Suele decirse que el primero en entrar es el primero en salir. China fue la primera economía en ser golpeada por el Covid-19 y el primer país en reiniciar su actividad económica. id:58157
Por lo tanto, las empresas locales deberían tener la ventaja de ser las primeras en volver a las condiciones normales de trabajo, y esto debería reflejarse en la estabilización y recuperación de los beneficios y luego en los precios de las acciones. Antes de la crisis, las valoraciones no eran muy estrictas y siguen sin serloahora en comparación con los mercados desarrollados, mientras que el rendimiento de los índices en 2020 ha sido bastante resistente, con un -8% a mediados de abril. Es cierto que el hecho de que las bolsas permanecieran cerradas después del día festivo del Año Nuevo Lunar en China, ciertamente ayudó. Sin embargo, creemos que la renta variable china está a la cabeza del ciclo y tienen una mayor rentabilidad relativa esperada en relación con otras regiones que todavía están en confinamiento.
Dicho esto, incluso viendo vientos de cola, la situación en torno a la crisis de Covid-19 sigue siendo compleja y llena de incertidumbres. Por ejemplo, una segunda ola de contagios sigue siendo un riesgo mientras que es incierto el tiempo necesario para tener en funcionamiento de nuevo todos los servicios, la industria, el transporte y la logística. Se selectivos es la clave del éxito. No todas las empresas se comportarán igual de bien en la fase de arranque. Los primeros indicadores muestran que la recuperación es desigual en las distintas industrias y que los sectores orientados a la exportación, como la maquinaria, la electrónica y las pequeñas empresas, continúan sufriendo. La demanda mundial no ha mejorado todavía, ya que la pandemia continúa en muchos países, y las cadenas de suministro no están apleno funcionamiento. Por lo tanto, deberíamos centrarnos en las empresas nacionales que podrían beneficiarse de los cambios de hábitos que la crisis del virus está generando. La educación online, los programas informáticos y el comercio electrónico parecen prometedores dado que las compras pueden haberse retrasado en lugar de haberse anulado.
Además, la respuesta de la política china ha sido hasta ahora silenciosa, al menos en comparación con la actitud de las autoridades europeas y estadounidenses. Por lo tanto, el repunte de las primeras semanas de abril ha sido menos pronunciado en China, aunque no significa que la perspectiva de crecimiento se haya desvanecido en absoluto. Las autoridades chinas se muestran bastante cautelosas ante los exagerados niveles de deuda y los efectos secundarios del estímulo monetario observados tras los episodios de 2008-09 y 2012-13. Por lo tanto, tal vez no estén dispuestas a sacar todo su armamento a la vez, pero podrían adoptar un enfoque más específico. No obstante, como la recesión es mayor de lo previsto y tiene una dimensión internacional, creemos que es probable que se apliquen nuevos estímulos dirigidos al consumo interno. El Congreso Nacional del Pueblo, aplazado hasta el 22 de mayo, podría proporcionar algunos catalizadores para las existencias al presentarse el presupuesto fiscal y los objetivos de crecimiento.