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Mercado de renta fija estadounidense

La importancia de mantener la parte central de la cartera resistente
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La importancia de mantener la parte central de la cartera resistente

OPINIÓN: Por Ritchie Tuazon y Mike Gitlin (gestores) y Margaret Steinbach (investment director) de Capital Group

miércoles 06 de mayo de 2020, 11:34h
Obviamente, estamos atravesando un momento excepcional y, al igual que muchos inversores, estamos trabajando intensamente para hacer frente a los retos que plantean unos mercados desequilibrados y poco líquidos. id:58242
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El reajuste de los precios de los activos en las últimas semanas se ha visto impulsado por el temor a una recesión económica. Conforme avancemos, la principal fuerza subyacente del continuo reajuste será la realidad de un crecimiento mucho más débil y unos beneficios corporativos notablemente más bajos.

Como sabemos por anteriores recesiones y periodos de volatilidad, el mejor camino para los inversores es atenerse estrictamente a lo previsto. En el caso de la renta variable, la sabiduría popular sostiene que se debe mantener un enfoque a largo plazo, mantener la inversión y aprovecharlas ventajas de la inversión disponible durante la recesión.

Sin embargo, en el caso de la renta fija, tal vez sea el momento de analizar detenidamente sus inversiones.

Perspectivas de los tipos de interés estadounidenses: Más bajos durante más tiempo

Hemos hablado de «más bajos durante más tiempo» desde hace años. En marzo, los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos alcanzaron nuevos mínimos históricos cuando la Reserva Federal recortó su tipo de interés oficial al 0,00%-0,25%. Con el regreso de la política de tipo de interés cero, el debate sobre los tipos negativos en Estados Unidos comenzará en serio.

Nuestro escenario base no contempla una política de tipos negativos en Estados Unidos, pero habrá muchos analistas considerando esta posibilidad. Si bien los tipos estadounidenses están actualmente más cerca del límite inferior cero, todavía tienen margen para bajar si, en particular, la recuperación tarda más de lo previsto.

El apalancamiento sigue siendo elevado

Durante un periodo de recesión, sabemos que el crédito atraviesa una fase difícil. El fase inicial incrementa las dificultades: Al iniciarse esta crisis, los segmentos de más riesgo del mercado crediticio (deuda corporativa de grado de inversión con calificación BBB, crédito de alto rendimiento y préstamos apalancados) habían alcanzado un máximo de 20 años como porcentaje del PIB, del 25%. En particular, la deuda con calificación BBB como porcentaje del mercado de crédito con grado de inversión también se había disparado a aproximadamente al 50% de dicho universo.

Superar este desajuste llevará tiempo. Asimismo, creemos que la relajación y la reevaluación del riesgo en el mercado seguirán estando acentuadas por la falta de liquidez. Tras la caída inicial de los precios, los bancos alcanzaron rápidamente el límite del riesgo de balance. Los inversores, que han navegado a ciegas durante años a través del crédito, no han podido evitarlo, aunque hubieran querido hacerlo.

La falta de liquidez ha sido más severa en esta crisis que en la crisis financiera de 2008-2009. Se han adoptado medidas para reducir la tensión en el sistema, que están funcionando, pero es improbable que podamos asistir a una vuelta de los mercados a la situación de confianza que existía antes del COVID-19.

Los excesos deben corregirse

En la medida en que los diferenciales del crédito corporativo se han ampliado de manera sustancial, estamos actualmente posicionados de manera menos defensiva, pero seguimos siendo conscientes del riesgo al evaluar posibles oportunidades. Los años de excesos aún necesitan corregirse. En última instancia, encontraremos valor, como lo hicimos en las últimas semanas, cuando los diferenciales de crédito —la diferencia entre los rendimientos de la deuda corporativa y la deuda pública de Estados Unidos— alcanzaron sus niveles máximos. Seguiremos beneficiándonos de las oportunidades que se presenten analizando valor por valor, desde el punto de vista de nuestros experimentados analistas.

Sin embargo, somos conscientes de que es probable que pasemos de la «esperanza» que ha impulsado el reciente repunte de los precios de los activos a una fase de «realidad» que refleje la debilidad actual de nuestra economía. Aún se desconocen muchos aspectos, y los diferenciales pueden volver a ampliarse, a pesar de que los bancos centrales han hecho todo lo posible, en particular en aquellas áreas del mercado que antes no estaban respaldadas por los programas de compras o préstamos de los bancos centrales. En un futuro, la ampliación del diferencial de crédito podría ofrecer atractivas oportunidades de entrada.

Mantenerse firmes en la inversión en bonos básicos

En artículos anteriores, hemos hablado sobre la importancia de garantizar que la asignación de la parte central de su cartera de renta fija sea de calidad suficiente para poder aguantar este tipo de baches. En los tiempos que corren, esta afirmación es más relevante que nunca. En nuestra opinión, ahora es el momento de mantener una parte central de la cartera resistente, ser conscientes del riesgo y evitar la tentación de buscar rendimiento. Incluso con los rendimientos del Tesoro en niveles históricamente bajos, no es demasiado tarde para garantizar que su cartera de renta fija se comporta como debe: ofreciendo diversificación frente a la exposición a la renta variable y preservando el capital.

Tenga en cuenta que las estrategias de renta fija estadounidenses que incluyen en su nombre los términos «core plus», «total return» o «income» tienden a sobreponderar el crédito corporativo de menor calificación, la deuda de los mercados emergentes y los productos estructurados, y pueden estar significativamente infraponderadas en los títulos del Tesoro. Esto no quiere decir que estos tipos de fondos no deban constituir un componente importante de una asignación general de renta fija, sino que hay que tener en cuenta que no deben ocupar un lugar preponderante en una cartera de renta fija debidamente diversificada.

Lo cierto es que nadie sabe lo que va a pasar. No obstante, puede centrarse en garantizar que, mientras continúen las subidas y bajadas de estos tiempos volátiles, su cartera de renta fija esté diseñada para absorber los impactos y ofrecer una cierta estabilidad cuando más la necesite.

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