Valoraciones de Juan Carlos Moro, CEO de la compañía logística DB Schenker en España y Portugal, sobre los datos de Comercio Exterior de Mercancías correspondientes a febrero publicados hoy por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. id:57696
Los datos publicados hoy por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo en relación con el volumen del comercio exterior de España en febrero 2020 deben entenderse como el listón a recuperar tras la crisis del COVID-19, cuyo impacto todavía no es visible en estos datos. El
positivo crecimiento económico que España mantenía antes de esta crisis era, sin duda, el reflejo de la fuerza exportadora de nuestro país, que alcanzó en febrero el nivel récord de los últimos 5 años con un fuerte aumento del 3,5%. Este crecimiento económico empezaba a mostrar debilidad por la ralentización de las importaciones, casi planas durante gran parte del año 2019, también así en los primeros compases de 2020.
Es bueno retener en nuestras cabezas estos niveles y marcárnoslos como objetivo de la batalla de recuperación económica.
Establecer objetivos ambiciosos, con una mira clara en el comercio exterior, es una buena estrategia para planificar las iniciativas económicas que necesitaremos desplegar urgentemente para lograr acelerar la curva de la recuperación.
No hay duda de que tenemos sectores económicos en España a los que
incentivar y sobre los que construir planes de recuperación urgentes y estratégicos. Uno de los primeros será el sector turístico en toda su amplitud. Pero no menos importante para apalancar la recuperación debe ser toda la industria productiva o nuestras materias primas, fomentando el comercio exterior con fuerza y con apoyo desde las instituciones.
El sector turístico dependerá tanto de la eliminación paulatina de las restricciones de los desplazamientos masivos como del aumento de la confianza y la sensación de higiene en la sociedad. Lamentablemente, estos condicionantes vislumbran una recuperación lenta. Por otro lado, el
comercio exportador depende de que volvamos a recobrar la capacidad productiva y también de la adaptación de nuestros productos y servicios a la nueva realidad post COVID-19. En cualquier caso, ambos precisan de la recuperación de la fiabilidad y la calidez de la Marca España, tocada por esta crisis.
Con una recuperación en nuestra economía gradual y prolongada, con diferentes sectores creciendo a muy distinta velocidad, pero con una demanda interna limitada por el inevitable crecimiento del desempleo, la salida al exterior será vital. Más allá de los tradicionales mercados europeos, la empresa española debe afrontar la búsqueda de otros mercados, más lejanos, pero no por ello menos accesibles. En febrero ya se observaba un fuerte crecimiento exportador a mercados como el de América del Norte y Asia. Sin duda, dos mercados relevantes para nuestra recuperación, adicionalmente a nuestro mercado tradicional europeo.