La biotecnológica cierra una ronda de financiación a través de la plataforma especializada en biomedicina, Capital Cell, en la que han formado parte 449 inversores. id:62640
Fastbase Solutions, una empresa vasca fundada por científicos españoles y británicos provenientes del Francis Crick Institute de Londres, ha cerrado una ronda de inversión con 750.000 euros, 449 inversores y el máximo overfunding permitido por ley (125%) para impulsar que la técnica
QF-Pro® que han desarrollado para detectar qué pacientes de cáncer responden con inmunoterapia, llegue a los hospitales y a los pacientes de cáncer.
Se trata de una tecnología desarrollada por el equipo de científicos de Fastbase Solutions, entre los que destacan la doctora Banafshe Larijani, CSO de Fastbase Solutions y directora del Centro de Innovación Terapéutica de la Universidad de Bath y también por el doctor Peter J. Parker, director de la División de Estudios del Cáncer del King’s College de Londres. Con esta técnica se podrá predecir con una altísima precisión si un paciente de cáncer responderá o no al tratamiento con inmunoterapia, lo que supone un avance significativo para el éxito de estos tratamientos que, hoy en día, suponen la mayor esperanza para la cura o, al menos, la cronificación de la enfermedad. El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, y responsable de una de cada seis muertes a nivel global.
La biotecnológica que cuenta en el ámbito empresarial, además, con inversores como Antonio Parente y Antonio Ferrer, así como con su CEO Fernando Aguirre, ha obtenido el refrendo de la prestigiosa revista "Cancer Research", editada por la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer. Esta revista, de alto impacto internacional, corrobora la efectividad predictiva de la técnica de Fastbase en un artículo que detalla las pruebas clínicas realizadas por la compañía, con unos resultados muy prometedoras y claramente superioresa otras técnicas predictivas actuales en el ámbito de la inmunoterapia.
Mayor precisión en la lucha contra el cáncer
La inmunoterapia, descubrimiento galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 2018 es uno de los tratamientos más prometedores para el cáncer. Es una nueva tecnología que "enseña" al sistema inmune a matar células tumorales, sin importar lo avanzado de la enfermedad ni lo extensa que sea la metástasis causada por el cáncer, responsable de una de cada seis muertes en el mundo.
Cuando funciona, funciona de forma excepcional y consigue remisiones espectaculares de la enfermedad. Es tal su potencial que, desde 2010, ocho grandes empresas farmacéuticas han sacado al mercado su propio fármaco inmuno-oncológico, y hay hasta 12 más en desarrollo.
Desgraciadamente, este tratamiento solo funciona en unos pocos pacientes (entre el 15% o el 45%, en función del tipo de cáncer), sin que exista una técnica adecuada para saber de antemano a qué paciente le resultará útil y a cuál no, ni por qué no. Por ello, conocer aquellos pacientes susceptibles de responder positivamente se ha convertido en una necesidad médica de primer orden, que genera un gran sufrimiento a los pacientes y a sus familias y que, además, supone un altísimo coste a los sistemas de salud. La inmunoterapia no es precisamente económica, dado que supone, de media, un coste de 150.000 euros por paciente.
“Con GF-Pro®podemos cuantificaren una biopsia biomarcadores que hasta ahora eran imposibles de ver”, destaca la doctora Banafshe Larijani, cofundadora de FastBase Solutions junto al director de la División de Estudios del Cáncer del King’s College de Londres, Peter J. Parker, junto a quien lidera el equipo científico de la compañía, que cuenta en el ámbito empresarial, además, con inversores como Antonio Parente y Antonio Ferrer, así como con su CEO Fernando Aguirre.
Aplicación potencial en el desarrollo de vacunas y diagnóstico de la COVID-19
QF-PRO® es una plataforma que permite cuantificar las funciones e interacciones de proteínas en muestras patológicas con un nivel de precisión sin precedentes. Eso permite aplicarla a mejorar los tratamientos de enfermedades mucho más allá del cáncer. Por ejemplo, permite cuantificar las modificaciones postraduccionales (PTM) en proteínas de la superficie de una célula huésped atacada por un virus, así como las interacciones entre las proteínas de la célula huésped y las del virus. Esto puede abrir nuevas vías para el desarrollo de medicamentos específicos, diagnósticos e intervenciones terapéuticas en este campo.
“Aunque es un gran reto, parece factible desarrollar una prueba de concepto para esta aplicación, alentando la colaboración con otros grupos de investigación que trabajan (o proponen) biomarcadores específicos para la COVID-19 y desarrollar un ensayo que acelere la investigación en medicamentos y/o vacunas anti-COVID-19”, señala el CEO de FastbaseSolutions, Fernando Aguirre.