existencia de agua dulce para todos, en todas partes. Por ello, debemos asegurarnos de que cada gota cuente, juntos.