Los anunciantes no quieren perder este atractivo y veloz tren que puede llevarles a un suculento target de clientes potenciales. id:82078
Los videojuegos, como parte del creciente ocio digital, han sufrido una espectacular subida de usuarios de la que
ya nos hemos hecho eco los últimos meses en este portal. La calidad de los títulos, junto las mejoras tecnológicas y de conectividad y el aumento de la oferta tienen mucho que ver con el paso de unos juegos enfocados a un público infantil y adolescente para llegar, en nuestros días, a un target mucho más amplio y consolidado.
Destaca, en estos tiempos, la eclosión de los eSports, la versión competitiva y enfocada al público de estos videojuegos. Los deportes electrónicos se han popularizado enormemente y han adquirido una gran publicidad gracias al efecto de los nuevos “streamers”, que se han metido en muchas casas, redes sociales mediante, transmitiendo con tono “gamberro” sus partidas a los juegos más populares del momento, como Fortnite, CallofDuty, Minecraft y tantos otros. Estas nuevas estrellas tienen un gran seguimiento y refuerzan el hecho de que los eventos de eSports, torneos y campeonatos, tengan una mayor audiencia.
Pero, cuando nos referimos a las audiencias, ¿de qué estamos hablando? Pues bien, concretamente, de cifras estratosféricas. Sin ir más lejos, uno de los títulos para móvil, el Free Fire, desarrollado por Garena, llegó a congregar a 5,41 millones de espectadores simultáneos en su final de las “Free FireWorld Series Singapore 2021”, eso sin contar la actividad en redes sociales y otros espacios, como los portales de apuestas que siguen a eventos de Free Fire para que los usuarios hagan sus propias predicciones sobre las opciones de cada uno de los contendientes. Respecto de horas consumidas en total, el League ofLegends, buque insignia de los deportes electrónicos, no tuvo rival y superó a todos los demás; también es justo señalar que su torneo de referencia, el “LOL Worlds 2021”, duraba casi un mes, tiempo más que suficiente para atraer en algún momento la atención de los aficionados.
En definitiva, la cifra global se empieza a acercar a los 500 millones de espectadores para estos eventos. Por eso, los eSports ya mueven unos 1.000 millones de dólares al año, de los cuales, una parte importante, en torno al 60-70%, vienen de los sponsors. Efectivamente, las marcas han visto un gran filón en este fenómeno. Y no se trata sólo de la cantidad de espectadores, sino también del tipo de espectador: joven, que cada vez tendrá más poder adquisitivo, y al que se puede fidelizar; y, por supuesto, un potencial cliente al que no se puede llegar tarde, hay que aprovechar el momento. El perfil de marca que utiliza los deportes electrónicos como escaparate es, en muchas ocasiones, el de una compañía de cierta entidad y cuyos productos están vinculados a la tecnología. También encontramos a las omnipresentes marcas de gran consumo, que no quieren dejar escapar a los clientes habituales; en estos casos suelen ser bebidas energéticas o azucaradas y comida rápida con nombres que a todos nos vienen a la cabeza.
Incluso los clubes deportivos, como los de fútbol, están empezando a crear sus propios equipos, patrocinados por ellos mismos, en aras de diversificar su actividad y adaptarse a los nuevos tiempos y gustos del aficionado. Tras estas iniciativas encontramos objetivos similares: no perder mercado, consolidar a nuevos clientes y adaptar la marca a los nuevos tiempos; sea dicha marca comercializadora de un producto concreto o de una institución de gran relieve; sin ir más lejos, el FC Barcelona, uno de los equipos de fútbol de mayor solera, ha creado su propio equipo de eSports, que se ha unido a la Superliga de League ofLegends 2022.
A parte del FC Barcelona, también Mercedes-Benz, Nike o Movistar, compañías de primer nivel, quieren estar presentes, de una forma u otra, en los grandes acontecimientos de los deportes electrónicos. Y es que se trata de un valioso escaparate que no sólo llega a un público determinado, aunque cada vez más numeroso, sino que también le aporta a la marca un aura de modernidad y evolución. Por este motivo, no será de extrañar que otras grandes compañías se sumen a este fenómeno en auge, que no tiene visos de flaquear en su expansión.