Formarse como marroquinero o repartidor a domicilio es una opción interesante para acceder y mantenerse en el mercado laboral. id:49012
Los tiempos avanzan y las profesiones evolucionan. Sin embargo, hay oficios tradicionales que hoy no pueden desaparecer por la imposibilidad de sustituirlos. Para muchos, septiembre es un momento para iniciar nuevos caminos y las profesiones tradicionales son una buena opción. En
Audiolís, centro de empleabilidad, han hecho un análisis de los oficios de siempre que todavía hoy se demandan en el mercado laboral.
Al teléfono, humanos
Es cierto que ya hemos aprendido a comunicarnos con contestadores automáticos que finalmente nos derivan con personas reales. Sin embargo, la atención al cliente sigue siendo personal y humana. De momento no hay robot que sepa hacer esta gestión desde el entendimiento y con raciocinio. Y es que al final las respuestas automáticas y sin posibilidad de conversaciones improvisadas y naturales, no resuelven gestiones de los clientes.
Hacen falta manos para telas, pieles y maderas
Las grandes superficies de muebles, zapatos o ropa le están haciendo dura competencia a carpinteros, modistos o zapateros de toda la vida. Pero si pensamos en cambiarle las tapas a unos tacones, meterle el bajo a un pantalón o convertir una esquina en una despensa, recurrimos a los profesionales que siempre han estado ahí fabricando manualmente lo esencial en nuestras vidas.
El marroquinero, el artesano del cuero, el operador de máquinas para fabricar monturas, collares o zapatos, son alguna de las profesiones que se han ido transmitiendo de generación en generación, en las que cada paso precisa de una técnica y una destreza que solo se puede aprender practicando.
Los expertos en pieles no podrán ser sustituidos al 100% por máquinas. Al contrario, enriquecerán su labor con nuevas herramientas, máquinas y tecnología punta que le permitirán ser más rápidos y efectivos. Sin embargo, medir, tratar la piel o cortarla de la forma que exige la piel solo lo pueden hacer personas expertas.
En este ámbito, con la finalidad de preservar este oficio de toda la vida, Audiolís cuenta con acreditaciones para impartir el contrato de formación en modalidad presencial en el MOVEX – Centro Tecnológico de la Piel en Ubrique, donde se aúna tradición y tecnología.
Repartidor a domicilio
Glovo, JustEat… ¿Te suena? Una profesión con alta demanda en la actualidad es la de repartidor a domicilio, ya sea de comida o de cualquier otro servicio o producto. Solo es necesario un medio de transporte (bicicleta, patinete, motocicleta o furgoneta), disponibilidad y saber trabajar con flexibilidad. Y es que, en la mayoría de estas compañías, el propio empleado pone su horario para trabajar y cobra a razón de ello.
Camareros
Es probable que en los próximos años veamos robots camareros. De hecho, en Valencia están a punto de abrir un restaurante con una plantilla muy particular. Y aunque pueden servir comida, todavía los robots no son capaces de tomar las órdenes de pedidos de los clientes, por lo que los empresarios seguirán confiando en las personas para ofrecer el mejor servicio.
¿Llegará el día en el que estas máquinas sean capaces de recomendar un vino o un plato en función de los gustos de un comensal? Aún no hay respuesta, pero de momento: Camareros 1 -Robots 0.
Personal de limpieza
Rumba o Conga, puedes llamarlos como quieras. Pero un robot aspirador limpiará únicamente el suelo y jamás funcionará sin que un humano lo active, lo enchufe o lo recargue. Y así ocurre a cualquier escala.
Y es que las personas que baldean las calles o los responsables de mantener las industrias limpias, nunca podrán ser sustituidas al 100% por robots o grandes máquinas. Como hemos vivido hasta ahora, solo podrán tener una ayuda más potente con herramientas que cada vez requieran menos esfuerzo humano.
Lo que todavía resulta raro es imaginar que las máquinas se activen solas, detecten dónde hay suciedad para acudir o sepan insistir en las zonas que más lo necesiten.
Las profesiones de siempre mantienen hoy la demanda
Todavía hoy existen profesiones que la tecnología no ha podido tocar. El mercado laboral demanda aprendices de oficios tradicionales que se formen y trabajen a la misma vez y saquen adelante ese trabajo que todavía un robot no puede hacer. Los contratos de formación y aprendizaje siguen apostando por estas profesiones que permiten a los jóvenes aprender un oficio y acceder al mercado laboral con un contrato que es una oportunidad única de conseguir un certificado de profesionalidad que acredite su experiencia en un determinado oficio a nivel europeo.