El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reúne esta semana. No habrá ninguna actualización de sus previsiones macroeconómicas, pero hay que estar atentos: el aumento de la inflación ha hecho que la presión política pase de una postura relajada a la lucha contra la inflación. Los compromisos anteriores ya no se consideran válidos. id:82974
Nuestras expectativas:
- Los tipos deberían permanecer sin cambios por el momento y el Consejo de Gobierno debería mantener la secuencia: primero terminando el Programa de Compra de Activos (APP por sus siglas en inglés) y luego subiendo los tipos.
- Las fuentes dijeron que durante la reunión anterior el consejo estaba dividido, con 10 partidarios de la acción inmediata (hawks) y 15 partidarios del statu quo (doves). La tasa de inflación a 5 años ha subido 27 puntos básicos desde el 10 de marzo hasta el 2,36%, por encima del objetivo del BCE. Por tanto, esta vez podríamos asistir a una mayor presión hawkish.
- El APP alcanzará los 20.000 millones de euros en el mes de junio. El Consejo de Gobierno debería proporcionar alguna información sobre su ritmo en los meses siguientes. Dado que la inflación es tan elevada -y debería mantenerse en torno a los niveles actuales hasta septiembre-, el BCE podría anunciar su intención de poner fin a las compras a finales de junio. Esto abriría la posibilidad de una subida de tipos ya en julio. Sin embargo, septiembre es una opción más creíble. El gobernador Makhlouf dijo que el BCE quería "mantener la opcionalidad", por lo que el consejo de gobierno podría querer mantener todas las opciones abiertas.
En general, un BCE con una postura hawkish es una posibilidad real. Las presiones inflacionistas son muy fuertes y el mercado laboral está muy ajustado, con la tasa de desempleo en un mínimo histórico. La pieza que falta es la de los salarios, de la que desgraciadamente se carece de datos recientes.