La pérdida en España fue menor -cerca de la mitad- que en otros países de la OCDE, que tardaron más tiempo en reabrir sus escuelas. id:81954
Los alumnos que cursaron Segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en 2021, afectados por el primer año de la pandemia de la Covid-19, aprendieron un 25% menos de Matemáticas que los estudiantes de ese mismo curso dos años antes. Es la principal conclusión del estudio
Pérdida de aprendizaje tras un año de pandemia, el primero de este tipo que se realiza en España, publicado hoy por la Fundación Cotec para la innovación y el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol). El trabajo se pública coincidiendo con el segundo aniversario del cierre de las escuelas.
El estudio se basa en datos de las evaluaciones externas de diagnóstico realizadas por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI) en marzo de 2021. En estas evaluaciones participaron todos los estudiantes de Segundo de la ESO del País Vasco. Los resultados se compararon, por un lado, con los obtenidos por esos mismos alumnos en 2017 (en Cuarto de Primaria) y, por otro, con los que obtuvieron dos años antes (en 2019, antes de la pandemia) los alumnos que realizaron la misma prueba entonces. Los resultados arrojan además una pérdida de aprendizaje de un 15% en Euskera. En la asignatura de Castellano no se aprecia pérdida. La pérdida media es del 13%.
Dada la similar política de cierre y reapertura escolar aplicada en todas las comunidades autónomas, los autores del estudio consideran razonable pensar que la magnitud de la pérdida de aprendizaje fue muy similar en el resto de los territorios (donde no se dispone de datos de evaluaciones en pandemia, o bien no tienen la calidad necesaria para establecer comparaciones).
La pérdida de aprendizaje en España, si bien es relevante, resulta inferior -cerca de la mitad- a la registrada en otros países de la OCDE (con datos de junio o septiembre de 2020). Los autores opinan que este menor impacto se debe a que las escuelas españolas permanecieron cerradas menos tiempo que en el exterior (España es el cuarto país de la OCDE que menos tiempo cerró las clases).
IMPACTO DE LA PÉRDIDA
Entre otras conclusiones, el informe muestra que las escuelas de titularidad pública perdieron más aprendizaje que las concertadas, al tiempo que, entre los centros concertados, resistieron mejor los que tenían un mayor porcentaje de alumnos con un nivel alto de aprendizaje previo a la pandemia.
Alumno por alumno, en cambio, se observa que cuánto más alto era su nivel antes de la pandemia, mayor fue la pérdida de aprendizaje. Ni el nivel socioeconómico medio de los centros ni el de los alumnos fue determinante, según refleja el estudio.
Para Lucas Gortázar, director de Educación de EsadeEcPol, “los resultados muestran que la reapertura escolar del curso 2020/21 contribuyó a paliar parte de los efectos negativos del confinamiento de marzo de 2020 sobre los alumnos”. “Esta investigación es pionera para entender lo ocurrido durante la pandemia en materia educativa: el resto de las comunidades autónomas y el Ministerio deberían redoblar su apuesta por una mayor evaluación de los aprendizajes para tratar de comprender lo ocurrido y poder así tomar medidas informadas”, opina Gortázar.
El trabajo de Cotec y EsadeEcPol recoge asimismo datos sobre el bienestar socioemocional de los alumnos durante la pandemia, procedentes de una encuesta específica realizada por ISEI-IVEI. Los alumnos más desfavorecidos socioeconómicamente y con peor nivel de estudios previo a la pandemia son los que más deteriorado sufrieron en su bienestar socioemocional.
ANÁLISIS DE LA RESPUESTA POLÍTICA
Cotec y EsadeEcPol publican también hoy el documento Políticas y prácticas para afrontar la pérdida de aprendizaje, quinta entrega de la colección sobre Covid-19 y Educación que Cotec produce desde 2020. Los autores analizan en este documento las líneas de actuación comunes entre las Administraciones públicas nacionales e internacionales, así como las áreas menos atendidas.
La mayoría de las Administraciones coincidieron en reforzar la enseñanza en Primaria y Secundaria, en Matemáticas y Lengua, en prestar apoyo socioemocional a los alumnos, atender a las familias y al entorno, en ofrecer tutorías individualizadas y en ofrecer extraescolares complementarias. Entre los retos pendientes, el estudio destaca las carencias en evaluación y monitorización, en la formación de los docentes para atender a la diversidad, en medidas específicas para la FP o en el desarrollo de prácticas inclusivas en los centros.
Ainara Zubillaga, directora de Educación de Cotec, destaca que “las iniciativas de refuerzo siguen funcionando principalmente en paralelo al sistema educativo y a la actividad de los centros, que tienen el reto de incorporarlas a sus prácticas”. Zubillaga recuerda que la pérdida de aprendizaje vino acompañada de impactos socioemocionales en los alumnos, por lo cual “la dimensión del bienestar se revela prioritaria tras la pandemia y afortunadamente las políticas públicas empiezan a considerarla como tal”.
En paralelo a este análisis, los autores proponen un modelo propio de estrategia con seis líneas de actuación: evaluación y diagnóstico, seguimiento y monitorización, prácticas pedagógicas inclusivas, desarrollo profesional docente, programas, alianzas.