La utilidad de un consultor jurídico en la empresa para alcanzar el éxito y su importancia en los momentos difíciles

Así que, si nuestra empresa cuenta con un asesor jurídico desde su origen, su labor de carácter preventivo hará que nos adelantemos a muchas situaciones incómodas e incluso peligrosas para la empresa. De este modo, no solo nos resuelve problemas que puedan surgir en la cotidianeidad de las actividades de cualquier tipo de compañía, sino que, como decimos, se anticipa a los problemas antes de que estos tengan lugar, evitado conflictos que pongan en peligro la rentabilidad de la empresa.

Además, el consultor juridico hace una labor encomiable cuando surgen conflictos laborales entre los trabajadores y la empresa, haciendo de mediador y representando a la empresa en cualquier procedimiento judicial de este tipo o ante cualquier demanda o litigio que pudiese darse.

Hoy en día, las empresas se desarrollan en un entorno cada día más vulnerable, cambiante y competitivo, por lo que un asesor jurídico experto resulta imprescindible para mantenerse actualizado en todos los requisitos legales de la empresa, optimizando la actividad empresarial y su eficiencia financiera.

Desgraciadamente, lo más habitual es recurrir a los abogados especialistas cuando los problemas ya han aparecido, pero si quieres hacer una buena labor de prevención lo mejor es contar con este soporte en todo momento, lo que te evitará altos costes por desconocimiento y por actuar fuera de plazo o con prisas.

¿Qué es el lucro cesante y el daño emergente?

Un consultor jurídico puede ayudarnos y representarnos en muchas situaciones cotidianas por las que pasa una empresa, como es en los casos en los que tengamos que pedir una indemnización por daños ocasionados a nuestro negocio. En estas ocasiones es fundamental contar con un experto que sepa exactamente qué se ha de reclamar, que conozcan tanto el valor del lucro cesante como el del daño emergente.

Para aquellos que no lo sepan, el lucro cesante hace referencia al dinero o ganancia que se deja de recibir por un daño causado, mientras que el daño emergente es el valor o precio del bien que ha sufrido los daños. Alguien que conoce la empresa sabrá con exactitud qué podemos reclamar, lo que legalmente nos pertenece y sabrá defender a la organización ante el perjuicio que se le ha ocasionado para que nunca se produzca indefensión.

Cuando las cosas se ponen difíciles, un consultor jurídico encontrará siempre la mejor solución

Hay ocasiones en que las empresas atraviesan crisis que pueden tener consecuencias más o menos serias, incluso llevar a su cierre, si no se dan los pasos adecuados y no se siguen las directrices y decisiones más correctas.

Como todos sabemos, al menos aquellos que nos movemos dentro del mundo empresarial, hay ocasiones en que las compañías no pueden hacer frente a los pagos que tienen pendientes (proveedores, empleados, entidades bancarias…) y por tanto, puede darse el caso de presentar un concurso de acreedores, regulado por la ley concursal, y que puede ser voluntario o forzoso.

Pero antes de llegar a esta situación, hay un paso previo que podemos dar y que puede ser muy ventajoso para la compañía y que recibe el nombre preconcurso, con el que la empresa gana tiempo para solventar su situación económica.

Un buen asesor jurídico será el único miembro capacitado para determinar cuándo es el momento de presentar un preconcurso para que la compañía pueda verse beneficiada. Esta comunicación al juzgado de situación de insolvencia da posibilidades a la empresa para la negociación e intentar conseguir un acuerdo con los acreedores con el objetivo de evitar llegar al concurso. El periodo de negociación que se concede a la empresa para llegar a un acuerdo es de tres meses, y si no lo consigue, la empresa dispone de un mes más para presentar un concurso de carácter voluntario.

Como decíamos, con este procedimiento la compañía consigue ganar tiempo, pues no es exigible presentar el concurso voluntario aun a sabiendas de su insolvencia. Esto permite un margen de maniobra a la empresa para intentar solucionar la situación, porque además durante este periodo se le permite que siga con su actividad ordinaria manteniendo todas su facultades administrativas y directivas en uso, cosa que no ocurre cuando se llega al concurso de acreedores.

Como hemos visto a lo largo de este artículo, la figura del consultor financiero es de vital importancia para las empresas hoy día, donde la complejidad de las relaciones laborales y los temas legales han aumentado considerablemente con respecto a hace tan solo un par de décadas. Hoy día hay demasiados asuntos a tener en cuenta y si no tenemos los conocimientos jurídicos adecuados podemos llegar a perder nuestro negocio por una mala gestión y una toma de decisiones excesivamente temerarias y / o erróneas.

Hace falta siempre una figura que analice la situación y nos haga ver la realidad, una figura que además sea capaz de defendernos ante cualquier situación que pudiese presentarse y que siempre nos aconseje en la toma de decisiones, tanto a nivel preventivo para evitar atravesar por momentos complicados, como en el día a día, en las relaciones cotidianas con los trabajadores o, llegado el caso, en los momentos más difíciles donde hay que actuar con presteza, agilidad y un conocimiento profundo para lograr salir indemnes o, al menos, poder contarlo en el futuro como una crisis que superamos con éxito.