La aplicación del Anejo IX ofrece grandes oportunidades de futuro a la Banca formal, según AIS Group

Las entidades financieras deben ser capaces de transformar el “gasto” que supone la adaptación a la nueva normativa de provisiones establecida por la Circular 4/2016 del Banco de España en una “inversión rentable”, afirmó Ramón Trías, director general de AIS Group, en su intervención en el debate “Retos y Oportunidades del nuevo Anejo IX”, celebrado en el marco del VIII Congreso Nacional de Crédito, que se celebra en Madrid los días 16 y 17 de noviembre. “Una inversión –añadió- en sistemas y métodos que den más fuerza a la banca formal, regulada, que a los nuevos actores”.

Según Trías, la implementación en gestión de los sistemas y requisitos de la circular “es la mejor inversión que pueden hacer las entidades financieras”, a la hora de aplicar los nuevos criterios de clasificación del riesgo e insolvencias que establece la Circular, que contempla la implementación de nuevas metodologías, procedimientos y criterios que afectan a las áreas internas de riesgo. El director general de AIS Group analizó diferentes opciones en la aplicación de los nuevos criterios de clasificación de riesgo y afirmó que “al tratarse de una norma de obligado cumplimiento, debe ser vista por la banca como una oportunidad”.

Reforma necesaria

Ramón Trías recordó que esta circular va encaminada a aproximarse a la nueva normativa contable internacional, la IFRS9 que entra en vigor en 2018. “Y, aunque existe todavía un margen para la adaptación, el Banco de España siempre ha llevado en su ADN la anticipación, por lo que no es de extrañar que haya dado este paso”. Añadió que para comprender mejor el sentido y el momento de esta circular, conviene ampliar la visión y considerar también la circular 6/2016 del Banco de España y la ley de fomento de la financiación empresarial. “Todas estas medidas juntas –afirmó- se enfocan a que fluya más el crédito, especialmente entre el segmento empresas”.

Retos y oportunidades: el papel de la tecnología

Según Trías, la clasificación de operaciones de la circular es un criterio del que quizás podría criticarse el impacto en escalón al cambiar de stage, pero que concede una visión más dinámica y realista que el control basado en ratios, estático por naturaleza. “La estimación individualizada –indicó- es mucho más realista que la estimación por calendario de mora o la estimación globalizada de la cartera, ya que son mucho más sensibles a la estructura de maduración y segmentos en la misma”.

Para Trías, a nivel de cálculo del deterioro, tomarán mucha más importancia los sistemas de alertas tempranas. Así, el hecho de detectar indicios de que pueda producirse impago o un cambio significativo del riesgo en un cliente con mayor o menor antelación puede suponer una diferencia sustancial en el resultado, multiplicando la efectividad. “La importancia de la antelación es similar a la diferencia, en medicina, entre que te visite un médico o un forense”.

“Se trata no sólo de acertar con los modelos internos, sino de que ese acierto sea muy temprano, lo que exige la utilización de recursos tecnológicos que hasta hace poco no estaban disponibles”. Trías destacó la aplicación de técnicas de Big Data o de los modelos basados en Machine Learning sobre datos de origen diverso (operativa canal, fuentes públicas, redes sociales), sobre datos desestructurados (de comportamiento del cliente) y sobre distintos niveles de agregación y relación (sector, relación entre elementos), cuyos resultados son más que satisfactorios. “En AIS –dijo- hemos desarrollado proyectos con métodos de Machine Learning que ofrecen aciertos que elevan el coeficiente de Gini hasta el 95%, lo que es un resultado excepcional”.

Al hablar de los modelos internos y su evolución hacia la IFRS 9, el director general de AIS Group dijo que el propio concepto de regulación, las divergencias entre la FED, FDIC y la EBA y la presión de los grandes bancos “hacen pensar en un cambio de criterios, tal vez a la baja en cuanto a la regulación. Hemos pasado una etapa de una cierta hiperregulación, pero los últimos impactos de la política en los EEUU no presagian un endurecimiento de la regulación, sino más bien lo contrario”.

Desafíos

Trías enunció nuevos desafíos como que exista una convergencia de criterios entre contabilidad y riesgos, que no se genere un nuevo criterio para cubrir un aspecto de la regulación y que no acabe conviviendo con los criterios de PD (probabilidad de incumplimiento) para stress test, consumo de capital o para otros temas de gestión como la fijación de objetivos, bonos o incluso estados contables e informes para el mercado de capitales.

“Uno de los retos –afirmó- es la aceptación de este nuevo tipo de modelos por parte del supervisor correspondiente, ya que los índices de calidad y acierto son distintos, como también lo son los recursos de auditabilidad. Esto quiere decir que redes neuronales, random forest o gradient boosting no pueden ser analizados con los mismos procedimientos que las regresiones logísticas o los árboles de clasificación y regresión. El trade off está servido”.

Al analizar las consecuencias que tendrá el Anejo IX/IFRS9 sobre los procesos de concesión, el pricing de las operaciones o el seguimiento de los riesgos de la banca en general, Trías dijo que el impacto será menor en los procesos de concesión, pues la demanda de crédito bancario es actualmente más bien débil. “Lo que preocupa es la localización de clientes con capacidad y calidad suficientes, así como el resto de negocio no financiero (comisiones, medios de pago, fondos de inversión, seguros, productos financiados…)”. Para él, el efecto será mayor en el pricing y en el seguimiento de riesgo. “Lo que realmente preocupa al sector es la rentabilidad, la sustitución de carteras poco rentables (ya sea por amortización gradual o tal vez por venta), debidas a una política de pricing basada en rentabilidades futuras inciertas. La tentación de ganar cuota con dumping de precios fue muy alta y es indudablemente una política a evitar”.

En cuanto al seguimiento, el director general de AIS señaló que “cubrir sólo la circular no proporcionará más que gasto, mientras que implementar sistemas de seguimiento prospectivo con los cambios organizativos y tecnológicos necesarios proporcionará beneficios netos”.

Impacto real del Anejo IX

Según Ramón Trías, actualmente, el impacto en la dotación no es tan alto, incluso en algunas entidades es prácticamente nulo. Lo que sí incrementa es la necesidad de interrelación entre departamentos. En general, los procesos de decisión y control en las entidades financieras están muy parcelados. Son silos a veces, sino estancos, sí unidireccionales. Esta norma, como otras, aboga por un enfoque que exige la alineación entre departamentos. Y no es de extrañar, pues la regulación cada vez otorga mayor responsabilidad a la Dirección General de las entidades, a su Consejo de Administración, en cuanto al buen gobierno. Es imposible ejercer ese buen gobierno siguiendo distintos criterios a la vez.

“Probablemente –explicó Trías- en la aplicación del Anejo IX la mayor fricción se dará entre Contabilidad/Auditoria y Riesgos, pues deberán modificarse criterios muy interiorizados. Pero siguiendo esta tendencia de desparcelación es previsible que vayamos experimentando un auge en la planificación estratégica y presupuesto, con implicación de Riesgos, Comercial, Estudios, Dirección Financiera y Desarrollo de Negocio”.