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España tendrá la electricidad más barata de Europa en 2030

España tendrá la electricidad más barata de Europa en 2030
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Así lo indica un informe de OBS Business School

jueves 10 de febrero de 2022, 18:46h
Las fuertes inversiones realizadas a lo largo de los años en energías renovables tendrán sus frutos hacia el año 2030 y España pasará a ser el país de Europa con la electricidad más barata: 40 euros/MWh. id:80742
OBS Business School publica el informe La importancia del sector energético en la economía, dirigido por Jesús Reglero, profesor de la escuela y socio de RS Corporate Finance. Este informe aborda de una manera sencilla qué es el coste de la energía y cuál es su importancia, y compara las fuentes de generación eléctrica en algunos países de habla hispana, para terminar abordando las principales perspectivas sobre la situación actual y el posible rumbo de los mercados en este año 2022.

En el mix energético de los países europeos los combustibles fósiles siguen siendo los protagonistas (44.23 MWh en España, Alemania 59.59KWh, Reino Unido 58.77KWh), salvo en Francia donde solo suponen 7.33KWh por su gran dependencia de la energía nuclear. Sin embargo, ya se observa cómo las políticas de impulso de las energías renovables van teniendo su efecto, y las energías eólica y fotovoltaica empiezan a tener una contribución mayor. España, es uno de los países más avanzados del mundo en cuanto a su contribución de energías renovables: en su mix energético la eólica es de 18.96KWh frente al 14.48KWh de Alemania, la solar es de 5.13KWh (Alemania 6.96), la hidráulica es de 10.63KWh (Alemania 3.35) y la nuclear 21.05KWh, por encima de Alemania (15.59). Sin embargo, en lo que se refiere a los combustibles fósiles, debido al cierre de todas las centrales de carbón, la dependencia es prácticamente total del gas importado de terceros países; de ahí la gran vulnerabilidad y dependencia de acontecimientos exteriores.

El precio de la energía

Para entender las principales diferencias en los precios de la energía es necesario valorar no solamente el coste de producción de cada país (que depende principalmente del acceso a recursos naturales y de su nivel de autosuficiencia), sino también el nivel de intervención enlos precios; el hecho de que el usuario pague la energía a un precio concreto no significa que ese sea su coste, que muchas veces es superior. En esos casos la aplicación de subvenciones o ayudas hace que el precio final baje.

Durante 2021 el precio de la energía subió un 59%, superando ampliamente los índices de otras materias primas como metales, agricultura o metales preciosos. Las previsiones iniciales señalaban que podrían moderarse durante el primer trimestre de 2022, sin embargo, los últimos acontecimientos en Ucrania marcarán la escalada de precios del gas y también las posibilidades con las que Europa podría llenar sus reservas.

Según el informe de OBS, a día de hoy las reservas de gas de la Unión Europea alcanzan el nivel más bajo de la historia y, en el otro lado de la balanza, los precios se sitúan en máximos históricos. Así, inyectar gas en los depósitos de la UE que lo necesitan es tres veces más caro que el año pasado, con la demanda por los suelos debido a la evolución de la pandemia y las restricciones que llevaba aparejada. Gran parte del aumento en los precios del gas en el mercado ‘spot’ se debe a los derechos que gravan la emisión de CO2. Durante el mes de diciembre llegó a alcanzar los 90,69 euros por tonelada, casi el doble de los 50 con los que cotizaba en julio pasado, y la tendencia es que siga ascendiendo y supere los 100.

El mix energético actual y las evoluciones de los precios confirman el peso desorbitado de los exportadores netos de hidrocarburos, como son los países de la OPEP y Rusia, y las recientes disrupciones han confirmado la importancia y relevancia de tener fuentes de energía propias para asegurar el suministro a un precio asequible.

En Latinoamérica la situación energética parece no ser tan alarmante como la que está viviendo el continente europeo en la actualidad. Es cierto que, tanto en Europa como en Latinoamérica, existe una tendencia alcista en lo que se refiere a los precios de la energía; sin embargo, debido a una mayor independencia energética, ya sea gracias a los recursos naturales o renovables de ciertos países Latinoamericanos como Brasil, Chile, Ecuador y México, o a las ayudas del sector público puede asegurarse que, en términos generales, los precios de la energía en estos países han sufrido una menor volatilidad.

¿Hacia dónde vamos?

El informe de OBS señala ciertas tendencias que parece que se confirman a nivel mundial, aunque cada uno de los países las modula según la propia idiosincrasia de sus sociedades: por un lado, la supresión de instalaciones nucleares nuevas en términos generales y los cierres de estas a medida que se vayan amortizando; por otro, debe considerarse la sustitución de los hidrocarburos tradicionales como el carbón y el fuel por el gas, menos contaminante, lo cual dará un especial predominio a países productores de gas como Qatar o Rusia en detrimento de Arabia Saudí (exportador de petróleo) o Australia (exportador de carbón). Este cambio también implicará que países de transición como Turquía, Argelia o Marruecos adquirirán una importancia clave al pasar por sus territorios gasoductos que son fundamentales, aunque se espera que los buques de gas natural licuado puedan reducir la influencia de estos países de paso. Por último, el desarrollo de las energías renovables, que es la gran apuesta de todos los países para ganar en autogestión y reducir la dependencia exterior, aunque el camino es largo para reducir toda la aportación de los combustibles fósiles en la producción energética en muchos países.

Previsión de precios en España

El aumento de la demanda de gas natural, especialmente en Asia, ha generado un desajuste entre la oferta y la demanda que ha desembocado en mayores precios en todos los países europeos. Sin embargo, debido a que España en concreto es un país muy dependiente del gas, esta subida se ha notado especialmente, situándose en máximos históricos.

La energía a largo plazo se negocia en el mercado de futuros EEX y permite contratos de suministro con entregas de hasta tres años o incluso más. Estos mercados de futuros predicen que los precios del gas se mantendrán elevados en los próximos meses; el precio de la luz seguirá siendo elevado hasta el año 2023 o permanecerá hasta ese momento en los niveles actuales, por encima de su media histórica, y no recuperará valores de mercado, en torno a los 60 euros el megavatio/hora (su precio en 2018) hasta después de 2024. La paulatina entrada en funcionamiento de los proyectos de generación energética renovable abaratará el precio medio de la electricidad y se empezará a notar a partir de 2023. Pero las fuertes inversiones realizadas por España a lo largo de los años hacia las energías renovables tendrán sus frutos hacia el año 2030 y, debido a la estructura del actual mercado eléctrico europeo, España pasaría entonces a ser el país del continente con la electricidad más barata: 40 euros/MWh.

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