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Evolución del uso de las EPIS por sectores
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Evolución del uso de las EPIS por sectores

miércoles 18 de agosto de 2021, 10:12h
Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSHT), aproximadamente el 40% de los trabajadores deben utilizar algún tipo de EPI en el desarrollo de su trabajo. La mayoría de ellos se agrupan, fundamentalmente, en los sectores de la construcción, la industria y la agricultura. No obstante, se calcula que cerca del 10% de los trabajadores que deberían utilizar EPI no lo hacen. id:75077

En cualquier caso, los especialistas en EPIS de Epiyvestuariolaboral.com señalan que el uso de elementos de protección individual en las empresas se ha generalizado en los últimos 20 años, sobre todo debido a los cambios legislativos. En este sentido, en el año 2018, se produjeron algunos avances normativos importantes, entre los cuales destaca la aplicación del nuevo Reglamento Europeo 2016/425 sobre condiciones de comercialización de los Equipos de Protección Individual.

Siniestralidad laboral por sectores

La industria manufacturera es la actividad laboral que presenta un mayor número de accidentes con baja: 41.105. El segundo puesto, en siniestralidad laboral, lo ocupa el sector del comercio, con 29.580 accidentes con baja, mientras que el sector de la construcción, que ocupa el tercer puesto, aglutina un total de 26.010 accidentes.

En el caso de los accidentes laborales mortales, el sector servicios es el que ocupa el primer puesto. No obstante, en los últimos años, la tasa de mortalidad laboral ha disminuido considerablemente en prácticamente todos los sectores, a excepción de la industria, la construcción y la agricultura.

La importancia de los EPIs

En los últimos años, la conciencia generalizada sobre la importancia de la seguridad en el entorno laboral y el desarrollo de la actividad profesional ha provocado una mejora considerable en las cifras de siniestralidad laboral. En el caso concreto de los EPIs, su utilización es clave a la hora de prevenir y anular todo un conjunto de riesgos que inciden directamente sobre el trabajador.

No obstante, al existir riesgos con diferentes niveles de impacto, los EPI se clasifican en diferentes categorías en función del nivel de riesgo al que se encuentra expuesto el trabajador. Por ello, según las necesidades de protección requeridas por las tareas específicas y las particularidades del trabajador, será necesario un tipo u otro de EPI.

La importancia de los EPIs no radica únicamente en su capacidad de protección frente un determinado riesgo, sino que también es fundamental que los trabajadores sean conscientes de cómo utilizarlos adecuadamente. En este sentido, aunque los EPIs han sido diseñados para proteger frente a determinados riesgos, es fundamental que los trabajadores sepan utilizarlos.

Clasificación de los EPIs

Según el Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo, existen diferentes tipologías de EPIs en función de su utilidad. De este modo, en primer lugar, podemos encontrar los equipos de protección respiratoria como máscaras, mascarillas, filtros o boquillas.

Asimismo, también podemos encontrar equipos de protección ocular y facial como gafas de protección, pantallas faciales y protectores oculares y faciales. En el caso de equipos orientados a la protección de la cabeza, destacan sobre todo los cascos de seguridad y protección.

Además, dentro de la clasificación de los EPIs, también se encuentran la ropa y los guantes de protección, donde también se incluye la ropa de alta visibilidad. Igualmente, también existen equipos de protección auditiva como protectores para los oídos, de protección de pies y piernas como el calzado de uso profesional y, finalmente, los equipos de protección contra caídas de altura que incluyen sistemas anticaídas, dispositivos de anclaje y todo lo relativo a la seguridad en la realización de los trabajos verticales. Según interempresas, los EPIs son fundamentales para prevenir accidentes laborales.

Reglamento 2016/425

Del Reglamento 2016/425 hay una serie de aspectos que sobresalen especialmente. En este sentido, en primer lugar, podríamos destacar que el Reglamento amplía el ámbito de aplicación a los productos de uso privado que protegen contra el calor, la humedad y el agua. Por ello, en su apartado sobre las categorías de riesgo, el reglamento considerará EPI de categoría III aquellos equipos orientados a proteger frente a agentes biológicos nocivos, ahogamientos, corte por sierras de cadena, chorros de alta presión, ruidos nocivos y heridas de bala.

Asimismo, el Reglamento 2016/425 se caracteriza por definir las responsabilidades de todos los operadores económicos, incluyendo tanto distribuidores como importadores. Por ello, a partir de este reglamento, los fabricantes deben realizar una evaluación exhaustiva de los EPIs, teniendo en cuenta tanto los usos previstos como los usos previsibles de cada equipo. En el caso de los distribuidores, estos deben asegurarse de que los EPIs comercializados cumplen con lo establecido en el Reglamento.

En cuanto a la validez de los certificados, el Reglamento establece que estos tendrán una validez máxima de cinco años, momento en el cual deberán revisarse, a través de un procedimiento simplificado, siempre que no se hayan producido cambios en el equipo ni en las características del trabajo desarrollado.

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