Los activos de riesgo se mantienen cerca de sus máximos históricos en todo el mundo, pero presentan una mayor volatilidad tras una semana marcada por la subida de la inflación en EE.UU. que veníamos alertando desde hace tiempo. id:71809
Teniendo en cuenta esos niveles de inflación, es un tanto sorprendente que los tipos del Tesoro estadounidense a 10 años sólo hayan subido un 0,04%. Sin embargo, este movimiento ha bastado para hacer temblar a los mercados de materias primas y provocar cierta repercusión en las divisas de los mercados emergentes, que por lo general, aunque no de manera uniforme, han terminado la semana depreciándose frente al dólar americano.
Centrándonos en la semana que comenzamos, el miércoles se publicarán las actas de la reunión de la Reserva Federal. La sorpresa de la inflación hace que estén algo desfasadas con lo que creemos que el mercado no les prestará demasiada atención.
Por otro lado, el viernes se publicarán los índices PMI preliminares de actividad económica de EE.UU., la eurozona y Reino Unido, que esperamos que sea el principal acontecimiento de la semana para los mercados. Más allá de datos y políticas, el mercado parece estar aún digiriendo el espectacular aumento de las presiones inflacionistas, al menos a corto plazo, en EE.UU.; creemos que, una vez que lo haga, la tendencia para el billete verde seguirá siendo bajista.
EUR
Los datos de la confianza de los inversores de la zona euro confirmaron la semana pasada la mejora de las expectativas europeas y en los principales indicadores económicos en general. Creemos que uno de los factores financieros y económicos clave en 2021 será la comparación entre el repunte de la Eurozona y el de EE.UU., tanto en velocidad como en las presiones inflacionistas que lo acompañen. Sin embargo, debido a los desfases en los datos, no tendremos una imagen clara hasta mediados del verano.
Por ahora, nos centraremos en los indicadores adelantados de actividad económica, como los índices PMI que se publicarán el viernes. Otra sorpresa positiva en el índice de servicios podría impulsar al euro a finales de la semana.
USD
La semana pasada se produjo el esperado estallido de la inflación en Estados Unidos. La inflación interanual se situó en el 4,2%; y lo que es más alarmante, el índice subyacente -más estable y que excluye los componentes volátiles de los alimentos y la energía- experimentó el mayor salto desde 1982. La tasa anualizada de tres meses se sitúa ahora en casi el 5%.
La clave ahora será la reacción de la Reserva Federal. Si bien se ha mostrado muy prudente en cuanto a dejar de lado las presiones sobre los precios a corto plazo y mantener las políticas monetarias muy estimuladas, es posible que algunos miembros se hayan visto sorprendidos por la explosión de la inflación. En cuanto a los mercados de divisas, unos tipos de interés muy bajos y un aumento de la inflación rara vez han sido una combinación positiva para ninguna moneda, y no esperamos que esta vez sea diferente.
GBP
El alivio ante los resultados de las elecciones escocesas y la falta de perspectivas de un nuevo pulso a la independencia se vio reforzado por una serie de informes (muy positivos) sobre los precios de la vivienda, el PIB mensual de marzo y el índice BRC de ventas al por menor.
La libra se disparó la semana pasada, terminando al alza frente a las principales divisas del G10 y de los mercados emergentes.
Esta semana, además de los datos preliminares de actividad del PMI de mayo -que siempre son clave-, que llegarán el viernes, conoceremos el informe de inflación el miércoles. Sobre esta última, los mercados están esperando un ligero repunte de la subyacente. Será interesante ver si la subida de la inflación que vimos la semana pasada en EE.UU. es un fenómeno global o si de momento se limita solo al país americano.