Montar una churrería: Idea de negocio de bajos costes y alta rentabilidad

Montar una churrería requiere poca inversión, si lo comparamos con otros negocios. Para su funcionamiento, prácticamente, no se necesita almacén, ni hemos de tener gran cantidad de mercancía almacenada. De hecho, lo que se fabrica se vende casi al instante. Pero se venderá únicamente si la materia prima y la preparación son excelentes. Es posible que sea verdad aquello de “se venden como churros” pero solo se venden como churros los churros buenos.

Parece mentira que con solo tres ingredientes, harina, agua y sal, mezclados en sus debidas proporciones, y aceite de oliva para freírlos pueda haber tal variedad de resultados. Me refiero a que hay churros que están buenísimos y otros que dan pena. Veamos cómo montar una churrería de éxito.

Al igual que se planifica cualquier otro tipo de negocio, si nos decidimos por montar una churrería tenemos que tener preparado un plan de negocio, saber cómo vamos a diferenciarnos de la competencia -en Estados Unidos los churros con helado son toda una sensación-, quienes van a ser nuestros clientes -el público en general que pase por nuestra puerta, otros negocios de hostelería como bares y hoteles o ambos- y elegir bien el local y la máquina de hacer churros para que nuestra producción sea la adecuada, para cubrir tanto los costes fijos como los variables y obtener un beneficio razonable.

Si queremos empezar de una manera modesta, para crecer siempre hay tiempo, lo mejor es optar por una churrera manual. En el mercado hay disponibles churreras manuales diseñadas para elaborar cualquier tipo de churros: recto, porra, churro de lazo, de rosca, entre otros, simplemente cambiando la boquilla de salida de la masa, llegando a producir hasta un máximo de 10 churros por corte. Se caracterizan principalmente por la incorporación a la máquina de un innovador sistema de corte de churros, que permite trabajar cómodamente evitando el riesgo de quemaduras producidas por salpicaduras de aceite. Estas máquinas de churros manuales van dotadas de un moderno mecanismo anti-retorno de presión de masa denominado trinquete, que facilita trabajar con el mínimo esfuerzo en el proceso de empuje y expulsión de la masa. Esta información la hemos obtenido analizando una de las marcas más prestigiosas en la fabricación de máquinas para churrerías como es Inblan.

Hay que recordar siempre que la elaboración de los churros es un proceso sencillo que consta de cuatro pasos: amasado, extrusión, fritura y presentación. No se debe descuidar ninguna de estas fases así como tampoco la calidad de la maquinaría comprada para la churrería. Producto y presentación van de la mano y es necesario cuidar todos los detalles para conseguir una clientela fiel. La calidad al final siempre es reconocida por los consumidores.

Antes de lanzarnos a la aventura, en realidad ningún negocio debería considerarse una aventura, hay que minimizar los riesgos. Un análisis dafo nos revelará los puntos fuertes y débiles de nuestro planteamiento de negocio y nos servirá para aquellos aspectos en que seamos más débiles, pero también confirmará nuestros puntos fuertes.

Por último, pero no menos importante, es decidir cuál va a ser nuestra clientela. Al principio es muy posible que optemos por consumidores finales que vengan a nuestra churrería. Pero pasado el tiempo, si las cosas van bien como es de esperar, podemos empezar a repartir a domicilio, aunque solo sea los sábados y domingos. Y a lo mejor acabamos vendiendo a bares y hoteles, quizás con menos margen comercial pero asegurándonos un mayor volumen de facturación.

Claro que si todo este progreso se convierte en realidad, es posible que nuestra churrera manual no de abasto. ¿Sabían ustedes que ya hay churreras automáticas digitales?