Los contribuyentes alertan del riesgo de guerra comercial con los Estados Unidos

La Unión de Contribuyentes (UC) considera temeraria la decisión del gobierno presidido por Pedro Sánchez de mantener el Impuesto de Servicios Digitales, a pesar de haber renunciado a él la Unión Europea como consecuencia del reciente veto de Irlanda y los países nórdicos. Este impuesto, que no ha llegado a iniciar su tramitación parlamentaria al disolverse las Cortes, constituye un duro golpe a nuestro sector digital, en un país que precisamente adolece de una considerable brecha digital frente a los países de nuestro entorno. Producirá, además, un encarecimiento generalizado de infinidad de productos y servicios al comercializarse o publicitarse mediante plataformas digitales diversas.

Pero, sobre todo, el impuesto es injusto al gravar ingresos y no beneficios, al ser un traje a medida orientado a un puñado de empresas muy concretas —sólo falta nombrarlas una a una— y al constituir de hecho un arancel.

La UC alerta de que el informe anual emitido hace unos días por el Representante de Comercio de los Estados Unidos de América, institución dependiente de forma directa de la Casa Blanca, ya menciona de forma específica el impuesto español como una grave barrera al comercio. De igual manera, la Tax Foundation, principal instituto de fiscalidad del país norteamericano, ha venido avisando de la incompatibilidad de este impuesto con las disposiciones del código de comercio exterior estadounidense.

En la reunión europea de organizaciones de contribuyentes celebrada en Chisinau (Moldavia) a finales de marzo, la Unión de Contribuyentes alertó de la posibilidad de que España sea finalmente el único país de la UE que aplique el nuevo impuesto sin esperar a la negociación que, tras el veto, va a desarrollarse ahora en la OCDE. La Unión de Contribuyentes estima probable que Washington denuncie en la Organización Mundial del Comercio el impuesto español y que establezca medidas inmediatas de represalia que pueden afectar gravemente a sectores como el calzado, el vinícola y otros. La recaudación que el gobierno estima lograr con este impuesto, de unos mil ochocientos millones de euros, está sobredimensionada y, en cualquier caso, no compensa en modo alguno por los daños que se derivarán de una guerra comercial en solitario contra la primera potencia industrial del mundo.

Juan Pina, Presidente de UC, ha señalado al respecto que “el empecinamiento de Sánchez en mantener el Impuesto de Servicios Digitales pese a haberlo descartado la UE es un suicidio y va a pasar factura a nuestras exportaciones”.