Son muchos los retos a los que continuamente deben enfrentarse las pymes. En los últimos meses, la continuidad del negocio y la conservación de la liquidez han marcado la pauta. De cara al futuro, y tras las lecciones aprendidas con la COVID-19, el ecosistema pyme acelerará su digitalización. Y, sobre todo, afrontará el reto de impulsar una transformación más profunda, no solo en su gestión, sino en el diseño mismo de su estructura, su política o su cultura. id:72461
Sin ninguna duda, 2020 y 2021 han sido y serán años de profundos cambios en el ecosistema pyme. Algunos de estos cambios responden a un comportamiento reactivo para encarar con éxito los retos sobrevenidos de una situación inesperada: trabajo en remoto, digitalización de procesos y funciones, apertura de nuevos canales de venta, integración entre plataformas complementarias…
Pero, por otro lado, las pymes también han mostrado su capacidad para impulsar el cambio. Es decir, han mostrado sus credenciales no solo para responder ante una situación adversa, sino también para idear nuevas estrategias que permitieran a las organizaciones combinar flexibilidad y robustez en beneficio del negocio. Desde el punto de vista operativo y estratégico la fusión entre lo reactivo y lo proactivo es lo que ha permitido a las pymes encarar con éxito la situación compleja de un entorno más VUCA que nunca.
Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “en la mayoría de los casos, las pymes han aprobado con nota el examen de la pandemia. Han respondido con celeridad a una situación de gran complejidad. Y, han buscado nuevas fórmulas, no solo para sobrevivir, sino para impulsar su desarrollo y crecimiento de cara al futuro. Esa visión a medio-largo plazo es lo que ha permitido a este tipo de organizaciones poner en marcha planes más focalizados en el nuevo cliente digital o en la toma de decisiones en tiempo real. Y, con ello, imprimir velocidad a una transformación que, aunque avanzaba, lo hacía a paso demasiado lento”.
Con todo, las pymes aún se enfrentan a la dificultad de buscar respuesta a algunos de los interrogantes que se han planteado en los últimos meses: ¿cómo es y qué busca el nuevo cliente digital? ¿qué cambios serán necesarios para darle respuesta? ¿qué papel desempeña el entorno financiero en el impulso de estos cambios que, a priori, se perciben más funcionales que económicos? ¿cómo actualizar los canales de venta? ¿qué papel desempeñará sobre el terreno la gestión de compras y el almacén? ¿cómo pueden ayudar las herramientas de contabilidad analítica? …
Lo que parece que ha quedado claro, a tenor de lo visto en los últimos meses, es que la digitalización no solo es una oportunidad para las pymes. Más bien, se ha convertido en una necesidad imperiosa para aquellos negocios que quieran seguir siendo rentables en el medio y largo plazo. Por otro lado, la automatización de procesos y la digitalización o el cambio cultural que exigen las pymes de cara al futuro no solo son accesibles y viables hoy, sino que, también resultan ser fáciles y seguros.
En este sentido, Pablo Couso apunta a la importancia del trabajo en equipo, a la colaboración y al intercambio fluido de información como parte importante del cambio. Y dice, además, que el liderazgo, quizá compartido entre la dirección general y la financiera hará más permeable el cambio a todas las áreas del negocio. Por supuesto, también a todas las personas que conforman la organización. Dice Couso que “ya estamos viendo organizaciones mucho más transversales, menos jerarquizadas y con una orientación al trabajo en equipo sin precedentes. Este será, -dice el director comercial de Datisa- el punto fuerte de las organizaciones para el cambio”.
Para avanzar sobre estos temas, Datisa participará en un nuevo seminario el próximo 16 de junio de 16:00h a 16:45h dentro de la iniciativa #adelantepymes, la primera plataforma de networking gratuita para pymes y autónomos orientada a la toma de buenas decisiones.
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