Dentro de un mismo mercado existen tantos riesgos como oportunidades, y la gravedad de esta crisis lo pone de manifiesto. id:58446
En cuanto a los
bonos, nos dirigimos de manera ineludible hacia un aumento de las quiebras, lo que exige un análisis más profundo si cabe y una posterior discriminación contundente por nuestra parte
. Si nuestro análisis de la
zombificación de la economía es correcto (
según nuestro análisis las empresas que salgan de esta crisis lo harán con un endeudamiento aún mayor y, muy probablemente, con unos márgenes más deteriorados) entonces, la capacidad de dar un papel clave al análisis de crédito, será decisivo en los próximos años. Mientras que los diferenciales sigan proporcionando rentabilidades más elevadas, lo que nos queda es obviamente evitar los impagos.
Lo que tenemos claro es que esta crisis tendrá sus ganadores y sus perdedores.
Además, observamos tendencias que se arraigarán tales como la reorganización y concentración. En este sentido, todos los actores de un mismo sector no superarán la crisis de la misma manera. Esta crisis será, pues, una oportunidad sin precedentes para los ganadores, con ganancias fáciles de cuota de mercado y poder de fijación de precios. Habrá un aumento de las fusiones y adquisiciones en todos los sectores e incluso podría producirse una importante consolidación en el comercio minorista, la energía en Estados Unidos y la automoción en Europa.
También identificamos la determinación de un cierto número de activos como estratégicos y parte de la soberanía nacional/regional, como la atención sanitaria y la logística. Esto significa que ciertas empresas recuperarán importantes primas.
Incluso en el seno de las instituciones europeas más liberales, observamos un cambio de tono, la necesidad de no tolerar más las debilidades de una Unión Europea que se ha vuelto demasiado dependiente de China en ciertos ámbitos. Esta evolución, que no implicará poner en tela de juicio la globalización, sino más bien la creciente regionalización de las economías, está llamada a desempeñar un papel en la conformación del panorama competitivo y la valoración de las empresas.
Por último, es probable que esta crisis acelere ciertas tendencias que ya habían surgido antes de la crisis tales como La intensificación de lo digital y el uso del Big Data. Esto quiere decir que las compañías continuarán adoptando masivamente los cambios tecnológicos. También detectamos una posible regionalización de la producción, una tendencia al alza que nuestros economistas ya habían descrito mucho antes de la crisis. Otras dos tendencias son, por un lado, la aceleración del gasto sanitario, que generará avances en términos de investigación de vacunas, oncología, etc., y la transición energética. Respecto a este último, podemos anticipar planes de estímulo para las infraestructuras verdes (trenes, energías alternativas, infraestructura para los coches eléctricos, etc.).
Todavía estamos siendo arrastrados por la ola de esta crisis. Bajo este escenario, estamos adaptando tanto nuestra asignación de activos como nuestros métodos de gestión para cada clase de activo. Mientras el potencial de mercado no parece particularmente atractivo, bajo nuestro punto de vista estamos convencidos de que esta crisis ofrece muy buenas oportunidades en las diferentes clases de activo.
Aunque el potencial del mercado no parece particularmente atractivo, en nuestra opinión, estamos convencidos de que la crisis ahora ofrece buenas oportunidades dentro de las clases de activos, si están ponderados.