El próximo presidente de Francia heredará una deuda pública récord tras décadas de déficit presupuestario, pero también un marco fiscal reforzado recientemente, aunque no comparado con aquellos con un control más rigurosos como puede ser Alemania y los países nórdicos. id:82864
"El factor de peso estructural del gasto público en Francia (AA/Estable) -la relación entre el gasto ajustado al ciclo y el PIB potencial- ha disminuido sólo uno de cada tres años desde el año 2000, en comparación con una media de una de cada dos en el resto de la Unión Europea", afirma Thomas Gillet, analista de Scope Ratings.
"El gobierno del presidente Emmanuel Macron ha reforzado el marco fiscal francés para revertir los años de déficits presupuestarios y la deuda pública cada vez más elevada que han diferenciado a Francia de otros miembros más austeros de la UE", afirma Gillet. La deuda pública de Francia alcanzará el 112,9% del PIB en 2021, frente al 97,4% de 2019.
El proyecto de ley incluye una normativa de gasto renovada que cubre el gasto público total, aumenta la transparencia presupuestaria y la responsabilidad además de reforzar los poderes de control del parlamento y del consejo fiscal francés.
"Las reformas que se anunciaron en plena pandemia constituyen un importante paso para mejorar la credibilidad fiscal del país, pero no tienen la fuerza de las restricciones al exceso de gasto público que encontramos en los países nórdicos y en Alemania", afirma Gillet.
Los parámetros fiscales de Francia comparados con los de sus homólogos
% del PIB
El gasto público de Francia se encuentra entre los más elevados a nivel global, con un total del 56% del PIB en 2019, 9,8 pps por encima de la media de la UE. Asimismo, se sitúa regularmente por encima de sus homólogos de la UE por márgenes relativamente pequeños en la mayoría de los indicadores, excepto en materia de asuntos económicos (+1,7 puntos porcentuales) y en el gasto social (+5,3 puntos porcentuales), que es estructuralmente más amplio y restrictivo que en otras economías avanzadas, lo que amortigua el impacto de las crisis económicas, pero puede ser una fuente de presión fiscal a largo plazo.
Para reconstruir gradualmente las reservas fiscales, será esencial que los compromisos fiscales asumidos por el Gobierno a través del sistema de gestión mejorado se ajusten a las reformas estructurales. El esfuerzo fiscal necesario para reducir el déficit por debajo del umbral del 3,0% del PIB será considerable: unos 47.000 millones de euros de ahorro en los próximos cinco años, según el Tribunal de Cuentas francés.
"Las campañas de los partidos políticos de cara a las elecciones presidenciales de este año han eludido en gran medida los temas relativos a un gasto público más prudente y a la reducción de la deuda", afirma Thibault Vasse, analista de Scope. Muchos candidatos prometen un gasto adicional sin una financiación acorde con las arcas del Estado, lo que suscita una mayor preocupación por la sostenibilidad fiscal a largo plazo, sobre todo porque las perspectivas de crecimiento se están debilitando.
"Francia sigue contando con las reformas económicas estructurales para impulsar su potencial de crecimiento y así reducir la relación entre la deuda y el PIB, de ahí la importancia de la agenda de reformas del nuevo presidente y su capacidad para reunir una mayoría parlamentaria que le permita aprobar las medidas", afirma Vasse. Actualmente, Macron lidera los sondeos, pero su margen con respecto a su rival más cercano, la candidata de extrema derecha Marine le Pen, se ha reducido antes de la primera ronda de las elecciones presidenciales del 10 de abril.
Gasto público de Francia frente a la media de la UE
pps del PIB