Es la primera vez que una aeronave de 1,25 toneladas preparada para volar con y sin piloto logra un permiso de este tipo en España. id:53481
Indra, una de las principales compañías globales de tecnología y consultoría, ha logrado el visto bueno de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para iniciar las pruebas de vuelo del que es uno de los mayores y más avanzados drones civiles en desarrollo en Europa, el Targus.
La compañía ha logrado este impresionante hito tras varios años de estrecho trabajo con la empresa gallega Gaerum, su socio tecnológico en el proyecto.
Indra cumple de este modo con los plazos y compromisos asumidos para el desarrollo de su Aeronave Opcionalmente Tripulada (OPV), uno de los proyectos clave que aborda dentro de la Civil UAVsInitiative, la ambiciosa propuesta con la que la Xunta de Galicia, a través de la Agencia Gallega de Innovación (GAIN), quiere convertir la región en referente internacional del sector.
Se trata de la primera vez que un Avión Opcionalmente Tripulado (OPV) de 1,25 toneladas y fabricación española logra un permiso este tipo para volar.
Las primeras pruebas comenzarán de forma inmediata y tendrán como objetivo comprobar que las modificaciones y sistema instalados en el avión no alteran su comportamiento en vuelo.
A partir del próximo mes de abril, darán inicio las pruebas de vuelo en remoto, que se extenderán durante un año. En ellas, el piloto en cabina cederá el mando al centro de control en tierra y solo intervendrá en caso de incidencia yen los momentos críticos del aterrizaje y despegue.
Ingeniería avanzada y pruebas
Los requisitos de seguridad en la industria aeronáutica son extremadamente exigentes y, por este motivo, Indra y su socio Gaerum han tenido que superar un complejo proceso de pruebas y tests, completamente nuevo, antes de obtener esta certificación de las autoridades aeronáuticas. Algunos de los trabajos realizados para lograrlo han requerido:
- Modificar la plataforma Tecnam P-2006 T, siguiendo el procedimiento acordado con las autoridades, para instalar el sistema de control de vuelo automático en la aeronave.
- Integrar el sistema de vuelo automático con el resto de equipos de la aeronave y comprobar su perfecto funcionamiento.
- Desarrollar y certificar el sistema que permite al piloto de a bordo transferir el control a la estación de tierra de forma sencilla y rápida, mediante un único actuador.
- Comprobar que la estación de control de tierra ejecuta en modo remoto todos los procedimientos operacionales de la aeronave, incluyendo el chequeo prevuelo, la puesta en marcha del sistema y la ejecución de una misión operativa.
- Ejecutar pruebas con los sistemas de comunicaciones y de navegación y demostrar la completa funcionalidad del Targus.
Un elemento innovador que se ha empleado intensivamente en este proceso ha sido la simulación de la aeronave y de todos sus sistemas para poder validar las decisiones de diseño y ejecutar pruebas sin necesidad de volar.
Esto ha permitido validar el comportamiento de la aeronave a lo largo de una misión simulada completa, desde el despegue hasta el aterrizaje. Se han minimizando de esta forma riesgos y se ha reforzado la seguridad, ahorrando costes.