La pereza se explica como la falta de ganas de hacer cosas o de trabajar, es uno de los mayores impedimentos que tenemos para alcanzar los objetivos que nos planteamos. A largo plazo, esta sensación puede generar estrés y frustración. id:65358
¿Cuántas veces has empezado algo con ganas y la has dejado a medias? Empezar un hábito y realizarlo diariamente requiere de esfuerzo y constancia si no uno acaba desmotivado y abandonando la meta que se había marcado. Pero nada es imposible y hay un método japonés que tan solo dedicando un minuto al día se puede llevar a cabo cualquier nuevo hábito sin pereza ni esfuerzo.
El método Kaizen o la regla del minuto consiste en realizar a diario durante 60 segundos una misma tarea para que se convierta en rutina y, con el paso de los días, pasar a desarrollarla durante algo más de tiempo, pero con mayor efectividad.
El término Kaizen se construye a partir de los significados de “kai” (cambio) y “zen” (sabiduría). En definitiva, significa “buenos cambios” y mejora permanente en la vida personal, familiar, social y laboral. Al principio, esta filosofía se empezó a emplear en el mundo laboral, y poco a poco se ha ido introduciendo en el resto de aspectos de la vida diaria.
Tal y como explican desde BISSELL, la propuesta es simple para los más atareados ya que anima a modificar de forma paulatina nuestras rutinas para conseguir un hogar limpio y ordenado con facilidad. «Un minuto es poco tiempo y la pereza no nos impedirá no realizar la tarea. De esta forma, estos hábitos que, por lo general, nos llevan más tiempo se podrán realizar en cuestión de segundos.
La regla del minuto o del método Kaizen
La principal característica de este método es su simplicidad. Un minuto cada día no requiere de esfuerzos ni energías y se puede cumplir el hábito sin presión. «Según vamos adoptando la rutina también vencemos esa pereza de realizarla y es cuando hay que ir aumentando el tiempo de forma gradual», explica Gerardo Montoiro, gerente de Bissell España.
Desde Bissell nos cuentan en qué se basa el método japonés y cómo desarrollarlo:
Clasificación – Seiri
La primera tarea esencial es desprenderse de aquello que no es necesario, es decir, separar lo necesario de lo innecesario y desechar todo aquello que no nos sirva. Solo hay que dejar aquello que es útil y, totalmente esencial para nuestro día a día.
Orden – Seiton
Una vez se haya clasificado es el momento de ordenar, pero según su frecuencia de uso. La idea es reducir el tiempo que se invierte en buscar lo que necesitamos en cada ocasión y con este gesto se aumenta la productividad. Además, evitaremos el desorden en toda la casa y sin obstáculos.
Limpieza – Seisō
La limpieza es clave en todas las estancias de la casa. Por eso, si todos los días dedicas al principio ese minuto para iniciar tareas en breve podrás aumentar el tiempo de realización y ya no será una obligación ni te dará pereza realizarla. «Cierto es que si tienes que ordenar un armario tardarás más de un minuto, al principio tienes que desechar y ordenar y una vez esté todo organizado solo habrá que mantener el orden ya creado», comenta Montoiro. «Tan solo hay que mantener la casa limpia equipándose con un buen dispositivo de limpieza y tener cada estancia ordenada», matiza.
Estandarización – Seiketsu
Una vez tengas finalizados los pasos anteriores, es hora de crear los hábitos y lo más importante todos los días debes dedicar ese minuto al orden para crear bien la rutina y no fallar ningún día. «Esta pauta proporcionará un trabajo más sencillo, manteniendo el orden y la limpieza», matiza. Por eso, para mantener el equilibrio en nuestro hogar es recomendable hacer la cama a diario, guardar cada cosa en su lugar tras su uso, mantener la cocina y el baño en buenas condiciones para vivir en un ambiente saludable y sin estrés.
Autodisciplina – Shitsuke
La quinta y última fase refuerza y fomenta la autodisciplina, ya no preocupa tanto el orden porque los hábitos ya estarán interiorizados. Ahora solo hay que cumplir con el trabajo y en la vida diaria.
Tal y como explican desde BISSELL, es un método sencillo y con tan solo un minuto al día podrás realizar esa tarea que tanto te cuesta realizar. «Para empezar es mejor hacerlo siempre a la misma hora, todos los días de la semana», concluyen.
En definitiva, los principios básicos para que el método del minuto funcione:
- Dejar de poner excusas, rehúye de la pereza y avanza de forma lenta pero segura, el momento es ahora.
- Concentrarse en lo real y posible, la pereza genera estrés y ansiedad y al final, solo piensas en negativo. Deja de lado esa mentalidad y céntrate en los avances y en las cosas positivas.
- Enseñanza continua, cada día se debería aprender algo nuevo, nunca es tarde para aprender y seguir avanzando. El mundo se mueve y nuestra mente, también.
- Sin perfección somos más felices, este método no pretende buscar la perfección, al contrario, hay que abandonar la perfección y aprender equivocándose.
- Aprender de los errores, no somos perfectos y errar es sano. Lo mejor es corregir los errores, buscar soluciones y seguir con los retos marcados.
Asimismo, es una técnica perfecta para incluir en los hogares con niños y empiecen a adoptar prácticas de orden y aseo tanto en casa como fuera de ella. Es conveniente que destinen un minuto en ordenar algo sencillo o que se enfoquen en algún punto específico de su dormitorio y así poco a poco, irá creando nuevos hábitos en su día a día.