Kia Proceed 1.6 T GDi GT

Efectivamente el diseño conseguido por Kia, en su centro de Diseño de Frankfurt, es desde luego es atractivo se mire por donde se mire, sobre todo en su parte trasera, con una luneta muy inclinada, lo que le permite lucir un alerón sobre ella de grandes dimensiones, casi tanto como para llegar hasta la mitad de la superficie. Los grupos ópticos horizontales, por supuesto de leds, se sitúan bastante altos, al nivel del final de la luneta y están unidos por una luminosa línea roja. El portón en su apertura llega a la parte alta del amplio paragolpes en la que esta situada la matrícula, con lo que queda un tanto elevado el hueco de carga, dificultado por tanto las maniobras para ubicar el equipaje o los bultos que se manejen. El mencionado y elaborado paragolpes muestra en sus laterales unas falsas salidas de aire verticales y luego ofrece una acertada combinación entre líneas negras y el color de la carrocería, en este caso azules, entre las que destacan las salidas del escape trapezoidales situadas en los extremos, lo que enfatiza aún más la anchura del coche.

Lateralmente volvemos a apreciar claramente la fuerte inclinación de la parte trasera, resaltada también por la brillante línea cromada que contornea toda la zona acristalada y porque esta línea se convierte en una “aleta de tiburón” en la parte delantera del la superinclinada tercera ventanilla. Para dar una mayor sensación de longitud una arista recorre toda la carrocería, desde el final de los faros hasta los grupos ópticos traseros, mientras que en la zona media de las puertas una sinuosa forma hacia dentro y una arista en la parte baja, definan muy bien lo trabajado que esta el diseño “europeo” del Proceed. La parte delantera es quizás la más “normal” con respecto a la familia Ceed actual, no en vano el elaborado capó motor y las aletas delanteras son las mismas. La icónica parrilla “tiger nose”, la toma de aire inferior y la forma del parabrisas son típicas de los últimos modelos de la marca. La luz de día es del tipo de “cubitos de hielo” y las luces principales son también de tecnología led proporcionando una excelente iluminación. También son originales las triangulares entradas de aire, en color negro, que se sitúan en los extremos del paragolpes. Por último, también son personales el diseño de las llantas de aleación de 20” y unas sutiles líneas rojas en la parte baja de ambos paragolpes y de las puertas.

Antes de entrar en la descripción del motor, uno de los puntos fuertes del Proceed, además del diseño de la carrocería, echemos un vistazo al habitáculo y, sinceramente nos ha decepcionado un poco. Cierto es que la terminación en general es buena y todo ajusta perfectamente, pero nos esperábamos algo más creativo y diferenciador del resto de la gama del Ceed, pues a excepción de algunas costuras en rojo todo es demasiado “previsible”, menos eso sí, los asientos de piel y alcántara que muestran unas formas claramente deportivas, de acorde con el concepto del coche, aunque también pueda tener un uso familiar por capacidad. Por cierto, los delanteros sujetan perfectamente el cuerpo y resultan muy cómodos pues la banqueta tiene la suficiente longitud como para recoger el muslo casi en su totalidad, destacando el bordado de GT en el respaldo. También los guarnecidos de las puertas están adornados con costuras rojas y con detalles de aluminio satinado.

La pequeña decepción viene dada por el salpicadero en general, no así el cuadro en particular, que se “salva” de la crítica, pues su doble visera, con una individual para cada indicador principal, cuentavueltas y velocímetro, separados por una pantalla que puede variar según los gustos o las necesidades del conductor, transmite cierta deportividad por sus formas un tanto clásicas. En el centro del salpicadero, de forma superpuesta, se sitúa la pantalla multifunción de 8” y debajo de ella una fila de teclas para manejarla y seleccionar la función elegida, incluida la del audio. Más abajo aún, formando ya parte de la consola los mandos del climatizador bizona y siguiendo el recorrido, más abajo, una hilera de teclas que se ve que no son habituales en otras versiones, pues parece que “cuelgan” de las anteriores y que son las correspondientes a la calefacción/refrigeración de los asientos y el calentador del volante. Bajo estas teclas, una bandeja permite cargar los móviles de forma inalámbrica y ya en la parte horizontal de la consola un hueco con tapa de corredera nos ofrece los enchufes para sistemas auxiliares. En la parte izquierda de la plataforma para la palanca de cambios también encontramos teclas, para accionar el modo deportivo, desconectar el sistema Star&Stop, el sonido de los avisadores de aparcamiento y el de estacionamiento semiautomático. Antes del reposabrazos central, encontramos otro compartimento con cierre de corredera, para un par de botes o botellas de ½ litro. Por su parte el asiento trasero esta diseñado para que dos personas viajen cómodamente, pues la central iría ya algo apretada y sobre todo por que no tendría sujeción lateral. Hay que destacar que a pesar de la forma tan inclinada del techo, hay más que espacio suficiente para la cabeza de estos ocupantes. El maletero dispone de una capacidad de 594 litros, pero se puede ampliar hasta los 1.545 si se abate el asiento trasero del todo, quedando un piso plano, si no se necesita tanto espacio el respaldo se puede abatir en una proporción de 40/60. La apertura del maletero es eléctrica y se puede activar desde una tecla situada a la izquierda del votante, junto a otras de distintas funciones o si detecta la llave en las cercanías del portón, lo que es muy útil se tenemos las manos ocupadas.

Y ahora vamos a la parte más “mollar” del GT, la de su propulsor. Se trata de un 1.6 litros de gasolina, todo de aluminio, que proporciona la nada despreciable cifra de 204 CV a 6.000 r.p.m. de potencia y un par de 265 Nm entre 1.500 y 4.500 r.p.m. Un motor que nos ha parecido que tiene dos personalidades, una que es la que proporciona una conducción relajada y si apurar marchas, en cuya situación se comporta como un coche “normal” de unos 130/150 CV sin apenas dejarse oír, pero siempre dispuesto a “saltar” en cuanto se le pise. Y ahí viene esa segunda personalidad que a buen seguro es la que busca el comprador de un coche con carácter deportivo como es el caso. A partir de 4.000 revoluciones, el sonido se hace mucho más agresivo y comienza a transmitir una subida de adrenalina al conductor, pues invita a acelerar, cambiar y reducir, aprovechando las posibilidades del motor y su rapidez de reacciones. Es un verdadero placer adelantar en cuestión de segundos sin apenas esfuerzo y circulas por carreteras viradas, cambiando de marchas con rapidez, pues la unidad de pruebas disponía de un cambio manual de 6 velocidades, con las relaciones más bien cortas incluida la 6ª que apenas tardaba en recuperarse aunque bajáramos mucho de vueltas. La velocidad máxima se cifra en 230 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos, cifras dignas de un auténtico deportivo. En una conducción mixta, o sea “manejando” esas dos personalidades el consumo apenas ha llegado a los 7 litros a los 100 m, que es relativamente bajo para las prestaciones que se alcanzan cuando utilizamos la personalidad “rabiosa”.

Para poder disfrutar con tranquilidad de esas mencionadas cualidades del motor, nos encontramos con unas suspensiones, con McPherson delante y paralelogramo deformable atrás, ambos ejes con sus correspondientes barras estabilizadoras, que están de acuerdo con lo que se espera de él. El coche se agarra a la carretera como una lapa y no plantea el más mínimo problema aunque vayamos “pasados”, pues además la dirección en muy rápida y permite corregir y maniobrar con suma facilidad. El único inconveniente, si se puede catalogar así, es que el tarado de las suspensiones el más bien duro y los baches, sobre todo los transversales, se notan bastante en el habitáculo, aunque en honor a la verdad, los estupendos asientos se encargan de mitigar en parte la posible molestia para los ocupantes. Para acentuar más esas dos posibles utilizaciones del motor, el Proceed GT cuenta con dos modos de conducción. Uno Normal y otro Sport, notándose con la introducción de este último modo ese carácter deportivo que hemos descrito, pues modifica algunos parámetros, como la rapidez de respuesta del acelerador, el tacto de la dirección y el sonido del escape.

Para dar un mayor nivel de seguridad al conducir rápido el Proceed GT, cuenta con el control electrónico de estabilidad, así como con el sistema de gestión de estabilidad del vehículo, que hace posible la inclusión de la tecnología de vectorización de par por frenada, un dispositivo electrónico que frena de forma inteligente las ruedas interiores en la curva para limitar el posible subviraje. Siguiendo con el equipamiento destaquemos que se dispone entre otros elementos de Asistente Dinámico para luces de carretera, sistema de detección de fatiga del conductor, sistema de asistencia de mantenimiento de carril, aviso de colisión frontal con asistente para evitarlas, sensores de radar para acelerar o frenar en función de la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede, tecnología de conducción autónoma de Nivel 2, control de crucero adaptativo, alerta de vehículo en el ángulo muerto, alerta de tráfico cruzado trasero, reconocimiento de peatones y un todavía largo etcétera, sin olvidar un equipo de infoentretenimiento de lo más completo y compatible con los distintos smarphone y un excelente equipo de sonido.

Un coche hecho para disfrutar de su conducción rápida y segura, sin renunciar a una capacidad suficiente para un uso familiar y confortable.