En 2019, según el Banco de España, el volumen de endeudamiento del conjunto de las Administraciones Públicas (AAPP) ascendió a 1,19 millones de €, registrando un incremento anual de un 1,3% respecto a 2018. id:55623
A pesar de ello, el
peso de la deuda pública respecto al PIB se redujo hasta un 95,5%, 2,1 pp inferior a la de 2018 (97,6% del PIB), y 0,4 pp por debajo del objetivo establecido por el Gobierno (95,9% del PIB). Esta
evolución se explica principalmente por:
- El volumen de deuda pública del conjunto de las AAPP registró un avance anual de un 1,3%, inferior al crecimiento real de la economía española (2% en 2019).
- La introducción de un cambio técnico en la metodología para contabilizar el nivel de endeudamiento público dentro del Protocolo Excesivo de Déficit de la EU. En concreto, se ha procedido a incorporar dentro de las AAPP al Consorcio de Compensación de Seguros, quien posee una parte de su cartera invertida en valores de deuda emitidos por el Estado y las CCAA. De ahí, que el volumen de deuda consolidado se haya visto reducido en 3.798 millones de € (0,3% del PIB).
Por niveles de AAPP, el mayor incremento de su nivel de endeudamiento se registró en la Seguridad Social, un 26,2% respecto a 2018, mientras que únicamente retrocedió en las Corporaciones Locales (10,9% anual).
Italia: riesgo de estancamiento económico
En 2019, según la Comisión Europea, el PIB de Italia registró un avance de un 0,2% anual, constituyendo no solo su menor nivel desde 2014, sino también inferior a su promedio anual en la última década (0,3%). Una evolución que explica que el peso de la economía italiana en la Eurozona haya retrocedido 2pp en una década, hasta representar un 14,9% de su PIB total (16,9% en 2009).
A su vez, desde el año 2000 ha registrado el ritmo de crecimiento económico más débil entre las grandes economías de la zona monetaria, ampliando su diferencial con Alemania, Francia y España.
Su patrón de crecimiento ha estado definido por la contracción de la producción industrial y de la construcción, y la debilidad del consumo privado. En contraste, el sector exterior contribuyó positivamente al avance del PIB, principalmente ante la ralentización de las importaciones y el ligero incremento de las exportaciones. De ahí, el previsible impacto de la crisis del coronavirus sobre sus perspectivas económicas. China es su tercer principal proveedor de bienes intermedios, tras Alemania y Francia, sus exportaciones a la potencia asiática alcanzan un 2,8% del total, y los turistas chinos representan un 8,5% del total (aproximadamente 61,3 millones estimados en 2019).
Por ello, si bien la Comisión Europea proyecta que el PIB italiano mantenga su ritmo de avance en un 0,3% en 2020, aumenta el riesgo de que finalmente registre un crecimiento nulo o entre en recesión técnica a finales de este año.
Todo ello en un entorno socioeconómico marcado por la inestabilidad política e institucional, su elevado nivel de deuda pública y el envejecimiento de su población, entre otros factores. En concreto, afronta su mayor crisis demográfica desde la I Guerra Mundial, al superar en 2019 en aproximadamente 212.000 el número de defunciones al de nacimientos. Adicionalmente, su tasa de fecundidad se sitúa en 1,33 hijos por mujeres, lejos del nivel de reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer). Paralelamente, el gasto público en pensiones representa un 17% de su PIB, y su nivel de deuda pública un 133,2% de su PIB.
Grecia: convergencia de la rentabilidad de su deuda soberana
La rentabilidad del bono a 10 años griego se ha situado en un 0,94% esta semana, tras haber alcanzado en 2012 aproximadamente un 40%, su máximo nivel en una década.
Esta positiva evolución se apoya principalmente en sus mejores perspectivas económicas y en sus avances de consolidación fiscal.
En concreto:
- El crecimiento económico se mantiene en fase expansiva desde 2017, proyectándose que éste se acelere hasta un 2,4% anual en 2020 (2,2% anual en 2019), 1,2 pp superior al previsto para la Eurozona de un 1,2% anual (según la Comisión Europea).
- Desde 2016, posee no sólo un superávit público, sino también primario (excluyendo el servicio de la deuda). En concreto, se prevé que éstos alcancen un 0,8% de su PIB y un 4,2% de su PIB en 2019, respectivamente. Una senda fiscal que de consolidarse le permitirá al Estado griego reducir progresivamente el peso de su deuda pública, que ascendió a un 181% de su PIB en 2018. Esta situación presupuestaria contrasta con la de España y Francia, que continúan mostrando sendos déficits primarios.
A pesar de estas positivas perspectivas, las tres principales agencias de calificación mantienen su calificación por debajo del grado de inversión. Si bien, Fitch elevó en un escalón su calificación a BB el pasado 24 de enero.
EEUU: senda alcista del mercado inmobiliario
En enero, el mercado inmobiliario de EEUU mantuvo su senda alcista, situándose el nivel de solicitudes de nuevos permisos de construcción residencial en máximos desde 2007. Así, el promedio anual alcanza 1,57 millones de nuevas viviendas en construcción, frente a 582.000 de media anual de 2009.
Esta evolución se explica principalmente por los bajos tipos de interés hipotecarios y la solidez de su mercado laboral, con una creación de empleo de 225.000 puestos de trabajo en el último mes y una tasa de desempleo en mínimos históricos desde 1969 (3,6% de su población activa).
Paralelamente, el Gobierno de EEUU ha presentado su informe Económico anual, en el que señala que la incertidumbre generada por las tensiones comerciales habría lastrado la inversión empresarial y, por tanto, el crecimiento económico. En 2019, el avance del PIB se situó en un 2,3% anual, 0.7 pp inferior a la senda objetivo de la Administración Trump (3% anual).
México: nuevo recorte de tipos
El Banco Central de México, por quinta vez consecutiva desde agosto de 2019, ha recortado en 25 pb los tipos de interés hasta un 7%, su menor nivel desde junio de 2017. El objetivo de esta nueva medida es apoyar la recuperación económica del país, qué registró una contracción de un -0,1% de su PIB en 2019, su peor registro en una década. Todo ello, en un entorno condicionado a riesgos nacionales y globales, destacando:
- La debilidad de la actividad económica, lastrada por la recesión de su sector industrial, cuya producción retrocedió un 1,6% en 2019, y el estancamiento de la del sector servicios (+0,1% anual).
- La situación financiera y la falta de inversión de la empresa petrolera estatal PEMEX han impactado negativamente en la producción de petróleo. En 2019 se contrajo un 7%, situándose en diciembre en 1,7 millones de barriles diarios, un 29,2% inferior al objetivo fijado por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de 2,4 millones de barriles diarios.
- La previsible ralentización del crecimiento y del comercio mundial ante la crisis del coronavirus, a lo que se une otras incertidumbres asociadas a tensiones comerciales, geopolíticas y sociales, y a riesgos medioambientales.
En este contexto, el Ejecutivo mexicano prevé un fuerte repunte del crecimiento económico hasta el 2% anual en 2020, tras la firma nuevo tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC). Un acuerdo que podría impulsar especialmente su actividad manufacturera, no sólo al consolidarse México como el primer socio comercial de EEUU, sino también ante la previsible reconfiguración de las cadenas de valor y una mayor regionalización del comercio a nivel global.
En contraste, el consenso del mercado proyecta un menor avance de su PIB este año, situándolo en un rango de entre un 0,5% y un 1% anual. Una revisión a la baja explicada principalmente por los bajos niveles de inversión y confianza empresariales, principalmente ante la impredecibilidad de la política económica del Gobierno de AMLO.
De ahí, que se proyecten nuevas bajadas de tipos de interés por parte del Banco Central de México, al situarse la tasa de inflación en torno a su nivel objetivo de un 3% anual (+3,24% en enero de 2020). Actualmente, entre los países del G20, la economía mexicana posee los mayores tipos de interés reales.
Mercados financieros
Los mercados financieros globales comenzaron la semana manteniendo su senda alcista, que se ha visto truncada principalmente por las nuevas informaciones sobre el coronavirus. No sólo por el incremento del número de casos en China, sino también por su expansión internacional. A su vez, algunas compañías tecnológicas, como Apple, y de otros sectores estratégicos (Nestlé, Alibaba, Pernod Ricard, Nestlé, AstraZeneca o Carnival) han alertado del impacto de esta crisis sanitaria sobre sus resultados en el 1T de 2020.
Así, las bolsas a nivel mundial se han visto lastradas a finales de la semana, a pesar del tono positivo de los datos macro publicados, especialmente en EEUU. En concreto, su sector industrial, de la construcción y su mercado laboral mantienen su dinamismo. Por su parte, en la Eurozona los PMIs compuestos en febrero han avanzado, apoyados por una ligera mejora de las perspectivas de la industria (49,1 puntos vs 50 puntos expansión), aunque los PMIs de manufacturas se mantienen en zona de contracción.
Hasta el cierre de la sesión del jueves 20 de febrero, los mercados bursátiles han registrado moderados descensos, siendo más significativos en Japón (Nikkei un -1,5%) y en los países emergentes (MSCI Emerging Markets un -1%). En Europa, la única excepción se ha producido en el IBEX 35 (+0,2%), frente al retroceso promedio registrado en las principales bolsas de la Eurozona de un -0,5%.
En concreto, el DAX alemán ha perdido un -0,6% y el CAC francés un -0,5%. Por su parte, en EEUU, sus mercados bursátiles se han mantenido prácticamente en plano.
En la renta fija, la incertidumbre en torno al coronavirus ha motivado que los inversores hayan buscado refugio en la deuda pública.
De ahí, que se haya producido una caída de las TIRes en las principales curvas soberanas, siendo especialmente relevantes las de EEUU (-10 pb bono a 10 años) y la de Reino Unido (-8 pb bono 10 años). Asimismo, esta semana se han producido nuevos recortes de tipos de interés, destacando los de los bancos centrales de China y Turquía
En materias primas, el precio del barril de petróleo Brent ha registrado un fuerte avance de un +5,3%, situándose en niveles máximos desde enero de 2019. Por su parte, el precio de la onza de oro ha registrado un significativo ascenso hasta 1.620 $ por onza (+2,8%), actuando como valor refugio.