Fomentar la ética empresarial, aportar tranquilidad al empleado cuando desempeña su trabajo, dar más confianza a los clientes y socios… los programas de Compliance ayudan a las empresas a identificar y dar cumplimiento a las leyes y las normativas internas. id:54835
La entidad líder en servicios técnicos, de seguridad y certificación a nivel mundial,
TÜV Rheinland, detalla en qué consiste y cómo pueden ayudar estos modelos a la hora de aportar valor añadido.
¿Cómo pueden saber los trabajadores de una empresa que trabajan cumpliendo las normas vigentes? ¿Hay alguna herramienta para velar por los intereses legales de la empresa que se relaciona profesionalmente con otra compañía? ¿De qué manera eficaz puede un empresario proteger a su empresa de una condena penal?
Una de las soluciones que están adoptando las empresas españolas es la implantación de los programas de Compliance, que ayudan a identificar y evaluar los riesgos operativos y legales a los que se enfrentan las organizaciones y establecer mecanismos internos y externos de prevención, gestión, control y reacción frente a los mismos.
Estos modelos -aunque salvo excepciones sectoriales- no son obligatorios, contribuyen a mantener la ética organizacional y la integridad corporativa, aportando tranquilidad, seguridad y confianza a todos los que forman parte de una empresa, así como a sus clientes y socios comerciales.
Los programas de Compliance complementan el papel clásico de los abogados de empresa, tradicionalmente más centrados en trabajar desde la perspectiva de la defensa legal, para garantizar que se cumple con la responsabilidad social y la eficiencia, y salvaguardar la reputación de la marca frente a posibles incumplimientos penales.
Mejorar la competitividad y la sostenibilidad
Desde el punto de vista legal, los programas de Compliance favorecen la prevención de la comisión de delitos y, por tanto, la condena a una sanción penal de la persona jurídica, con las consecuencias económicas y reputacionales que ello conlleva.
Así, facilita un correcto funcionamiento de los mercados y la pervivencia de las empresas, ya que las compañías que son cumplidoras generan mercados eficientes sin distorsiones, evitando las prácticas corruptas. Al mismo tiempo, trabajar con un socio que garantiza el cumplimiento normativo y legal aporta confianza y ayuda a que las relaciones entre firmas sean duraderas.
Disponer de un sistema de Compliance penal permite conocer qué riesgos penales son los propios de la organización, implica trabajar para reducirlos, eliminarlos o controlarlos y verifica que, ante un incumplimiento legal imprevisto, la organización sabe reaccionar y puede evitar la imputación de la persona jurídica y el consiguiente descrédito que ello conlleva. Si a la imputación sigue una sentencia condenatoria, la persona jurídica deberá enfrentarse a la multa e incluso al cierre de sus plantas o de su actividad.
En este sentido, incorporar un programa de Compliance es una forma de demostrar a los clientes que las compañías apuestan por la transparencia interna y el compromiso por la legalidad, potenciando su imagen y su competitividad, y sirve al mismo tiempo como puerta de entrada para posibles alianzas con nuevos socios. Es más, en algunos mercados internacionales, como los anglosajones o el brasileño, no se puede operar sin credenciales de cumplimiento de Compliance bajo una certificación internacional de reconocido prestigio.
Según Almudena Bouza, responsable de Sostenibilidad de TÜVRheinland España, “el verificar el cumplimiento de un programa de Compliance por tercera parte independiente ayuda a cumplir con los requerimientos del Código Penal Español que exige que estos modelos sean auditados regularmente, aporta garantías a otras partes interesadas del cumplimiento de estas empresas y da tranquilidad a los Compliance Officer y a los responsables legales de las organizaciones, al saber que están realizando correctamente su trabajo y administrando lealmente la empresa”.
Así, “implantar un sistema de cumplimiento o programa de Compliance es fundamental para cualquier organización que aspire a mantener su negocio en el mercado actual, y superar auditorias periódicas por una tercera parte independiente es la mejor manera de dar a conocer a ese mercado el compromiso de la empresa con el cumplimiento y su apuesta por una cultura empresarial ética”.